-¿Por qué no?-Preguntó Legolas a Lindir.
-Porque no puede asistir mucha gente al concilio, solo la más importante. El Concilio de Elrond es privado y muy, muy importante.
-No estoy de acuerdo, Tauriel representa al Bosque Negro al igual que yo.
-Déjalo Legolas, tranquilo. No pasa nada.
-¿Seguro que no te importa?
-No. Mientras tu estas en esa reunión, aprovecharé a dar un paseo por la magnífica Imladris. Me ayudará a despejar la mente y así descansaré un poco de tanto viaje.
-De acuerdo, Tauriel. Luego vuelvo. No tardaré mucho-Legolas besó a Tauriel y se fue con Lindir al Concilio.
-¡Sólo es una reunión!-Bromeó la elfa a Legolas mientras éste se marchaba a lo lejos.
Durante media hora paseando en silencio y curioseando uno de los mayores bastiones de los elfos en la Tierra Media, se encontró con una elfa de cabello negro rizado vestida con una túnica roja y negra. Era la hija de Elrond, Arwen, que estaba leyendo un libro reposada en un banco. Alrededor de su cuello, sobresalía una larga cadena con una hermosa joya blanca.
Tauriel se sentó junto a ella.
-Me alegro de conocerte por fin, Arwen Undómiel.
-Ah, tú debes de ser, la prometida de Legolas, Tauriel.
-Sí. ¿Cómo lo sabes?
-Mi padre me ha hablado de ti. Asistió a vuestro compromiso en el Bosque Negro.
-Ah, sí ya me acuerdo. Creo que vuestro padre me guarda rencor….
-No, nada de eso. No te preocupes. Él no quiso que yo me enamorara de un humano y entonces Legolas te eligió a ti. Pero ya sabes cómo son los padres, y más el mío y Thranduil.
-Puede que tengas razón. Oye, ¿por qué no has asistido al Concilio como hija de Elrond?
-Mis hermanos Elladan y Elrohir lo han hecho pero yo la verdad es que no me interesaba mucho y mi padre quería las menos personas posibles.
-¿De qué trata el Concilio exactamente?
-Hay un hobbit que rescaté más allá de las fronteras de la Comarca, al lado de la atalaya de Amon-Sul que posee una gran carga. Están decidiendo que harán con ese objeto. Entre los presentes están los pueblos más importantes de la Tierra Media tanto de hombres y elfos como enanos. Hasta ha venido Gandalf el Gris.
-¿Ese objeto no será por casualidad el Anillo de Sauron?
-Sí.
-Y ese hobbit…. ¿Se llama Bilbo Bolsón?....
-No. Es su sobrino, Frodo Bolsón. Y si conoces a Bilbo Bolsón, está aquí mismo, en Imladris. Pero no sé dónde exactamente.
-¿Bilbo está aquí? Oh, que grata sorpresa.
Las dos hermosas y radiantes elfas pasaron un largo rato hablando, caminando, y hasta se encontraron con Bilbo.
Pasadas dos horas, cuando la reunión terminó, Tauriel y Arwen observaban tranquilas a las personas que salían del Concilio, rumbo al gran comedor. Se fijaron en un enano en particular. Tenía larga barba castaña, ojos negros e iba acompañado de un enano que Tauriel reconoció; Glóin. El mismo que estaba en la compañía de Thorin Escudo de Roble sesenta años atrás.
Mientras le observaban, Legolas se acercó a ellas un poco nervioso y a paso rápido.
-Tauriel ya estoy aquí. ¿Vamos a comer?
-Sí, si… ¿Qué prisa tienes? Mira, conmigo esta Arwen. La he conocido mientras estabais en el Concilio.
-Mi señora….-Dijo Legolas haciendo una reverencia y besando la mano de la hija de Elrond.
-Cuanto tiempo sin verte Legolas.
-Lo mismo digo. Encantado de volver a verte después de tantas cosas….Bueno Tauriel ¿vienes? Es la hora de la comida y estoy hambriento-Legolas estaba raro y Tauriel se lo notaba. Estaba intranquilo, impaciente y un poco borde. Ni se dignó a contarla de lo que habían llegado en el Concilio y tampoco a hablar con Arwen. Tampoco la besó como suele hacer siempre.
-Si….vale vale….Encantada de conocerte Arwen, espero verte muy pronto.
-Lo mismo digo Tauriel. Ojalá te hubiera conocido antes.
Legolas y Tauriel se dirigieron al gran comedor donde habían tres grandes mesas. Una en la que solo la presenciaban enanos, otra sólo de elfos y otra dónde estaban los humanos con cuatro hobbits, un mago y Aragorn.
Para sorpresa de Tauriel, Legolas se sentó con Aragorn, en vez de con los elfos como hacía siempre. Los cuatro hobbits ni se dieron cuenta de que se sentaron con ellos ya que despedazaban la comida como jabalíes hambrientos tras cuatro días sin comer. Gandalf seguía conversando con los hobbits, presidiendo la mesa.
-Legolas, ¿Qué te ocurre? Me estás poniendo nerviosa…..-Dijo Tauriel con un tono más expresivo y más grave que de costumbre.
-¿A mí? Nada, que me va a suceder….Estoy bien. Es que me he cruzado con ese estúpido y tozudo enano llamado Gimli, y estoy un poco cabreado. Casi nos enfrentamos contra los enanos. Y luego ese Boromir….
-No, algo te pasa. Te lo noto. Déjate de cambiar de tema ¿Qué ha sucedido en el Concilio? ¿Qué habéis concluido?
-Haber…..El Anillo Único para destruirlo tiene que ser arrojado en el Monte del Destino. Si no se hace eso, Sauron recuperará su anillo y la oscuridad volverá a asolar este mundo. Han decidido hacer una compañía formada por hombres, elfos, enanos, hobbits y Gandalf. Concretamente, nueve compañeros. Que partirán mañana al alba hacia Mordor en uno de los viajes más importantes y peligrosos que han existido en toda la historia de la Tierra Media.
-Ya…. ¿Y qué tiene eso que ver contigo?
-Na…nada…en especial…. ¿Quieres un poco de ensalada? Aquí esta buenísimo todo….
-¿Qué tiene eso que ver contigo? Vuelvo a repetir….
Legolas cogió de las manos a Tauriel y la miró a los ojos. Aragorn los observó con atención y detenimiento.
-Tauriel….perdóname….
-Legolas….me estas asustando. Dímelo ya.
-Tauriel……me voy a Mordor.

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Legolas y Tauriel.
FanfictionEstaban hechos el uno para el otro, pero, ¿conseguirán estar juntos?Lo único seguro es que se enfrentarán a muchas aventuras. La historia de una de las parejas más bellas y puras de entre todas las edades de la Tierra Media será contada por mi, Bilb...