Capítulo 13 Fiel a ti mismo

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Capítulo 13 Fiel a ti mismo

- ¡Hemos llegado! - dijo alegremente Issei mientras nos deteníamos delante de un gran edificio antiguo que daba un aire de majestuosidad. Museo.

- Nunca he visitado uno, aunque había tenido curiosidad; no muchos de mis conocidos tienen el interés en el arte de esta manera. - mencioné mientras seguía contemplando el edificio.

-Me encanta saber que tu primera experiencia será conmigo- respondió con una sonrisa pícara.

-La primera vez que me preguntaste si quería salir... Te referías al museo, ¿verdad? - pregunté mientras recordaba aquel primer acercamiento.

-Sí, originalmente planeaba venir solo a la exposición que se está llevando a cabo en el museo, pero una vez que leí el nombre de la temática tu rostro apareció en mi mente. Así que me aventure a invitarte. - dijo mientras se encogía de hombros.

-qué cosas más tontas dices haha- no pude evitar reírme ante las sandeces que salían de su boca. -Entonces, ¿Cuál es el nombre de la exposición?

Issei se quedo en silencio unos minutos mientras su rostro reflejaba el conflicto de decirme o no. Después de unos segundos volví a escuchar su voz.

-Apresurémonos, seremos prácticamente los primeros- tomó mi mano como algo ya natural entre nosotros y comenzó a dirigirse hacia la entrada.

Entramos al edificio que contaba con grandes techos, paredes inmensas y en el cual la luz del día se reflejaba en sus adentros llenando todo el espacio de claridad, los pasillos se encontraban vacíos y solo el ruido de nuestros pasos podía escucharse. Iniciamos nuestro recorrido y los cuadros desplegados en las paredes nos daban la bienvenida mientras nos adentrábamos a un mundo desconocido.

El museo estaba dividido por salas, entramos a la sala más cercana que era la sala J y quede maravillado ante las hermosas pinturas frente a mí.

Una a una las fui observando mientras caminaba alrededor de la habitación, algunas de las pinturas reflejaban tanta paz y me di cuenta que eran del mismo autor (Maximillien Luce, tendré que recordar ese nombre para más tarde- pensé), mientras que las de Monet me hacían sentir confusión e incertidumbre, incluso una nostalgia dolorosa.

Caminamos y caminamos, pasando salas y cuadros, uno a lado del otro en silencio solo contemplando cuadro tras cuadro, absortos en la belleza que se nos iba mostrando.

Después de un tiempo habíamos realizado prácticamente todo el recorrido y solo estábamos observando un poco más los cuadros antes de dirigirnos a la salida, sin embargo, por una extraña razón mis pies caminaron un poco más allá del final y sin darme cuenta ya me encontraba en una última sala, entré como lo había hecho en todas las demás salas, sin embargo, esta sala solo contaba con una sola pintura que abarcaba casi toda una pared y enfrente de ella se encontraba un banco para poder contemplarla.

Como si una fuerza invisible me empujara, caminé hasta quedar de frente a la pintura leí el título del cuadro "Las soledades del sol", después de unos instantes perdí la fuerza y mis piernas cedieron; terminé sentándome en la banca y sin darme cuenta de mis ojos brotaban lágrimas silenciosas, yo solo me quede hipnotizado con aquella obra mientras lloraba calladamente.

Trate de secarme las lágrimas con mis manos, pero estas no dejaban de gotear, no podía apartar mi vista del cuadro mientras batallaba limpiando con mis mangas las lágrimas.

- ¿Haru? - voltee hacia la voz que decía mi nombre.

-No se detienen, ¿Por qué no se detiene? - pregunte como un niño.

Issei me miró y pude ver en su rostro la angustia y el dolor que sentía por verme en tal estado, pero al mismo tiempo en sus ojos vi reflejada la ternura y cariño. Él simplemente se acercó hasta mí y se sentó a mi lado en silencio mientras volvíamos a mirar la pintura.

Ahora soy yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora