Capítulo 14 Un paso más cerca

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14.- Un paso más cerca.

Las semanas continuaron y se hizo más común para mí pasar tiempo con Issei, comenzamos a encontrarnos para ir a museos como la primera vez; visitamos galerías o simplemente salíamos a caminar por los parques y tomábamos alguna de las tres comidas en algún pequeño restaurant que Issei me mostraba como sorpresa.

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos, y sin darme cuenta ya había creado toda una rutina a su lado. Durante ese tiempo los ensayos se volvieron diarios e intensos, pero la presión que sentía entre esas cuatro paredes cada vez era más ligera, las prácticas volvieron a ser divertidas y ver a los más jóvenes entregar su alma en cada nota me hacía sentir orgulloso y feliz.

Había momentos en los que era inevitable sentir la mirada intensa que Akihiko me lanzaba desde la parte de atrás, al inicio era difícil concentrarme o mantener el semblante de paz, pero poco a poco me fui acostumbrando y conforme comencé a disfrutar de las prácticas todas las incomodidades o preocupaciones parecían tan insignificantes.

Muchas veces me detuvo al terminar los ensayos, pero simplemente se quedaba en silencio por algunos minutos mientras me veía, de alguna forma trate de no crear situaciones incómodas y terminaba hablando acerca de cómo estuvo el ensayo o de que también habían tocado los chicos o temas referentes a la banda. Temas de ese estilo cambiaban el ambiente, además de que Akihiko ahora también estaba tomando sus clases de violín lo cual muchas de las veces ocurrían después de los ensayos, por lo cual era frecuente que saliera corriendo, terminando las prácticas.

Durante toda esta nueva dinámica, mis tardes y noches eran destinadas a pasarlas con Take planeando y resolviendo cuestiones de la banda e incluso para mi asombro, hace algunas semanas comencé a hacer ejercicio, lo cual me ayudaba a despejar la mente y eso de alguna forma me hacía sentir bien; y todo esto había sucedido a causa de Issei.

FlashBack

-Haru!!- escuché como Issei me saludaba con su típica sonrisa mientras entraba por la puerta de la cafetería.

La cafetería era uno de los lugares en los que suelo encontrarme con Take, por lo que era regular que yo estuviera ahí bastante seguido. Había pasado ya dos semanas desde nuestra salida al museo, sin embargo, habíamos mantenido comunicación mediante mensajes todos los días. La primera semana de intercambiar mensajes para mí fue extremadamente raro y desconcertante, me sentía apenado y extraño, hubo ciertos momentos en los que dude en responder, pero se me hacía irresponsable y grosero de mi parte no contestarle a pesar de todo lo que él me había ayudado.

Al inicio de nuestras charlas me mantenía bastante alerta hacia la posible dirección que la conversación pudiera llevar, ya que no quería que se malinterpretara mi comportamiento, si bien había comenzado a liberarme de la oscuridad que me asfixiaba aun había muchas cosas más de las que tenía que encargarme; y si bien, el comportamiento de Issei en un principio fue bastante coqueto no me encontraba en la disposición de corresponder a cualquier clase de sentimiento que el pudiera querer de mí, sin embargo para mi sorpresa el contenido de los textos eran tranquilos y simples; cosas como Buenos días, que haces, espero que este teniendo un gran día, esa clase de mensajes.

Nunca fui una persona la cual mantuviera esa constancia en mensajearme con alguien todos los días, y tampoco había existido alguien que se tomará el esfuerzo por hacerlo, ni siquiera mis exparejas. Una parte profunda de mí sentía la calidez es ese pequeño pero significante detalle; poco a poco comencé a esperar los mensajes de Issei como si fuera un mantra que me ayudaría a tener un excelente día, e incluso en algunas ocasiones surgía en mi la necesidad de ser quien enviará primero un mensaje, mi manos muchas veces escribieron en mi celular queriendo compartir la felicidad o el descubrimiento de algo durante mi día, sin embargo, siempre un sentimiento abrumador opacaba la euforia de enviar el mensaje y la sombra del abismo me envolvía de nuevo.

Ahora soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora