Capítulo 24

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Alguna que otra semana después…

Estaba paseando junto a Mebuki, acababan de comprar un helado. Poco a poco iban mejorando su relación.

-¿Entonces no crees en Dios?

-No, de todas maneras también me gustan las mujeres, no creo que él a mi me quiera mucho.

-Yo creo en Dios, no en la Iglesia, creo que su mensaje verdadero la distorsionaron. Todo el mundo necesita alguien a quien agarrarse en los momentos complicados, ya sea para pedirle ayuda o echarle la culpa de lo que te pasa.

-Nunca lo había visto así.

-¿Qué tal vas con Sasuke?

-Bien. Muy bien. - sonrió. - Él…yo creo que ha sido diseñado para estar conmigo y yo para estar con él.

-Me alegro, ¿entonces cuando termine el curso te vas a ir con él?

-Sí, pero le estoy intentando convencer de irnos antes. ¿Para qué vamos a perder el tiempo? Ninguno de los dos vamos a estudiar nada y el bachillerato no es obligatorio.

-Pero su madre quiere que acabe el curso, ¿no?

-Sí pero…Mikoto lo único que quiere es que sea feliz. Sabe perfectamente que él solo tiene dinero para tres vidas.

-Lo único que no se puede pagar con dinero es la muerte. Da igual el dinero que tengas, tarde o temprano morirás.

-Joder que tétrica. - rio.

De repente su móvil comenzó a sonar.

Llamada entrante
Gordo <3

-Y hablando del rey de Roma…-cogió la llamada y llevó su móvil a su oreja. - Hola gordo. - una sonrisa tonta se formó en sus labios.

-¿Qué tal pequeña? Tengo muchas ganas de verte…y te tengo una sorpresa.

-¡No me hagas esto! Sabes que odio las sorpresas.

-Esta te va a gustar. Confía en mí… te quiero.

-Y yo a ti.

-Luego nos vemos.

-Adiós.

Odiaba que le hiciera aquello porque su mente podría explotar pensando que coño le estaba preparando.

-¿Nunca te has planteado conocer a alguien?

-No, no, quiero disfrutar de mi soledad.

-No puedes cerrar las puertas. No estás vieja, estás a tiempo.

-Lo sé.

-¿Y te quedarás aquí o volverás a Francia?

-Me quedaré aquí, no tengo…fuerzas para volver a ahí.

-Dicen que para superar un trauma tienes que volver al lugar donde se formó.

-¿Tú volviste a casa?

-Sí, volví muchas veces, pero no quedaba rastro de aquel infierno de casa, estaba mucho más bonita. Pusieron un jardín precioso y se veía viva. No se parecía en nada a aquella casa de los horrores.

-Y…¿al callejón volviste?

-No. - se le hizo un nudo en la garganta. - Lo he intentado, pero no he sido capaz de entrar, mis piernas me lo impiden.

-Has avanzado mucho, con eso debes sentirte contenta. Ahora tienes a un chico que te quiere con locura y que esta dispuesto a hacerte feliz.

-Lo sé.

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