No sabía si el juicio se le había nublado en el momento que el orgasmo la invadió, o si realmente Manuel había pronunciado esas palabras.
Los cuerpos de los dos yacían abrazados, en completa calma. El con los ojos cerrados, y ella mirando el techo. Lo que acaban de experimentar había sido muy abrumador para ambos.
El sin pensarlo, le había dicho te amo, mientras el orgasmo lo invadía por completo. Y no iba a disculparse por decir lo que sentía. Ella iba a tener que aceptar que aunque no estuvieran juntos, el, la seguía amando como el primer día.
Se sentía en paz, hacía tiempo que no se sentía así. Era como si estuviera en su lugar, que todo encaja completamente. Desde que se habían divorciado, siempre busco encontrar su lugar, pero no había pasado.
Al escuchar él te amo de Manuel, cada pieza encajo.Como actuar, o que hacer para que las cosas no se arruinen? Si tuviera que pedir opinión de alguien de afuera para que la ayude, seguro le diría, termina con Micho y date una oportunidad con Manuel. Sería lo más sensato. En definitiva, eso es lo que haría cualquiera que estuviera en su lugar y tuviera dos dedos de frente.
Pero y si estaba equivocada? Y si otra vez no volvía a funcionar con Manuel? Porque si una vez todo se fue a la borda, quien decía que esta vez la cosas terminaran igual, o peor aún.Al menos la primera vez, su corazón no termino tan roto, porque las cosas se fueron dando, para que terminaron separándose. Y si esta vez si terminaba destrozada? Como iba a continuar si las cosas no funcionaban.
Sus pensamientos, la hicieron suspirar, y eso llevo a Manuel a moverse un poco. Ella giro su cabeza hacia él, pero vio que seguía con los ojos cerrados.
-Me amas aun?- No supo porque esas palabras salieron de su boca.
El también giro su cabeza, y abrió los ojos y sus miradas se encontraron. Acaba de confirmar que ella lo había escuchado. Aunque le había implorado al cielo, que no lo haya hecho. Aunque no iba a disculparse. Tal vez no era el momento de hablar de sentimientos, cuando apenas llevaban acostándose dos veces.
-Si Lucero.- Se puso de costado y apoyo la cabeza en su mano, y con la otra le acaricio la cara. –No me voy a disculpar por lo que siento.
-No te estoy pidiendo que te disculpes. – el asintió mientras la seguía acariciando.
-Me había prometido que no te volvería a tocar hasta que habláramos. Pero...
-No te la puse fácil, verdad? –termino ella. Y el negó con la cabeza mientras sonreía.Ella levanto su mano, y paso su pulgar sobre sus labios. Amaba condenadamente esa boca y más cuando sonreía. Se inclinó apenas para poder darle un pequeño beso.
-Deberíamos hablar, tienes razón- le dijo.
-Ahorita si te acepto algo de tomar. Ella asintió, y se levantó de la cama, tomo su bata y al llegar a la puerta se giró.
-Vino? – Dios esa mujer lo conocía perfectamente bien.
El solo sonrió y asintió.Bajo las escaleras, con una sonrisa y tarareando una canción. Y en la sala se encontró con los rastros de pasión que habían comenzado. Junto la ropa y por instinto se llevó la camisa de el a la nariz y aspiro el aroma que desprendía, tan típico de él, y sin pensarlo, se quitó su bata y se puso la camisa.
Una sonrisa malvada se le dibujo en el rostro. A él, a su ex marido le enloquecía verlo con su ropa.
Dejo todo en la punta de la escalera y salió a servir las dos copas de vino tinto.Manual observaba cada momento de ella antes de que se ponga la bata, y estaba extasiado. Su cuerpo siempre lo había vuelto loco. Era perfecto. Pero luego de los embarazos y la edad se ponía mejor.
Hubiera deseado que su camisa hubiera estado en la habitación y no por donde haya quedado, así la volvía a ver con ella puesta. Pero no todo poda ser perfecto.Se recostó en el respaldo y suspiro. Estaba feliz, muy. Pero sabía que era momentánea. Tenían que hablar y había llegado el momento.
Giro la cabeza y vio la foto sobre la mesita y no dudo en agarrarla.
Era una foto perfecta, ella con su gran sonrisa, el pelo achinado y largo. Y de fondo la playa. Pasó los dedos sobre la imagen y sonrió.
Estaba tan perdido en la imagen que no la escucho llegar.Lucero llego a la habitación con las copas de vino en las manos, y la imagen que encontró le acelero el corazón. Ahí estaba el, mirando y acariciando su foto y sintió que el tiempo no había pasado.
-Tú me sacaste esa foto. Recuerdas? – Al escucharla, pego un salto y levanto la vista y quedo paralizado. Estaba frente a una diosa. Era lo más sexy que había visto. –Lo recuerdas?
-Eh? – Lucero largo una carcajada que retumbo en toda la habitación.
-Que pasa Manuelito? – dijo con voz seductora.
-Sabes el efecto que me causas con mi camisa puesta – ella se iba acercando lentamente y asintió.- Vas a matarme.
-No es la idea, tenemos que hablar. – le entrego la copa de vino, y puso la fotografía en su lugar.
-Lo recuerdo como si fuera hoy.Sus miradas nuevamente se cruzaron y el silencio invadió la habitación.
Lucero bebió un sorbo de vino, y él le hizo una seña de brindis antes de beber.-Manuel.- Comenzó- Estoy confundía.
El bajo la copa de su boca y la miro. Tenía que dejarla hablar, aunque poseía mil preguntas que hacerle, y otras tantas cosas que decirle. La que se encontraba en una situación complicada era ella.
Porque él estaba dispuesto de gritarle al mundo en ese preciso momento que estaban otra vez juntos.-Desearía que todo fuera más fácil. Porque ahora Manuel? – sacudió la cabeza para encontrar las palabras exactas.
El vio como las emociones comenzaban aflorar en ella, y no podía soportarlo.
-Podemos esperar para hablar reina. –Le dijo mientras se acercaba a ella y le giraba la cabeza para que lo mire. – Puedo darte el espacio para que pienses. –Lucero negó con la cabeza.
-No, no puedo hacerte esto, ya me diste el tiempo, además... Además cada vez que intentemos hablar terminaremos haciendo el amor, y será siempre un circulo.
-Es que soy irresistible lo se... -bromeo para que ella se relaje.
-Para mí si...
-Reinis... -Le tomo la cara con ambas manos-
-Manuel- suspiro ella con los ojos cerrados.
-Te volvería hacer el amor ahora mismo.
ESTÁS LEYENDO
•Eres Inevitable•
FanfictionMás allá de la unión que tenían de por vida, sus hijos, algo más los ataba, era como una necesidad que iba más allá de ellos. La vida los llevo a divorciarse, pero también a ser vecinos. Señales o no, siempre por diversos motivos estaban cerca, dema...