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De pronto en uno de sus giros alcanzó a divisar a un demonio que se le hizo especialmente conocido, pero cuando lo reconoció, paró en seco y lo miró.

AD: ¿Husk?

H: ¡ANGEL!, pero ¿qué mierda haces aquí?

Angel bajó del escenario entre diversos abucheos y gritos de los espectadores del show.

AD: No le digas a Alastor, yo solo quiero...

H: ¿Acaso eres idiota?, Alastor lo ve y escucha todo, al borrar tu esencia la conectó a la suya, así como la mía y la de Nifty

AD: No creo que suceda nada malo, en todo caso mi rehabilitación comienza mañana, y por ahora supongo que puedo disfrutarlo – se acercó al rostro del felino de manera coqueta que en seguida dio un paso atrás

H: ¡Nada de eso cabrón!, debes regresar al hotel o Alastor...

AD: ¿Qué es lo que me hará esa maldita fresa?

A: Te arrancaré el corazón

AD: ¡MIERDA!

A: ¿Podrías dejar de utilizar esa expresión cada vez que llego? – chasqueó los dedos y salieron del lugar, odiaba la estruendosa música y los cientos de pecadores que atiborraban el lugar

AD: De verdad lo siento Alastor, sólo quería un poco de diversión ¡ANTES DE QUE MI VIDA SE VAYA AL CARAJO!

A: Eso no es asunto mío, lo importante es que desobedeciste una orden directa

AD: ¡SOLO ME ENCERRASTE EN MI CUARTO COMO A UN NIÑO MAL PORTADO!

H: Como si no te comportaras igual que uno

A: Husk, necesito hablar con Angel... a solas – el aludido se retiró unos pasos dándoles la espalda, pero siempre escuchando la conversación, nada bueno se veía venir – Angel, ¿Qué es lo que te impide rehabilitarte?

AD: Dah, lo vengo diciendo desde que llegue, ¡VALENTINO! y su asqueroso contrato son lo que no me permite rehabilitarme

A: Entonces, si Valentino ya no fuera tu dueño, ¿te rehabilitarías?

AD: Supongo que sí – se frotaba el brazo derecho con algo de nerviosismo, algo que conocía muy bien eran los negocios, sabía perfectamente como trabajaba un negociador, ese siempre fue su fuerte en vida, y sabía que ahora... un negocio era justo lo que se avecinaba

A: Muy bien, entonces mi afeminado amigo te propongo algo, te libero de Valentino a cambio de que te rehabilites

AD: Eso suena tentador, pero...

H: Mierda – se acercó a los demonios que discutían y tomó a Angel de uno de sus brazos – no lo hagas, sé lo que te digo

A: No te metas Husk

H: No me importa en lo absoluto, esta puta me debe un servicio... y mi noche libre casi termina, así que quiero cobrarlo ahora – jaló al actor del brazo y se lo llevó dentro del antro

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AD: ¿Qué haces? – dijo soltándose de la mano de Husk

H: Escucha idiota, no te conviene hacer tratos con Alastor, joderás toda tu puta existencia

AD: ¡Ya está jodida!, sólo quiero algo... de tiempo – agachó la mirada buscando un punto inexacto al cual mirar, odiaba admitir que su vida no era perfecta

H: Escucha, todos tenemos malos ratos y ambiciones, pero créeme cuando te diga que hacer tratos con ese hijo de perra es mala idea

AD: ¿Lo dices por experiencia propia?

H: Más que eso, pero por ahora mantente alejado de él, ni siquiera pienses en aceptarle la propuesta en el futuro, nada puede ser peor que lo que planea contigo, sea lo que sea

La advertencia quedó más que clara para el drag quien fue abordado por su amiga, había estado buscándolo los últimos minutos después de su "espectáculo", estaba muy ebria y no tenía a donde ir, así que quedarse con Angie era su solución rápida.

CB: Angie... vámonos – lo jalaba del brazo y el contrario solo se sujetaba la cabeza con una mano, odiaba que Cherry no se controlara del todo, incluso él sabía cuáles eran sus límites, los había aprendido a la mala en vida, y no cometería ese error dos veces

AD: Cherry, nena, no podemos ir a tu casa porque está muy lejos, ¿a dónde se supone que irás?

CB: A tu casa – no había salida, quizás a Charlie no le importaría tener otro inquilino aunque fuese por una noche u horas, pues casi amanecía

Salieron del antro y Angel se despidió de Husk, necesitaba descansar aunque fuese un poco, no quería verse mal en su primer día de rehabilitación. Tomaron un taxi que los llevó hasta el hotel, como en todas las veces en las que se iban de parranda, Angel terminó pagando todo.

Entraron al hotel sin hacer ruido, subieron por el ascensor y llegaronal cuarto del actor, era una suerte tener disponibles cuatro brazos, de otromodo, no hubiera podido con el peso de Cherry que se tambaleaba por lospasillos. Durmieron lo que restaba de la noche, de verdad estaban agotados.

No Control (Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora