La Ciudad de Lago

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Tauriel estaba siguiendo el curso del río y las huellas que habían dejado los orcos destruyendo todo a su paso. No podía dejarles atrás, tenía que ayudarles. Tenía que ayudarle a él .Además, ella sabía que el tema de Thorin Escudo de Roble y sus compañeros no era una simple misión, era mucho más que eso y no podía limitarse a lo que pasara solo en el Bosque Negro, a diferencia de Thranduil.

Caminaba y caminaba, las huellas de los orcos la conducían a una ciudad que ya se conocía pero que no frecuentaba ir. Era la Ciudad de Lago. De repente, oyó unos pasos detrás de ella y armó su arco dándose una media vuelta, pero no disparó. Era Legolas:

-Pensé que eras un orco-Dijo Tauriel mirando al príncipe.

-Si fuera un orco, ya estarías muerta-Tras decir esto, bajaron los arcos y Legolas siguió hablando:

-Tauriel, no puedes enfrentarte a treinta orcos tú sola.

-No estoy sola…-Respondió la elfa girando su cuello y mirando al elfo.

-Sabías que vendría…-Dijo Legolas mientras sonreía.

Tauriel le dedicó una sonrisa placentera y amigable.

-Tauriel, el rey está enfadado contigo, le has desobedecido. Ven conmigo, él te protegerá-Añadió Legolas ahora más serio.

-¿Pero y si no quiero? Parece que el rey no le importa que una manada de orcos entré en nuestras fronteras y maten a nuestros amigos en busca de nuestros prisioneros.

-No es nuestra lucha.

-Si es nuestra lucha…Con cada victoria el mal se hará más fuerte. Dime, amigo, ¿cuándo hemos dejado que el mal sea más fuerte que nosotros?-Tauriel estaba convencida de que tenían que intervenir, pero no quería que Legolas la abandonase.

-Tienes razón. Pongámonos en marcha. Perdóname Tauriel, he estado tan ciego todo este tiempo…que no he visto la verdadera amenaza que se asomaba-Tras esto Legolas y Tauriel se pusieron en marcha.

Anduvieron y anduvieron, corrieron y trotaron con paso muy acelerado haciendo pequeños descansos de 10 min donde aprovecharon a comer pan del camino, Lembas. También aprovecharon a recordar los viajes a Rivendel, a Lothlórien, las grandes fiestas del reino del bosque…muchos recuerdos juntos, muchos años juntos.

Cuando no hablaban Legolas no paraba de pensar: "Todo esto es por el maldito enano, ojalá les hubiera dejado marchar ese día, ojalá no hubiera estado tan ciego para no darme cuenta de que Tauriel llegaría a amar a otra persona que no fuera yo"

Pasados dos días llegaron por la noche a la Ciudad de Lago, muy justos de tiempo dónde observaron como los orcos atacaban a unos cuántos enanos, de entre ellos Kili que estaba herido.

Entraron salvándolos a todos, descuartizando y decapitando orcos pero con dos objetivos muy diferentes…

Abajo se podía observar como el resto de los orcos retrocedían y el jefe les chillaba. Se llamaba Bolgo.

Cuando todos estuvieron a salvo de ellos, Legolas se dirigió a Tauriel:

-Vamos Tauriel-Ordenó Legolas a la capitana mientras la esperaba en la puerta.

-Rápido Tauriel, no tenemos tiempo-Añadió Legolas mientras abandonaba la casa.

Tauriel se dirigió a ella a punto de irse cuando Kili chilló de dolor por el veneno de la flecha de Morgul. Mientras,  Legolas seguía cazando orcos, persiguiendo al jefe. Tauriel sabía que si se quedaba, supondría un mazazo en la relación con Legolas, pero si se iba, Kili moriría. Al final, se quedó curando a Kili, ella no sabía si por compasión o por amor…estaba confusa.

Mientras le curaba, Kili no paraba de mirarla de arriba abajo, enamorándose, él también, de la capitana. Legolas por su parte, decidió perseguir a Bolgo, luchando contra el cuerpo a cuerpo, con espadas pero sin flechas. Estaba claro que no sería fácil acabar con él pero la tozudez del príncipe le llevó a perseguirle por toda la ciudad….pero volvería…

Cuando la curación acabó, Tauriel se disponía a buscar a Legolas y volver con él cuando Kili se dirigió a ella y le dijo:

-No eres ella, no puedes ser ella…ella está muy lejos de mi…Fue sólo un sueño...-Tas esto Kili añadió: ¿Crees que me podría haber amado?-Al instante, la cogió la mano suavemente. Tauriel se dio cuenta de que sentía algo por el enano, pero no sabía lo que era. Los demás enanos y hasta el hermano de Kili, Fili, presenciaron la escena entre él y la hermosa elfa.

-Descansa…-Añadió Tauriel apartando su mano de la del enano

Al minuto, Tauriel y la ciudad entera notó como un ligero terremoto, un ligero brote en el ambiente.

Algo se acercaba….

Legolas y Tauriel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora