A Rivendel

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-¿Y qué vamos a hacer ahora?-Preguntó Legolas a su padre.

-Informaremos de lo sucedido, así que irás a Rivendel.

-¿Por qué a Rivendel?

-Porque mientras vosotros estabais fuera y antes de que nos atacaran los orcos, recibí una nota de Elrond sobre una reunión. No una simple reunión, es un concilio. Donde estarán todas las razas de la Tierra Media, así que tú representaras, no sólo a los elfos, sino al Bosque Negro. Y ya que vas, informarás de lo sucedido con Gollum. Mataré dos pájaros de un tiro.

-¿Por qué un concilio, por qué convocar a hombres, elfos y enanos juntos?

-No lo sé con exactitud, pero es muy importante para que El Medio Elfo haga eso.

-De acuerdo, y ¿cuándo sería ese concilio?

-Dentro de cuatro días, así que partirás al alba.

-¿Cómo que, partirás?-Interrumpió Tauriel.

-Sí, sólo irá mi hijo. En el concilio no puede haber mucha gente, así que irá Legolas, que para eso es el príncipe.

-Pero, padre….

-No añadiré más.

Tras esto, Tauriel se fue enfadada a su habitación mientras Legolas la miraba con preocupación y tristeza.

-Sabes que ella quiere estar conmigo, ¿por qué sigues con esto? Creía que habías cambiado padre.

-Y lo he hecho, pero sólo sigo las normas de Elrond….-Thranduil mentía, todavía seguía odiando la relación de su hijo, pero ya no podía hacer nada. Al fin y al cabo, es su primogénito y no quería perderle así que tenía que intentar disimular y aceptarlo.

-Padre….con o sin tu consentimiento….no habrá orco capaz de alejarme de ella.

Al decir esto, Legolas dejó a su padre y se dirigió donde estaba su capitana.

Se la encontró sentada en la cama de ambos, con la cabeza gacha y sin mirar al elfo a la cara.

-Tauriel…

-Déjalo, no te esfuerces, ya sé que desde que me acogió Thranduil sólo he sido para él un simple sirviente. Y para ti sólo un objeto de deseo, que ingenua fui…..-Tras decir esto, Tauriel dejó escapar unas lágrimas de sus ojos húmedos y llorosos. Legolas se sentó al lado de ella y la abrazó. La cogió suavemente la cara y con sus dedos limpiándola la mejilla de sus propias lagrimas.

-Tauriel, sabes que no es cierto. Sabes que mi padre no te considera eso, sino mucho más. Lo que pasa que todavía está obsesionado con la casta….. Y….mi estrella….sé que estás enfadada y rabiosa, pero me sorprende que digas eso de mí. Sabes que te amo, te amé, y siempre te amaré…… Tauriel, pondría toda mi vida a tu cargo, porque mi corazón sólo pertenece a ti y a nadie más. A mí me da igual si eres Eldar, Silvana o Sindar….eso me da igual, lo que me importa eres tú, tu felicidad, tu comodidad, tu alma, sólo tú….-Los ojos de ambos se miraron y Legolas la besó apasionadamente.

-Dicen los Eldar que un elfo sólo se enamora de alguien una vez, que sólo se desposan con una sola persona, que sólo engendran hijos con esa persona…..eso es cierto. Sin ti, nunca habría descubierto el verdadero amor.

-Perdóname....no sé cómo pude dudar de ti….Cuando estoy contigo me siento tan bien, tan protegida, tan viva, tan feliz, tan especial…..y por eso no puedo separarme de ti Legolas….no puedo….

-Lo sé mi amor, lo sé….y cómo te conozco tan bien se que no dejaras que nadie nos separe…ni yo tampoco….así que vendrás conmigo a Rivendel.

-Legolas, no te sientas obligado. Sé que Elrond dio unas normas.

-Hará una excepción…….Tauriel, aunque el mismísimo Thingol me ofreciera un hogar más allá de las Tierras Imperecederas, nunca permitiría irme sin ti. Siempre estarás conmigo….siempre.

Tras otra noche especial con su ser querido, Legolas y Tauriel partieron a Rivendel con el permiso de Thranduil. Aunque no le gustó que se fuera ella también, se prometió a si mismo que la felicidad de su hijo era lo primero, así que les dejó marchar. El rey cambiaría por su hijo.

Los dos elfos atravesaron montañas, bosques, sierras y ríos y lugares históricos como Moria pero sin adentrarse en ellos. Tenían un largo viaje por delante, con pocos descansos en tres días de viaje, tal y como dijo el padre del príncipe.

Por fin llegaron a Rivendel, por la mañana, antes de la comida, un lugar tan precioso como inigualable. Los siglos pasaban y el hogar más maravilloso, junto a Lothlórien, de la Tierra Media seguía sin perder su encanto y belleza. La casa y el valle estaban protegidos por encantamientos élficos que hacían que los ríos se alzaran y rechazaran a los invasores, aunque su principal poder era la curación y la conservación. Por eso, era un santuario donde uno era curado de las fatigas corporales y espirituales .El refugio de Rivendel estaba situado en un aislado y escarpado valle en la parte más oriental de Eriador, a los pies de las Montañas Nubladas.

La verdad es que Rivendel era como mi segunda casa.

En la entrada se encontraron a muchas personas de diferentes razas, sobre todo, hombres, elfos y enanos.

Lindir, se acercó a los elfos y les dijo:

-Bienvenido, Legolas Hojaverde del Bosque Negro, gracias por venir….y tú eres….

-Ella es su prometida, Tauriel-Irrumpió Elrond a su consejero y mirando detenidamente a la elfa.

-Maestro Elrond….-Dijo Legolas haciendo una reverencia. Tauriel permaneció quieta mirando al Medio Elfo.

-Has venido tú, creía que iba a asistir tu padre o algún explorador como suele hacer.

-No maestro, hemos venido nosotros a tu concilio.

-Lindir, acompáñales a su habitación. Disculparme por si la cama es un poco estrecha pero estaba pensada para una sóla persona….-Elrond siguió observando a la elfa mientras Legolas y ella eran conducidos a sus aposentos.

-Le caigo mal a Elrond-Decía Tauriel mientras se colocaba sus pertenecías y su ropa en un armario empotrado al lado de la cama.

-No es cierto-Respondió Legolas abrazando a Tauriel por la cintura, detrás de ella, dándola besos cortos en su cuello.

-Sí que lo es, me mira con desprecio.

-Ah. Es porque no acepté el compromiso con Arwen Undómiel y te elegí a ti. Pero no te preocupes, Elrond no es como mi padre, no es rencoroso.

Lindir apareció de nuevo y ordenando:

-Mi señor Legolas, el concilio va a empezar pronto, acompáñeme.

-De acuerdo, vamos Tauriel.

-Lo siento Tauriel no puede asistir.

Legolas y Tauriel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora