La Batalla de los Cinco Ejércitos

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 Por fin, tras muchos kilómetros y paseos. Llegaron a Gundabad.

-Gundabad… ¿Qué hay más allá?-Preguntó Tauriel con asombro y atención.

-Un viejo enemigo. El antiguo reino de Angmar. Esta fortaleza fue su gran baluarte. Es donde tenían sus grandes armerías y forjaban sus armas de guerra-Legolas respondió mientras observaba, el también la gran fortaleza. Estaba claro que Thranduil no sólo le había inculcado sus valores sino sus conocimientos y sabiduría.

De repente, Tauriel se dio cuenta de que en uno de los huecos de la muralla, había una especie de destello:

-Una luz…en movimiento…

-Esperaremos a que se haga más de noche. Es un lugar peligroso Tauriel. En otra época, nuestro pueblo libró una guerra en estas tierras.

Tras decir esto, Legolas agachó la cabeza, en modo de resignación, como si no le agradara ese lugar. Tauriel y él se miraron:

-Mi madre murió allí- Añadió el príncipe.

Tauriel le miró con tristeza y asombro. Nunca le contaron nada sobre el asunto.

-Mi padre nunca habla de eso…No hay ni una sola tumba…ni un monumento…nada.

Era triste que Legolas nunca llegara a conocer a su madre, más lo era que ni siquiera Thranduil hablara sobre el tema. Tauriel podía sentir el dolor en el corazón de Legolas, a la vez que este le desviaba la mirada con profunda tristeza.

Pasaron las horas, y se hizo de noche. Estaban escondidos, al borde de la gran fortaleza de Angmar, sin hacer ruido. Sigilosos como el viento.

-Si vamos a entrar, deberíamos ir ahora-Aconsejó Tauriel.

Tras esto, un gran grupo de murciélagos, sobresaltaron a la pareja. Haciendo mucho ruido, chillando y emitiendo sonidos desagradables.

-Se mueven en manada-Añadió la elfa.

-Estos murciélagos son creados con un solo propósito-Respondió Legolas observando con atención a las criaturas.

-¿Cuál?

-La guerra- Legolas y Tauriel se estremecieron. El príncipe ya se lo estaba temiendo, pero por si no lo tenía todavía muy claro, apareció unas grandes legiones de orcos saliendo de la fortaleza de Angmar, capitaneados por Bolgo.

-Debemos advertir a los demás-Aconsejó otra vez Tauriel. Era obvio que estaban ante un gran acontecimiento en la historia de la Tierra Media.

- ¡Quizá ya sea tarde, deprisa!-Respondió Legolas con preocupación mientras se dirigía al caballo.

Cabalgaron y cabalgaron, todavía más raudos, sin descansos ni parones. Sabían que sus seres queridos y que todos estaban en peligro. Quizá fuera demasiado tarde para alertarlos pero tenían que ayudar en lo que pudieran. Entre Valle y Erebor, se estaba librando una gran batalla entre elfos, enanos, orcos y hombres. Era la batalla más grande y más numerosa que Legolas había presenciado en toda su larga vida. Su padre estaba ahí, en medio de las numerosas especies que poblaban la Tierra Media.

Llegaron a Valle, suficiente para ayudar y alertar de otras tropas.

Llegaron al mercado, donde estaban reunidos los guerreros de la Ciudad de Lago con Gandalf el Gris, más conocido como Mithrandir por los elfos, y yo.

Me quedé asombrado, porque se hablaron como si ya se conocieran. También pude distinguir detrás del elfo rubio, a una hermosa elfa que cabalgaba con él. Lo primero que se me vino a la cabeza fue que era su prometida o algo así. Yo nunca entendí en los asuntos del amor, pero algo sabía.

El príncipe bajó del caballo y habló a Gandalf:

-¡¡¡Gandalf!!!

-¡Legolas, Legolas Hojaverde!-Suspiró el mago aliviado.

-Otro ejército, Gandalf. Bolgo se dirige hacia aquí con otra tropa que carga desde Gundabad. Están casi sobre nosotros.

-Gundabad…Azog enfrenta a nuestras tropas, mientras que Bolgo aparece por detrás con las suyas desde el norte.

-¿Norte? ¿Y por dónde está el norte?-Pregunté confundido y agobiado. Nunca me vi inmiscuido entre tanta guerra y maldad. Pero quería ayudar.

-La Colina del Cuervo….-Respondió Gandalf con preocupación.

-¿Allí arriba? Pero Fili, Thorin, Dwalin y Kili están allí-Respondí temiéndome lo peor. Al escuchar el nombre de Kili, a Tauriel se le cambió la cara, y mostró una de preocupación.

Desde dónde estábamos, se podía divisar la Colina del Cuervo. Tauriel miró hacia ella. Su rostro lo decía todo; Iba a rescatarle, pero no iría sola.

Los dos elfos se fueron, apresuradamente, del mercado. Segundos más tarde, nos encontramos con Thranduil y con sus tropas, no todas claro está, sino las que le quedaban. Estaba enfadado y rabioso. Gandalf se dirigió a él:

-Mi señor, envía a tu grupo a la Colina del Cuervo. Están a punto de sorprender a los enanos. Thorin debe enterarse.

-Que lo avise otro. Ya he derramado demasiada sangre élfica defendiendo estas tierras. No lo haré más.

-¡Thranduil!-Gritó Gandalf. Estaba claro que lo tenía que hacer otro…

Thranduil se disponía a salir de Valle cuando Tauriel salió a su encuentro:

-No os iréis más lejos. No abandonaréis este lugar. No esta vez-Advirtió Tauriel al rey elfo.

-Quítate de mi camino-Respondió un Thranduil desesperado y enfurecido.

-Los enanos serán masacrados.

-Si…los van a asesinar…En este día, en un año, o tal vez en cien…. ¿Eso que importa? Son mortales.

Los ojos de Tauriel soltaron unas lágrimas de odio y rabia. Armó su arco con una flecha apuntando a Thranduil:

-¿Crees que tu vida vale más que la suya? No hay nada de amor en ti…

Thranduil giró la cabeza resignado pero tras unos segundos blandió su espada cortando en trozos el arco de la elfa, desarmándola y apuntándola con su espada en su cuello.

-¿Qué sabes tú del amor? ¡Nada! Lo que sientes por el enano no es real. ¿Estás dispuesta a morir por él?-Preguntó con decisión un Thranduil que estaba dispuesto a clavarle su larga espada y matarla.

De repente, en el último momento, apareció Legolas apartando con sus dagas la espada del cuello de Tauriel.

-Si la haces daño, tendrás que matarme-Advirtió Legolas con cara de pocos amigos. Protegiéndola en todo momento, Tauriel se quedó asombrada como su príncipe la salvaba de su rey. Todavía Tauriel no podía entender, ni ella, porque sentía amor por Kili cuando tenía a Legolas.

Thranduil se quedó perplejo tras esto y no tuvo palabras para describir el dolor que ahora mismo sentía.

-Yo voy contigo-Dijo Legolas a su elfa. Se dirigirían a la Colina del Cuervo.

Legolas y Tauriel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora