PARTE XV

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La sonrisa comenzó a desdibujarse del rostro de Lucero, al escuchar May.

Manuel vio la transformación del rostro de su vecina en cámara lenta, paso de estar sonriente a celosa? En su interior agradeció al cielo poder ver ese efecto en su ex mujer y darse cuenta que todavía no todo estaba perdió.

-Lucerito?
-Perdona?
-Me buscas a mí?
-Si, pero veo que estas ocupado-
giro para volver a entrar a su casa.
-No espera-dijo el tomándola del hombro, acción que a ella la hizo detener- May te tengo que dejar. Si claro. Un beso, yo también.
-No tendrías que haber cortado el llamado por mi-
le dijo aun de espalda.
-Lucero, es impresión mía o estas celosa de Mayte?- El aún tenía su mano en el hombro.

Ella sentía el calor de desprendía la mano de él, y todo su cuerpo reacciono a aquel tacto, se maldijo por ser vulnerable ante él.

-No, no es impresión tuya –le dijo de forma de burla y girando para mirarlo a los ojos. -Si estoy celosa.

Manuel no se pudo contener y largo una carcajada que retumbo en el pasillo, y se retiró de ella.

-Celosa –repitió el.
-No sé qué es lo que te causa tanta risa Manuel. - Ella volvió a girar para entrar a su casa.
-Perdón Lucerina, perdón –decía entre risa. Realmente no podía para de reírse, pero no era una risa de burla, sino de felicidad. - Te prometo que me comporto.
-Déjalo Manuel. Nos vemos. -

Cuando ella abrió la puerta de su casa, en cuestión de segundos su ex marido se interponía en el paso.

-Ya – dijo el levantando las manos en forma de rendición- Perdóname, sí? ¿Querías hablar conmigo?
-Ya se me quitaron las ganas
–contesto cruzando sus brazos.
-Ándale Lucerito no seas infantil.
-Infantil yo? -
empezó a sentir que le hervía la sangre- Yo Manuel?
-Ya, ya.
-Si ya, déjame entrar a mi casa.
-No sin antes me digas para que ibas a buscarme.
-No tiene importancia ya.
-Segura? -ella asintió- si tú lo dices, está bien- paso por su lado lentamente mientras le susurra- Adiós reina.

Manuel camino hasta la puerta de su casa, despacio, esperando la reacción de ella. Sabía que eso que él estaba haciendo le molestaba e iba a reaccionar en cuestión de fracciones de segundos.

-Manuel NO. -dijo ella apresurada y acercándose a él rápidamente.
-Que? Me dijiste que no tenía importancia, así que supongo que no tienes ya nada que decirme.

Manuel no supo en qué momento, su ex mujer se había apoderado de su boca y no lo dejo continuar. Sin esperar la tomo por la cintura y la pego a él.

En ese momento se dio cuenta de cuanto la había extrañado y necesitado.

Ella con pequeños pasos lo fue llevando hasta pegarlo contra la puerta, y se aferró más y con desesperación ese hombre.

Mientras ellos sin reservas se entregaban a un beso de amor y pasión, jamás notaron las miradas que se acercaban a ellos.

-Interrumpimos? -Dijeron al unísono los hijos. 

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