t r e i n t a y t r e s - Dudas

56 5 0
                                    

Peter piensa muy bien las cosas. Ha traído chocolate, mucho chocolate, y fresas, zarzamoras y almendras. Comenzamos a comer pero hablamos o nos echamos a reír por cualquier cosa, así que nos toma mucho terminar. Miramos como Pasan los coches y hasta nos reímos de los conductores después de fingir ser ellos.

Los juegos están vacíos, por lo que nos subimos a la resbaladilla varias veces y trepamos los pasamanos, como cuando éramos pequeños. Terminamos en los columpios, compitiendo por saber quién llega más alto. Cada vez que voy hacia adelante me siento emocionada y nerviosa a la vez. Al final, ganó yo, por supuesto. Él dice que me ha dejado ganar, pero sé que es mentira. Al final, miramos las estrellas. Hay muchas más aquí que dónde vivimos, así que es más fácil encontrar figuras hermosas y raras. Hacia mucho que no reía sin fingirlo. Y menos en una situación así.

De regreso, nos encontramos con una tienda de tatuajes. Lo convenzo de que entremos a mirar y a decir que nos tatuaremos cuando ya no tengamos nada que hacer en nuestras vidas, pero a él le gustan las letras L y A, así que decide que se tatuara hoy mismo. En cuanto lo escucho sé que es una locura y que algunos trabajos no aceptan a la gente tatuada. Él dice que si no lo hace hoy, nunca lo hará, así que decido dejarlo que lo haga. Ahora su hombro tiene esas letras.
-¿Porqué escogiste esas letras?- digo mientras las miro en su piel rojiza por la tinta.
-Creo que es obvio que mi apellido empieza con L, pero he decidido poner la A por tu nombre -. Me estremezco.
-¿Qué tal si no estamos juntos toda la vida? Sabes que odio ser pesimista, pero puede pasar-. Él me toma la mano y la aprieta.
-En ese caso, diré que significa Los Angeles. También queda. Pero por hoy y hasta que lo tenga permitido, es Amelia Larted-. Entorno los ojos y me pongo a pensar. Tal vez tiene razón. Recuerdo la película de de A 3 metros sobre el cielo, y miro los tatuajes. Una cosa que Sara me dijo antes de volver a Boston a estudiar fue: 'Disfruta el hoy. A nadie le importa lo que pasará mañana ni lo que pasó ayer'.

No le puedo decir a nadie que tengo un tatuaje en el hombro derecho. Si alguien pregunta, nos hemos tatuado Los Angeles porque algún día queremos vivir ahí. Y si alguien pregunta, es mera coincidencia que tengamos el tatuaje en el mismo lugar. Nos damos cuenta de que Fernando y Claudia se han quedado dormidos en la cama de Vanessa, que se ha ido a tener una cita romántica con Elliot, así que preferimos no despertarlos y caminamos, terminando en mi cuarto. Eso me pone nerviosa. Debo de estar loca.

No sé desde cuando esta hablando Peter, pero lo único que entiendo son puros sonidos perdidos en el espacio. Veo el techo, normal como siempre, pero esta vez hay algo diferente, no me refiero a Peter si no a mi. Me acerco y me siento en donde esta Peter, lo veo y no para de mover sus labios. Que desesperante es, decido callarlo con un dulce y amargo beso a la vez.
-Te amo- dice él. Todo el sonido se vuelve fuerte y claro, al momento que oigo las palabras de Peter me acerco a su oído.

Creo que en este momento no estoy pensando como Mía, pero me da igual me gusta esto. Pasa un momento y me di cuenta que mis labios están en su cuello, y que sus manos están donde no habían estado antes. Tengo miedo por que en este momento actuó así, no quiero pero a la vez sí. Peter se me abalanza de tal modo que me quedo acostada como una idiota mientras el se desviste. ¿Que hago? No me puedo quedar así, no me gustaría hacer esto, no ahora. Me levanto y me abrocho los tres botones que había desabrochado anteriormente Peter. Lo volteo a ver e hice un gran esfuerzo para que me salieran las palabras.
-Creo que no es el momento. Ni el lugar-. Me doy la media vuelta y camino unos cuantos pasos donde está la puerta que tanto deseaba cruzar.

23 días después

Saco humo por la boca y lo veo esfumarse en la oscuridad. Recuerdo haberle prometido a Sara no volverme fumadora, pero también me repito que es el primer cigarro que me fumo en el año, y sólo lo hago cuando estoy triste. Tener 'vacaciones' sin siquiera salir del hotel no fue tan divertido como pensamos que sería. A nuestros padres se les acabo el dinero, y no nos darán el siguiente salario del festival hasta que volvamos a entrenar; así que literalmente nos hemos quedado encerrados. Me recuerda los días en los que estuve en el hospital y sólo podía ver la televisión y a mi familia, además de comer cosas sin sabor. La única diferencia es que la comida sabe rica y todos mis amigos están muriendo de aburrimiento conmigo. No sé cómo hemos sobrevivido los 15 días de investigación y los ocho días del descanso. Todos nos miran feo cada vez que tienen oportunidad y eso comienza a hartarnos. Ni siquiera el celular o el Internet ayudan. Fernando y Claudia me regalaron el cigarro, pero me dijeron que lo usará cuando ya no pudiera más con mi vida. Y eso hago ahora.
-¿Fumas?- dice una voz conocida. Entorno los ojos y miro a Michael con un libro en su mano y la mirada en la mía.
-En este momento si. Pero sólo cuando ya no puedo más con mi vida-. Él sonríe y se acerca a mí.
-¿Y sirve?-.
-Como no tienes idea-. Casi me echo a reír, pero me contengo mientras el cigarro hace cosquillas en mi garganta. Miro el libro que tiene en las manos. -Empezaste eso en la mañana, ¿no?-.
-Me matarás ahora que te diga que ya lo terminé-. Arqueo una ceja, pero no me sorprende. Tampoco tiene nada que hacer.
-Ya me acostumbre. Lees muy rápido-. Él sonríe, pero después mira la oscuridad y se pone serio.
-No tengo nada que hacer. Ni dinero que gastar-.
-Michael, eres millonario-.
-Tu igual, y no podemos sacar dinero. Esta en Nueva York y yo aquí en México. Y tampoco tengo mas libros que leer. ¿Qué pasa si nos sacan mañana? Tu puedes quedarte aquí, o Sara puede traerte dinero, pero ¿yo que haré?-. Apago el cigarro.
-¿Qué pasó contigo? Te volviste pesimista. Mañana volveremos a entrenar y ganaremos el festival y seremos más millonarios. Y no nos pueden sacar. Hay pruebas de cámaras-.
-No hay pruebas que no me inculpen. Yo no dormí a lado de Fernando y Claudia. A mi me pueden sacar-. Lo miro a los ojos y me doy cuenta que no lo dice para hacerme sentir mal, si no porque en realidad lo siente. Y tal vez,vesta sea la primera y única vez que le crea lo que dice.
-Si te sacan, yo seguiré dentro. Y yo ganaré este festival con tu ayuda. Y ganaré y te daré la mitad de ese premio. Porque es tuyo también. Somos una pareja-. Él arquea una ceja y yo suspiro para no perder la inspiración. -En el hielo-. Él sonríe.
-Creo que eso es lo más sabio que has dicho en tu vida. Me enorgullece-. Está vez soy yo la que sonríe y mira el cielo. Pasan varios segundos y comienzo a mover la cabeza, hasta que el vuelve a hablar.

Deseos de Hielo (Hielo II) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora