v e i n t i u n o - Los planes no van con las preguntas

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Regresamos todos al mismo tiempo y nos sentamos en el comedor, serios y callados. Todos lo que no sabían que había pasado hace cinco minutos, nos miran, extrañados.
-¿Qué sucede?- pregunta Peter, mirándome. Sonrío.
-Nada. Nos encontramos. Es algo tan extraño... Supongo que es porque no somos normales- respondo. Y no lo éramos. Habíamos discutido camino al restaurante, porque justamente lo que queríamos evitar había pasado. Vanessa tenía 18 y estaba embarazada. No había comenzado la carrera, ni siquiera había terminado en sí la preparatoria e iba a ser mamá. ¿Qué pasaba con Elliot? No sabía nada sobre sus estudios, pero, según lo que Michael me había dicho, él no comenzó la universidad para dedicarse completamente al mundo artístico.
-Gracias- articuló Vanessa, pero yo la ignoré. Madison se molestaría mucho con ella. Y lo irónico es que nos hubiéramos enojado de la misma manera con ella y Christian, tal vez peor, porque Madison era la más pequeña de todas. E incluso conmigo se hubieran molestado. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que la única persona que estuvo a punto de temrinar los estudios es Louis. Peter había dejado la carrera, Edward estudiaba en línea, Fernando y Claudia repetirían el año si fuera necesario y se graduarían, Sara se había ido junto con Ana y Sasha para seguir estudiando y se suponía que nosotras nos habíamos graduado; pero, fuera de ellos, nadie estudiaba. Un nudo en mi estómago comienza a crecer mientras me doy cuenta de que somos demasiado jóvenes. ¿Qué pasará cuando todo esto acabe? El patinaje artístico no nos deja suficiente dinero para vivir, y tampoco creo que vivir a la sombra de la fortuna de nuestros padres sea adecuado. El dinero se acabaría pronto, al igual que todo esto.

-¿Qué piensas Mía?- pregunta Peter, sacándome de mis pensamientos. "Pienso en que somos unos flojos".
-¿Sí yo hubiera seguido en la carrera, que crees que hubiera estudiado?-. Al parecer, la pregunta lo sorprende, porque se queda callado unos segundos antes de contestar.
-No hubieras estudiado nada relacionado con las ciencias, como Sara. Y tampoco hay una carrera específica que incluya el patinaje artístico. Así que... Yo creo que hubieras sido bailarina-. Me echó a reír.
-¿Bailarina? ¿En serio?-. Peter ríe conmigo.
-Pues sí. Y así podrías dar clases de baile, lo que te daría tiempo en la pista. Abrirías tu propia escuela, y poco después podrías enseñar patinaje. Te imagino con niños pequeños-.
-¿Planeaste mi vida?-.
-Te visualizó, es todo. ¿Porqué lo pensabas?-. "Es que Vanessa está embarazada. Y la matarán por eso".
-No lo sé. Pero dime... ¿Me perdí de algo?-.
-Te extrañé. ¿Eso cuenta?-. Río por lo bajo y le doy un ligero beso en los labios sin razón.
-Sí. Creo que sí-.

MADISON
-Dime que tú también eres alérgica a las plumas de ganso-. Louise se echa a reír. Me había pedido que la llamará Louise de forma que no fuera incómodo hablar. Como sí llamarle por otro nombre me hiciera olvidar el hecho que estaba hablando con mi madre.
-Pues sí. ¿A los cuántos años diste tu primer beso?-. Siento como el color sube por mi rostro al recordar lo loco que fue besar a Christian teniendo solo un día de conocerlo. Me como el último pedazo de mi pastel de chocolate.
-De hecho, fue hace 7 meses. Con Christian, el rubio teñido que viste el otro día-.
-Ah... ¿Es un buen chico? Tiene pinta de chico malo-. Río.
-Yo creía eso también, pero es un buen chico cuando lo conoces-. Comienzo a pasar el dedo alrededor de la copa y no puedo evitar que una pregunta salga de mis labios. -¿Porqué te fuiste?-. Ella me mira antes de responder.
-¿Es forzoso que conteste eso ahora? La estamos pasando tan bien...-.
-Ahora-. Me cruzo de brazos y ella suspira antes de ponerse de pie y dejar dinero. -¿Qué haces?-. Me pongo de pie.
-Este no es momento de contestar tus preguntas Madison. Creo que debería contestarlas... En un lugar más seguro-.
-¿Más seguro?- bufo. -¿Acaso me matarás después?-. Mi madre se echa a reír con mi risa.
-No te mataré. Pero tal vez mis respuestas sí-. Me da un beso es la frente antes de alejarse. Golpeo la mesa con los puños.

-¿Embarazada?- gritó y todas se me echan encima para taparme la boca. Respiro entrecortada mente y alzo las manos en señal de rendición para que me suelten. Karla se levanta, seguida por Claudia y Victoria, para dar al final por Mía.
-No puedes mencionar esa palabra hasta nuevo aviso- dice Mía. -Ni siquiera pienses en ella-. Me pongo de pie de un salto y miro a Vanessa, que está sentada casi como una estatua.
-¿Cómo pudiste? Quiero decir... ¿No se te ocurrió tener cuidado?-.
-Tu tampoco lo tuviste- dice en un susurro.
-¡Exactamente! Y fue un milagro que nada pasará... Pero tú... Tu eres más inteligente-.
-Ya déjala Madison. Eso no cambiará el hecho de que... Ya saben-. Victoria mira a otro lado en cuanto termina de hablar. Mía la mira y ella asiente. Seguro me estoy perdiendo de algún secreto o chiste privado. Karla suspira.
-¿Qué vamos a hacer?-. Claudia bufa.
-No. ¿Qué vas a hacer Vanessa? Quiero decir... ¿Tienes un plan, no?-. Vanessa no nos responde, pero nos mira como si tuviera ganas de llorar. Tal vez eso era lo que debía hacer-. Suspiro y le doy un abrazo tan fuerte que me da miedo de aplastarla. Al parecer ella no, porque tiene ganas de ahorcarme mientras sus lágrimas salen.
-¿Es por eso que llevas los ojos así? ¿Cansados y con ojeras?- pregunta Victoria. Vanessa asiente mientras se seca las lágrimas.
-Tenemos que hacer algo. Es algo inesperado... Pero siempre salimos de cosas inesperadas. Sólo... Pensaremos en algo-. Karla nos mira. -¿Tenemos un plan?-. Todas negamos con la cabeza.
-No tenemos un plan si ni siquiera sabemos a que enfrentarnos-. Claudia mira a Vanessa. -¿Vas a tener ese pequeño?-. Ella se queda callada.
-Karla, esto no es para salir de cosas inesperadas. Quiero decir... Huimos de las mentiras de Mía, pero la terminamos enfrentando. Luchamos contra Verónica, pero la seguimos viendo. Michael y Mía... Se siguen viendo a la cara todos los días. Pero esto es diferente. No es de sacudirse las manos y bye. Es sobre un pequeño... Que tendrá una vida. Al que tendremos que cuidar y educar. Esté error no es sobre salir. Es sobre afrontarlo-. No me puedo creer el discurso pequeño que acabo de soltar hasta que Vanessa golpea con los puños la silla donde está sentada y se pone de pie.
-¡Ya me harté! Llevo todo el día escuchando la típica pregunta sobre lo que voy a hacer y lo que va a pasar. Y la respuesta es que no sé. No sé que va a hacer de mi vida. Quiero decir... No sé hacer otra cosa que no sea patinar, mi novio es cuatro años que yo y vamos a tener un hijo. A todo el mundo le importa que va a pasar, pero a nadie le importa lo que está pasando. ¿Alguna sabía que Elliot probablemente se esté emborrachando en este momento? ¿Alguna se ha dado cuenta de que quiero estar sola y llorar por mi maldito y bendito error?-. Vanessa avienta la silla al suelo y sale corriendo hacia su cuarto con lágrimas en los ojos, pero a los pocos segundos regresa. -Mis padres no pueden verme así-. Victoria se pone de pie y le da un abrazo a Vanessa, lo que no sé si es buena o mala idea porque se suelta a llorar.
-Todo va a estar bien. Vas a salir de esto porque eres fuerte. Tranquila-.

Dios, creo que nunca asimilaré el hecho de que Vanessa y Elliot vayan a tener un hijo.

MÍA
Peter me sonríe desde la banca del hotel con un algodón de azúcar rosa en la mano. Sonrío y me acercó a él para comer un pedazo. Él me da un beso en la frente antes de abrazarme.
-Es una buena noche-.
-Sí que lo es-. Suspiro. -¿Puedes guardar un secreto?-.
-Puedo guardar un secreto- dice antes de comer otro pedazo del empalagoso algodón.
-¿Qué dirías si te digo que Vanessa está embarazada?-. Mi chico suspira. "Dios, tu chico... Suena tan gracioso".
-Te diría que la matarán y luego la revivirán para hacerse responsable. Y que ya sabía-.
-¿Cómo?-.
-¿Quién diablos crees que cuido la cuido la puerta pero se negó a entrar?-. Río a carcajadas y pronto él se me une.
-¿Qué crees que pasará?-.
-Creo que... Venecia se quedará unido por el resto de su vida. Y también creo que habrá pelea entre Trevor y Elliot. Y que Vanessa y Elliot se volverán más responsable de lo que ya son. Y que tendremos un bello sobrino de ojos azules-.
-¿Crees... Qué se quedarán con el pequeño?-.
-Absolutamente. Pero... Basta de todo esto. La siguiente etapa de este festival es en cinco días. ¿Cómo te sientes?-. Bufo y pongo mi cabeza en su hombro.
-Presionada. Eliminarán gente y... Tengo miedo de ser una de esos-.
-¿Porque? No tenías ese miedo en el Campeonato-.
-Tampoco tenía una pareja paranoica que quiere la perfección-.
-Ni un novio tan guapo como yo-. Río por lo bajo y Peter me da un beso en los labios. Sabe a dulce. -Todo irá bien. Sólo tienes que divertirte. Y golpearé a Michael, no te preocupes-. Le doy otro beso y como algodón de azúcar.
-Sí... Creo que sí-.

Al día siguiente, Michael y yo hacemos un último giro antes de descansar para tomar agua.
-Si seguimos así, tendremos una buena rutina- dice él. Entornó los ojos antes de dar un buen trazo a mi Powerade.
-¿Mía?-. Alzó la vista inmediatamente para ver a mi padre. -¿Podemos charlar unos minutos?-. "Jesús cristo. Preparen el bongi"
-Sí.. ¿Puedo ir verdad?-. Michael se limpia el sudor de su cara.
-Claro que puedes, es tu padre-. "Disculpen al entrenador más obvio del mundo".

Mi padre y yo patinamos un poco y vemos a mi madre hacer un triple.
-Luces bien, guapa- dice él. Mi madre le guiña un ojo y yo hago una mueca.
-Así que... ¿Querías hablar conmigo?- digo, intentando hacer conversación.
-Cuanta urgencia por volver a entrenar-. Lo fulmino con la mirada y él alza las manos en señal de rendición.
-Sabes a lo que me refiero-. Mi padre me abraza.
-Está bien. Quería preguntarte... ¿Hace cuánto conoces a Peter?-. Lo miro. Sé perfectamente el rumbo de la conversación.
-Crecimos juntos. ¿Porque?-.
-Bueno, es el novio de mi hija. Quiero saber más de él. ¿Desde cuando te gusta?-.
-Puedes estar seguro que no desde los doce años-. Mi padre arquea una ceja. -Okay. Desde que regresé... O más bien desde que lo vi de nuevo... ¿Si me estás entendiendo?-. Mi padre asiente.
-Y... ¿Qué hay de Michael?-. Entrecierro los ojos.
-¿Esto es un interrogatorio padre-hija para escoger el mejor novio?-. Mi padre se echa a reír.
-Por supuesto que no. Es... Curiosidad. Es decir, nunca hablaste de él en Boston-.
-No quería hablar de eso. De hecho, no quiero hacerlo ahora, así que lo resumiré. Michael jugó conmigo en complicidad con Verónica. Peter gana. ¿Okay?-.
-No lo sé... Michael parece realmente enamorado de ti-.
-¿Y Peter no?-. Bufo.
-Sí.. Pero a mi no me importa lo que sientan ellos. Yo quiero saber que siente mi hija-. Resoplo y entiendo el verdadero objetivo de la conversación.
-Me gusta. Mucho. Y estoy con él ahora. Michael es... Historia para mí-.
-Eso espero. Porque pueden romperte el corazón, pero en él no se manda-.
-¿Y eso quiere decir que...?-.
-Qué espero que estés amando al correcto y no inventes sentimientos que no existen-.
-No lo hago, créeme que no-.

Deseos de Hielo (Hielo II) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora