Un amor eterno

2.7K 112 71
                                    

-¡Estupendo! Mañana por la mañana partimos y por la tarde zarparemos-Dijo Gimli muy contento.

-¿Por qué tienes tantas ganas de ir?-Preguntó Athael con cara de desprecio.

-Me gusta conocer cosas nuevas, y más con amigos.

-¿Te lo has pensado bien?-Preguntó Tauriel cogiendo la mano de Legolas.

-Sí. Creo que ya es hora de irse. Dentro de poco no quedaran elfos en la Tierra Media. Además, podremos ver a Gandalf, Elrond y muchos conocidos más.

-¿Habrá enanos?-Preguntó de nuevo a Athael mirando de reojo a Gimli.

-No. Gimli será el único por ser un miembro de la Compañía del Anillo-Respondió Legolas.

-¿Qué pasa Athael, te caen mal los enanos?-Preguntó Tauriel un tanto sorprendida.

-No. Pero tampoco me caen bien.

-Bueno……iré preparando las cosas…. ¿Athael me ayudas?-Preguntó otra vez la elfa.

-Por supuesto madre. ¿Podre ver al abuelo?

-Claro que sí.

Tauriel y Athael se dirigieron hacia el dormitorio principal  abandonando a Legolas y Gimli.

-Legolas, ya sé que es importante. Pero no te preocupes, los amigos y conocidos que nos quedan están allí, en Valinor.

-Ya lo sé. Tranquilo estoy bien. Sólo que me encuentro un poco nervioso.

-Valoro mucho cómo se comporta tu familia. Te siguen a todas partes.

-Sí. Son mi vida….

Pasaron las largas e impacientes horas en Ithilien y ya tocó partir hacia los Puertos Grises. Un camino bastante largo pero tranquilo sin presencia de orcos ni otras criaturas feas y horribles. A la familia elfa le costó mucho salir de su casa, ya que habían vivido muchas cosas allí, pero estaban felices y ansiosos de llegar a ese lugar tan misterioso conocido como las Tierras Imperecederas.

Llegaron al mar a la hora del almuerzo dónde en la orilla les estaban esperando un gran barco grande y lujoso con Sam dentro, mirándoles con una sonrisa placentera y amigable.

Se subieron al gran barco, esperanzados y cansados. Hablaron con Sam sobre muchas cosas sucedidas en el pasado y por supuesto del próximo camino que tomarían.

Mientras el barco zarpaba y se alejaba aún más de la orilla de los Puertos Grises, Gimli, Athael y Sam seguían conversando alegremente sin mirar hacia atrás. Pero Legolas y Tauriel se sentaron en la popa del barco, aprovechando los últimos momentos en los que pasarían en el único hogar que habían conocido. La verdad, fue triste y Tauriel no pudo dejar escapar un montón de lágrimas al respecto.

Legolas se dio cuenta y la abrazó por la cintura mientras esta apoyaba su cabeza en el pecho fornido del elfo rubio.

Los dos elfos se miraron a los ojos, luciendo unas de sus mejores sonrisas mientras Tauriel decía:

-Es triste….

-Sí lo es….

-Nunca llegué a pensar que abandonaría este lugar. Siempre oí leyendas sobre los elfos que se dirigían a Aman, pero nunca me las tomé en serio. Ahora sé que existen….que existe algo más a partir de estas orillas.

-Tauriel…..vayas dónde vayas siempre me tendrás aquí, contigo.

-Y tú a mí.

-Es curioso….

-¿El qué?

-Una de las pocas cosas que me dijo mi madre….

-¿Qué te dijo?

-Que el amor es una condición en la que la felicidad de otra persona es condición imprescindible para su propia felicidad. Que si no soy capaz de amar a nadie nunca, entonces mi vida no tiene sentido. Y mi vida cobró sentido hace setecientos años, cuando mi corazón habló al verte.

-Legolas….por ti cruzaría océanos interminables para estar contigo. Sé que vaya a dónde vaya, siempre seré feliz….porque tu estas a mi lado.

-Siempre soñé con formar una familia, con la paz, con la amistad, con el amor…..Uno si tuviera todo esto, diría: "No sé que más hacer". Pero yo sí lo sé. Ya he aprendido porqué se vive….

Tauriel le miró perpleja, con los ojos húmedos y llorosos. Estaba deseando lanzarse a por él. Sin palabras, la elfa dejó continuar a Legolas. Atenta a todo lo que la decía, todo lo que hacía….

-Para conquistar a la persona que amas, para estar junto a ella, en la vida y en la muerte…..Esa persona eres tú Tauriel….Yo nunca supe que tenía un sueño, hasta que ese sueño fuiste tú.

Tras decir esto Tauriel besó a Legolas apasionadamente, a la luz del sol, mientras el barco zarpaba y los pájaros cantaban. Legolas continuó:

-Mi cielo es tu cuerpo, mi sueño tu sonrisa, mi droga tus besos, mi obsesión tus caricias, mi camino tu felicidad y mi objetivo... tu amor.

-Legolas……eso es lo más bonito que me han dicho nunca….

-No siento lo que digo….digo lo que siento…..Tauriel te amo.

-Legolas….Te amo y te amaré hasta el fin de mis días.

Los dos elfos se volvieron a fundir en un solo beso, largo y apasionado. Con los ojos cerrados, sus manos unidas y cogidas y sus cuerpos juntos el uno con el otro. El último beso que se dieran en la Tierra Media. Sin duda el más bonito y dulce que ninguna vez sintieron.

Así es como el amor más puro, bello, hermoso y verdadero que ha conocido la Tierra Media en toda su historia, abandonaba ese mundo….Rumbo a otras tierras, más tranquilas, más hermosas…..Un paraíso sólo apto para el bien. Dónde el mal, no puede penetrar.

Y así es como termina su historia en nuestra querida Tierra Media, tal y como empezó antes de que yo naciera, llena de aventuras y acontecimientos que marcarían el futuro de hasta el más insignificante y pequeño individuo de este mundo. ¿Su fin? No hay final en esta historia. Permanecerían juntos, para siempre.

Ni el pobre Kili, ni Smaug el Magnífico, ni la fuerza de cinco ejércitos, ni Sauron, ni las enfermedades, y ni el mismísimo Eru pudieron separar a los dos elfos. Por eso yo no creo en el destino, porque uno es dueño de su propio futuro.

Con un viaje sólo de ida, Legolas y Tauriel sellaban su amor. Un amor…..eterno.

LEGOLAS Y TAURIEL

"Un amor eterno"

Por Bilbo Bolsón.

Bueno, chicos y chicas, ya se acabó. La verdad, no me arrepiento de nada de lo que he escrito durante estos veintisiete capítulos. Me siento orgulloso de haber terminado tan bien este fic.

Un fic con el que Tauriel podría haber encajado perfectamente, no sólo en las películas de Peter Jackson (muchas gracias por las dos trilogías, genio) si no también y respetando todo, en los libros del profesor, nuestro profesor, el que nos hizo soñar y disfrutar: J.R.R Tolkien.

He de decir que amo el amor entre Legolas y Tauriel (Legriel o Legoriel como queráis) y que hacen una pareja espléndida en todos los aspectos. He de reconocer que me he sentido triste con el final.

Quiero daros las gracias a TODOS los que seguís mi fic, y los que aún estan por llegar, desde los antiguos hasta los recientes seguidores. Gracias especiales a la que me animó desde el principio y la que me ha ayudado un montón con sus comentarios y sugerencias, gracias Gabriela (a456d).

Por último, pediros como especial favor a que me comentéis TODOS en este capítulo, con vuestras opiniones sobre toda la historia, dudas, sobre lo que os ha gustado más, menos…etc. Y estoy abierto a sugerencias.

Muchísimas gracias a todos y adiós….¿para siempre? Eso lo decidiréis vosotros;)

Legolas y Tauriel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora