PARTE XVIII

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-Que si Joss, me dijo que te avisara, pero tu anoche dormías.
-No entiendo nada nada.
-Yo tampoco. Pero bueno ellos son los adultos.
-Pero, pensé que mamá y papá en cualquier momento nos iban a decir que están juntos.
-Debemos dejar de pensarlo. Mama se fue a lo de Michel.

De pronto el rostro de Manuel y todas sus terminaciones nerviosas quedaron de piedra al escuchar la última frase de su hija.

El, venia entrando a la cocina cuando escucho que sus hijos murmuraban, y entonces decidió escuchar de lo que hablaban. Y en ese momento se arrepintió de hacerlo.

Cuando su cuerpo nuevamente empezó a sentir que estaba vivo, lentamente giro y salió de ahí, para que sus hijos no lo notaran.

Camino y se metió en su estudio. Una vez más sintió que no había hecho las cosas bien. Pero esta vez no iba a quedarse a lamentarse. Su ex mujer había tomado una decisión y la iba a respetar.

Nuevamente solamente sería la madre de sus hijos, su vecina, su amiga. Volverían a la relación cordial de hace unos años. Y el ya no iba a llorarle por los rincones.

Llego el momento de tomar las riendas de su vida y así lo iba a ser.

El sábado por la tarde Lucero había regresado a su casa, y se sentía bien para su sorpresa, volvió a sentir que todo estaba en su lugar.
Decidido que no debía dejar pasar muchos días para hablar con Manuel y decirle como estaban las cosas. Así que al día siguiente iba a ir a su casa para que una vez por todas hablaran.

Cuando Manuel había terminado la llamada de más de dos horas con Mayte había regresado a su estudio, para ver que canciones podría poner para hacer los dúos si es que se lograban.
Mayte si tenía razón en algo, ellas y su amiga Yuri jamás le dirían que no. Así que un poco más convencido empezó a planear algunos dúos y con qué canciones.

El sonido del móvil lo saco de su concentración. Cuando lo tomo, vio que la notificación era WhatsApp precisamente de Lucero.

"Hola Manuelito 🙂 necesito el estudio por un ratito 🙏 puede ser?"

"Hola Lucero claro, solo dame media hora para desocuparlo"

No tenía intención alguna cruzarse con la madre de sus hijos por el momento.
Pero la suerte no estaba de su lado.

-Permiso Manuelito.
-Que?

No podía creer que solo espero 10 minutos para aparecerse en el estudio. Se giro y la vio parada en la puerta sonriente, su corazón estaba a punto de dispararse, pero no se lo permito.

-Media hora te pedí Lucero, no cinco minutos.

Lucero abrió los ojos, al ver en la forma que Manuel le estaba hablando.

-En realidad fueron 10 minutos –dijo con media sonrisa para que él se relajara.
- Como sea, te pedí 30.

Ella al notar que él seguía con la misma expresión intento hacer un nuevo chiste. Pero él no le permitió abrir la boca.

-Manuel
-Manuel nada Lucero, de igual manera ya estás aquí. Con permiso.

El paso por su lado, y ella lo tomo del brazo para frenarlo.

-Manuel estas bien? ¿Qué te sucede? - El largo una carcajada amarga.

Cuando estaba a punto de responder, su teléfono empezó a sonar y no dudo un instante en responder.

-May corazón. Claro que no – largo una carcajada que se le ilumino la cara- Adiós Lucero.

Y Salió dejando a una Lucero sin palabras. Intentaba encontrar la razón por la cual Manuel actuó así con ella.
Si bien era cierto que ella lo había dejado plantado hace unos días, tampoco era motivo para tratarla así.

Y lo que más le hacía ruido, era la forma tan cariñosa que su ex marido atendió la llamada de su amiga. Al escucharlo hablar así, una parte de ella sintió celos y rabia.
Pero la parte racional, le hizo dar cuenta que no tenía nada que reprochar porque ella había tomado una decisión. Quedarse en una relación segura. 

•Eres Inevitable•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora