PARTE XVI

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Lucero empezó a sentir que un frio corría por todo su cuerpo, y no le permitía moverse. Solo había logrado correr su boca de la de su ex marido, pero nada más. Lo miraba con los ojos muy abiertos esperando que él le digiera que eso no estaba pasando.
Manuel por su parte a través del hombro de ella, miraba a sus hijos que estaban parados en la puerta de la casa de su madre, y luego su vista se posaba en la cara de pánico de Lucero.
El, hizo un pequeño movimiento para dejar a la madre de sus hijos de un lado, porque noto que ella no reaccionaba.

Lucero comenzó a ver como las bocas de sus hijos articulaban palabras, todo lo veía en cámara lenta y no comprendía nada.

- ¿Están juntos de nuevo? ¿Cuándo regresaron? ¿No nos iban a contar? ¿Qué está pasando entre ustedes?

Mijares escucho cada pregunta de sus hijos, mientras pasaba el brazo por la espalda de su vecina, para que ella se sienta contenida y pudiera recobrar la cordura.

-Chavos por favor. -imploró él.
-No nos van a salir, con lo no es lo que ustedes creen-Dijo José Manuel.
-Exacto, porque claramente los cachamos besándose- añadió su hija.
-Podemos pasar? - logro decir Lucero con una voz que ni ella se reconoció.

Mijares abrió la puerta de su casa y vio que ella sacudió la cabeza y comenzó a caminar a su casa.

-Bien- dijo el en voz baja.

Los chavos ingresaron a su casa y detrás lo hizo su madre, por su parte Manuel respiro profundo y los siguió.

Cuando todos se encontraban en la sala, el silencio reinaba en ella, y Lucero caminaba de un lado a otro, intento encontrar las palabras justas para empezar a hablar. Sin dudas en esa explicación que tenían que dar, había cosas muy obvias, como el hecho que los cacharon en pleno beso.

Pero no sabía cómo explicarles a sus hijos, que no estaba con su padre, que no sabía qué clase de relación tenían ni donde iba a terminar eso.
Mierda decía mentalmente, se maldijo por dejarse llevar hace un momento atrás y que ahora estuvieran en esa situación.

-Y bien? - dijo Joss mirando a sus padres- Quien nos a contar que está pasando.
-Joss, está más que claro lo que está pasando. -le contesto su hermana riendo.
-Bueno si beba, pero es justo que lo digan de sus bocas, ¿no te parece? - empezó a reír junto a su hermana.
- En que casa vamos a vivir ahora? -dijo Lucerito mirando a sus padres con una media sonrisa.

Fue la pregunta que hizo reaccionar a Lucero.

-Basta – dijo. Y miro a su vecino con una mirada de súplica y disculpa. -Lo que vieron entre su padre y yo, fue eso, solo en beso. No empiecen a imaginar cosas que no son.
-Ósea fue un beso sin compromiso?- pregunto su hijo- que padres bien modernos tenemos beba – miro a su hermana con media sonrisa dibujada.

Lucerito miro a sus padres, con su sexto sentido y sensibilidad que la caracterizaba en cuestión de segundos comprendió toda la situación.

-Ya Joss, ellos son grandes y saben lo que hacen. Si ahora no nos quieren contar lo que está pasando, es porque no hay nada que decir o no es tiempo. - mientras decía esto miraba a su hermano- además- miro a sus padres- es su vida, mientras nadie salga lastimado – levanto los hombros- por mi puedo esperar a que estén listos.

Salió de la sala dejando a todos mudos, mientras ella dibujaba una sonrisa en su rostro. Amaba a sus padres con todo su ser y siempre en su interior fantaseo que ella tarde o temprano iba a lograr unirlos como pareja. Y al parecer sus padres se la estaban poniendo bastante fácil, porque entre ellos estaba pasando algo, era cuestión de saber mover las fichas, para que volvieran hacer una familia feliz.

José Manuel miro a sus padres y sacudió la cabeza y también abandono la sala.

Al quedarse solos ambos se miraron sin poder creer las palabras que había dicho su hija. Manuel comenzó a caminar hacia su ex mujer para darle el consuelo y la fuerzas que necesitaba en ese momento.

-Es mejor que te vayas Manuel.
-Creo deberíamos hablar.
-Mas tarde. En estos momentos no tengo cabeza.
-Lucerito –
subió su mano para acariciarle la mejilla- no podemos seguir postergando esto, y más ahora que los chavos necesitan una explicación.
-Lo se Manuel, créeme que lo sé.
-Entonces?

Lucero se giró, y comprendió que su ex tenía razón, tenían que definir la situación de una vez por todas.

-Está bien, luego de cenar voy a tu casa. ¿Sí?
-Bueno, te espero.

El giro y desapareció de su vista. Lucero respiro profundo y camino hasta la cocina para servirse un vaso de agua.

Se apoyo contra el refrigerador y empezó a sentir que el mundo se le venía abajo.

De pronto empezó a sonar su celular, lo saco del bolsillo del jean y vio que la llamada que entraba era de Micho, y por primera vez en varias semanas, no dudo un segundo en responder. 

•Eres Inevitable•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora