d i e c i s é i s - Crudas verdades, apuestas y promesas

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Este capítulo se lo dedico a mi Vanessa/pollo: Maggie Sandoval. Gracias a ella volvió mi inspiración. Gracias por las ideas locas. Y los stickers. Te amo mucho ❤️
Pd: Ganaron los Patriotas de Nueva Inglaterra bithces 👏

Una sensación de un cubetazo me invade. Abro los ojos de inmediato. Ese cubetazo viene de mi interior. Corro hasta el baño, aventando la puerta. El mar de vómito sale antes de que me pueda incar en suelo. Me arde la garganta y siento gotitas de sudor salir por mi frente, pero mi boca se sintiendo como agua por varios segundos. Cuando por fin sacó todo lo que tengo, siento un nudo en el estómago. Duele mover cada músculo de mi cuerpo. Me siento mientras me tapo los ojos con la mano. La cabeza me martilla una y otra vez. La luz me molesta y quiero volver a dormir. Me levanto y cuando intento cepillarme el cabello, me doy cuenta que tengo el rímel corrido y el vestido de anoche. Me lavó la cara y la boca. Eso no puede significar nada bueno. Me llevo la mano a la cara de nuevo mientras intento recordar. Y por supuesto que me acuerdo lo que pasó, con toda la vergüenza del mundo. He besado a Michael, y después he salido corriendo. Y me he tomado una botella entera de tequila después. Y mi subconsciente hablaba conmigo. Era lo único que recordaba. ¿Qué me había pasado? Mi subconsciente me había dicho que necesitaba sufrir mi dolor. ¿Pero cómo había llegado aquí? Salgo del baño mientras me talló los ojos, y cuando los abro, me doy cuenta de que hay tres camas destendidas, sin contar en la que yo estaba. ¿Qué pasó anoche? ¿Cómo terminé aquí? Examino las cosas de las camas y me doy cuenta que compartí habitación con Fernando, Claudia, Sara, Ana, Sasha y mis padres. ¿Cómo cupieron todos ahí? "Tal vez durmieron dos en una cama". Eso tiene sentido. En la mesa del balcón, que tiene la vista del mar, hay una nota.

"Estamos en el desayuno. Nos quedaremos ahí hasta que todos estén presentes. Vanessa y Elliot están en el cuarto de un lado. Al otro lado están Christian, Madison, Victoria, Edward, Michael, Louis, Karla y Peter".

Claudia me había dicho que había pagado cinco habitaciones. ¿Era posible que Venecia tuviera un cuarto juntos y todos nosotros amontonados? Rechino los dientes y me duele la cabeza aún más con eso. Abro la puerta de un tirón y tocó la puerta de a lado. "Esos hijos de su madre me van a escuchar". Nadie me responde. Toco una vez más con todas mis fuerzas, pero pasan los segundos y nadie me abre. Decido abrir la puerta, pero me encuentro con una habitación de cuatro camas vacía.

-Genial. Recámara equivocada-. Bufo y me dirijo a la puerta de mi otro lado. Toco más fuerte mientras cierro un puño. Y de nuevo nadie me abre. Toco más fuerte, perdiendo la desesperación. Nadie me abre, así que decido abrir la puerta de un tirón. Mala idea. Grito. Me aferro al marco de la puerta.

-¿Qué mierdas?-. Elliot abre los ojos y al verme, se sorprende tanto que casi se cae de la cama.

-¿Qué hora es?-pregunta, pero no lo respondo. Me he quedado sin palabras. Vanessa se estira y mira a Elliot, o eso parece, porque está de espaldas.

-Buenos días- dice con voz tierna. Elliot me señala con los ojos y Vanessa se da la media vuelta para verme.

-Si es lo que piensas- dice con una sonrisa. Miro alrededor de su cama. Toda la ropa está regada alrededor. Esa Vanessa es toda una pilla. Y Elliot también. ¿Se puede decir que es su regalo de Navidad mutuo? Un momento. Señalo atrás de mi.

-¿Están conscientes que cualquiera pudo abrir la puerta?-. Vanessa se muerde el labio y sonríe.

-Si.... Lo estamos-. Se pone de pie, cubriéndose con una sábana blanca y mira el reloj. -Mía, son las dos y media de la tarde. ¿Crees que alguien se va a molestar en venir sabiendo que tenemos una recámara para nosotros solos?-. La fulmino con la mirada, pero la luz de su balcón me molesta la vista.

Deseos de Hielo (Hielo II) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora