Deseos de Hielo (Hielo II) [Editando]

c u a r e n t a y s i e t e - Cerrar ciclos

Al llegar al aeropuerto, decidimos pasar a comer. Ocupando una mesa del tamaño del mundo, comemos todos juntos. Reímos, contamos experiencias y bromeamos. Pasamos horas y comemos de todos los platillos, tenemos mucho tiempo. Parecemos una familia. Verlos a todos, felices y sonrientes me hace sonreír a mí, y me doy cuenta de que voy a extrañar mucho a la gente que no estará conmigo. ¿Me perdonarán por lo que haré? No lo sé, pero no lo creo.

—Pasajeros del vuelo 1521 con destino a Nueva York, favor de abordar directamente por la sala L— dice una voz electrónica.

—Ese es nuestro vuelo— dice Vanessa poniéndose de pie con la mano de Elliot sobre la suya.

—Pasajeros del vuelo 1415 con destino a Boston, favor de abordar directamente por la sala S— dice unos segundos después la misma voz electrónica.

—Cariño, despierta— dice mi madre poniéndose de pie. Mi padre abre los ojos casi de inmediato.

—Pasajeros del vuelo 1007 con destino a Indianápolis, favor de abordar directamente por la sala F— dice la voz. ¿Es que ahora todos los vuelos van a salir juntos? Los padres, sin decir nada, se ponen de pie y ayudan a Lina a colocarse en la silla de ruedas.

Yo también me pongo de pie y me acerco a las Niph para darles un abrazo de despedida.

—Nos veremos pronto— dice Stephie con una sonrisa. Ambas comienzan a darnos abrazos uno por uno. Sus cabellos rubios me molestan en la cara, pero sonrío ante eso. La castaña Niph me guiña un ojo después de despedirse. ¿Eso qué significa?

—Vamos a extrañarlas mucho— dice Trevor con una sonrisa. Nicole e Isabella comparten una sonrisa pícara.

—No tienen que hacerlo— dice la castaña.

—¿No?— pregunto mientras me cuelgo la mochila.

—No— dice Stephie, confundida.

—¿Por qué no?— sigue Elliot.

—Nos mudaremos a Ohio—. Ohio, en Estados Unidos. A un lado de Nueva York e Indianápolis.

—¿En serio?— decimos algunos al unísono.

—¿En serio?— dice Stephie, arqueando una ceja. Nicole e Isabella se miran.

—Oh, tranquila, nos mudaremos entre junio y julio, aún hay tiempo—.

—¡En Junio es mi cumpleaños!—. Las chicas se miran de nuevo.

— ¡Feliz cumpleaños!— dicen ambas agitando las manos. La chica entorna los ojos y se cruza de brazos. Técnicamente, es obvio que no le habían informado que planeaban hacer.

—Okay, debemos irnos— dice mi madre tomando su maleta, evitando situaciones incómodas. Todos le hacen caso y comienzan a tomar sus maletas. Me doy cuenta de que todos se van para direcciones diferentes, y yo me quedo justamente en medio. La vida ama ponerme en medio de las situaciones.

—Cariño, vamos— dice mi madre mirando hacia atrás. Me muerdo el labio.

—¿Mía?— dice Jorge, mirándome. Ahora yo también los miro. Después, Christian se aclara la garganta para que también los mire.

Entorno los ojos.

—Okay, tal vez me odie la mayoría. Lo pensé muy bien, consideré todas las opciones y me enfurecía mucho... pero ya sé a dónde quiero estar. Y ese es mi lugar, ahí es dónde pertenezco. Al menos por ahora—. Miro a Sara, y ella sonríe y asiente. Tengo su aprobación y su apoyo, y creo que con ese es más que suficiente. Todos me miran, confundidos pero con la esperanza de que vaya con ellos.