"Tye-mélane"

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Los meses siguieron pasando y el Reino del Bosque cada vez estaba más unido. Con Thranduil sin salir de su estudio o de su habitación, todos siguieron a Tauriel. Junto a Lothlórien, el Reino del Bosque combatió contra Sauron en el norte. Numerosas batallas surgieron en Dol Guldur. Muchos elfos perecieron pero todo se hacía por la Tierra Media. Sacando fuerzas de donde ya no había, siguieron peleando.

Tauriel al frente de cada tropa, alentaba a los suyos. Siempre fue una gran guerrera. Siempre fue una elfa valerosa y rebelde. Aunque también era dulce y tímida. El tiempo seguía pasando y ellos, seguían separados. Tenían la esperanza de que pudieran volver a verse alguna vez, aunque no sabían cómo.

Mientras su amor se situaba en el norte, Legolas se encontraba en Gondor. Después de batallar en los Campos de Pelennor, después de decidir que se dirigirían a la Puerta Negra para dar a Frodo una remota oportunidad. Muchas guerras había librado el elfo en aquel viaje. El Abismo de Helm, los Campos de Pelennor…..Y muchas criaturas como el Balrog o los Nazgul……

Esa noche antes de partir al alba, Legolas se encontraba sentado en su habitación. Al lado estaban las habitaciones de Gimli, Gandalf, Eomer, Aragorn…No podía dormir, era una misión suicida. Tal vez había llegado su hora. Después de tantas cosas, había llegado su final. Nadie sabía si Frodo seguía vivo. Sólo sabían que tenían que resistir.

Esa noche, como otras tantas, el elfo seguía pensando en su dulce amor…..Felizmente sabía que estaba segura, que estaba bien……pero ojala la hubiera visto una última vez…..A la única persona que ha amado en este mundo…..

Sin dormir tampoco y muy triste y desolado, Aragorn se acercó a él. Sentándose a su lado, en su cama.

-¿Tú crees que está viva Aragorn?

-Sí, igual que Arwen….

-Tal vez es verdad…..

-¿El qué?

-Que Frodo y Sam sigan vivos….

-Claro que sí. En esta vida hay que ser positivo y optimista.

-Mañana marcharemos juntos…..y no sé si sobreviviremos todos…..

-Pero habremos luchado todos juntos, hasta la última y más insignificante vida de esta Tierra.

-Ojalá estuviera aquí, conmigo. La hecho tanto de menos.

-No te tortures. Mañana combatiremos por nuestros seres queridos. Para que el bien reine en este mundo Legolas. Para que puedas volver a besarla.

-Ojalá……

Dos días más tarde, en el Reino del Bosque, lo elfos acabaron con las fuerzas de Sauron en el norte. Ahora sólo tocaba esperar, y esperar, a que el embajador les informara de lo sucedido de una vez por todas.

Esa misma tarde, el embajador llegó, con mucha prisa. Con una cara de felicidad de oreja a oreja. Se dirigió al gran salón dónde se encontraban Tauriel y Thranduil y les habló:

-Traigo noticias……

-Tranquilo respira, y habla-Respondió Thranduil impaciente.

-Sauron……ha perecido. El Anillo Único ha sido destruido y la Compañía ha triunfado.

Tauriel no se lo podía creer. Después de tres años larguísimos, por fin todo había acabado. Por fin estaban en paz, por fin podría verle……

-Pero traigo más información mi señor. Un miembro de la Compañía ha muerto. No me dijeron quién…pero no pueden ser ni Frodo Bolsón, ni Samsagaz Gamyi, ni Aragorn, ni Gandalf. Lo siento.

Al escuchar esto, Tauriel cambió al instante la cara de felicidad por una de asombro y preocupación. Thranduil seguía firme como el roble más robusto de Fangorn.

-¿Y mi hijo?

-No se sabe nada de él. Además, van a coronar a Aragorn como rey de Gondor la semana que viene. Os han invitado…….

-Yo no voy a ir……-Dijo el rey apenado y orgulloso.

-El motivo, mi señor….

-Mi hijo ha muerto. Ha sacrificado su vida por esta tierra…..Y yo tengo la culpa….si no le hubiera mandado al Concilio nada de esto hubiera sucedido. Me marcharé.

-¿A dónde?-Preguntó Tauriel sorprendida.

-A Valinor. De todas formas, todos los elfos de la Tierra Media nos marchamos de aquí. ¿O no es así?-Preguntó Thranduil al elfo.

-Si mi señor, todos lo hacen….Más tarde o más temprano……

-Hacer lo que queráis. Él me hizo una promesa, y yo también a él. Y las cumpliremos. Le esperaré aquí. Aunque eso signifique que me quede sola en este reino.

-Mi señora, como ya he dicho, todos nos vamos pero unos más tarde que otros.

-Efectivamente. Tendrás compañía aquí. Pero yo me voy ahora.

-¿Ahora? ¿Tan rápido? ¿No quieres ni ver a tu hijo?-Preguntó Tauriel mientras éste se ponía unas botas de cuero.

-Si, Tauriel, si…..El sitio al que voy, no necesito ningún equipaje porque todo lo tengo allí. Y si en verdad mi hijo sigue vivo…….no necesitará a un padre como yo…….

-No digas tonterías, el te aprecia mucho, igual que yo…..

Thranduil se dio la vuelta y acercándose a Tauriel a la vez que la sonreía.

-Tauriel…..la verdad es que nunca me tuve que entrometer entre vosotros dos. El amor que os procesáis aún así con el paso del tiempo es asombroso y magnífico. Has cambiado……Todavía me acuerdo cuando te recogí en el bosque tirada entre plantas y helechos, hace seiscientos años. Nunca vi una cosita tan bella y tan dulce cómo tú. Pero ahora nadie me necesita, así que partiré a Valinor. Tras miles de años en este mundo, le digo adiós…y un adiós para siempre.

-Thranduil, por favor……-Dijo Tauriel llorando por la marcha del rey.

-Lo siento pero ya nada puedes hacer. Dile a mi hijo….que le quiero y que siempre le he querido-Tras esto Thranduil besó en la frente a Tauriel y salió a las puertas principales. Se subió a un caballo y se marchó a galope tendido, hacia los Puertos Grises.

Un guardia se acercó a Tauriel:

-¿Ahora qué vamos a hacer mi señora?

-Tú ya puedes hacer lo que quieras. Ve con tu familia. Yo esperaré aquí…..

-¿Pero el príncipe ha sobrevivido?

-No lo sé……

Desde que Thranduil se fuera de la que siempre fue su casa pasó exactamente un mes. Un mes desde que el anillo de Sauron fue destruido, un mes de que todo fuera paz y armonía en la Tierra Media, un mes en el que Tauriel fue la única persona en el reino que estaba triste y asolada cuando por fin la maldad había fracasado.

Tauriel llegó a pensar que en verdad Legolas había muerto. Pero le esperaría y si no volvía se moriría allí, de tristeza.

Una mañana como otra cualquiera, mientras más y más barcos de elfos zarpaban en los Puertos Grises, la bella elfa pelirroja se levantó de su cama con más pena que gloria. Sin desayunar, se dirigió al gran salón y se sentó en su sillón. Con nada que hacer, esperaba y esperaba. Ya aburrida de anhelar la llegada del elfo, se derrumbó a llorar, pensando que había muerto.

De repente, mientras lloraba desconsoladamente, detrás de ella un hermoso collar blanco rodeó su cuello mientras la cogían un mechón pelirrojo de su cabello. Oyó una voz que la susurraba al oído:

-"Findelya cala ve laure"……"melanyel".

Legolas y Tauriel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora