¡Osorio, Dame un hijo!

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Quien diría que en un momento un tanto vergonzoso aquel alfa de tez pálida y aquel tierno omega de mejillas regordetas se volverían amigos. 

El alfa de tan solo veinticinco años se encontraba en el supermercado un tanto avergonzado ¿como se suponía que iba a saber que su hermana menor de tan solo quince años iba a sangrar por su parte baja?, el miraba los productos pero no sabía cual llevar además era muy humillante para el. 

—Esto es ridículo. —susurro. 

Un suave aroma de manzanilla y lavanda llegó a su nariz, se giro y vio a un pequeño chico tal vez dos años menor que el caminar con una cesta mientras hablaba por celular. 

—Yeri dile a Jennie nonna que donde ella va a comprar sus toallas no habían. — hablo mientras se ponía a la par de el y miraba las marcas. —dile que le llevaré del súper. —suspiro. —¿tapones? Bien se los llevaré también llevó los supresores. 

El pálido vio como el chico tomaba unos empaques sin ningún problema, suspiro tal vez el podría ayudarlo tímidamente tocó el hombro del omega el cual se giro y lo vio. 

—Si. —hablo suave. 

—Me podrías ayudar por favor. — dijo un poco nervioso ante la mirada del omega. 

—Depende en lo que quiera. —levantó una ceja. 

—Emilio Osorio. —extendió su mano. 

—Joaquín Bondoni. —la tomó. —¿que necesita? 

—Mi hermana. —se sonrojo. 

—¿Ocurre algo malo con ella? —pregunto. 

—Ella está sangrando de abajo. —señalo. 

—Oh. —sonrió el omega creando que sus ojos se hicieran dos medias lunas. — esta pasando por su período. 

—Es la primera vez  y no se que hacer. —hablo nervioso. 

—¿Ya tuvo su primer celo? — hablo mientras veía los empaques. 

—No que yo sepa. —negó. 

—¿La dejaste sola? —pregunto mientras le daba un empaque. 

—Esta con una amiga mía es beta. —vio el empaque. —¿servirá? 

—Si. —sonrió. —si quieres te explicó como funciona y tu le explicas a ella. 

El alfa negó sería raro y a la vez vergonzoso aquel omega solo rió y asintió tomó la mano del alfa y saco un lapicero y comenzó a escribir su número de celular. 

—Si necesitas ayuda me puedes decir.  —sonrió. —y si necesitas a alguien que te ayude con tu hermana yo podría ayudarte. 

Cuando el se iba a ir el alfa lo detuvo, para Joaquín ver a aquel alfa sonrojado era muy impresionante suavemente se soltó del agarre y lo observo. 

—Si. —susurro. 

—Podrías pagar esto para mi es un poco vergonzoso. —hablo. 

—Supongo. —tomó el empaque. —¿nunca habías hecho esto? —pregunto mientras caminaba al lado del alfa. 

—No. —negó. —mis padres ambos son hombres. 

—Igual los míos. —rió.  —¿Tu como sabes de esto? —le pregunto. 

—Tengo cinco hermanas. —hablo. —yo soy el menor. —tomó un empaque de galletas. —mis padres no se detuvieron hasta tenerme a mi. 

—¿Querían un niño? —lo vio. 

—Así parece. —se encogió de hombros. —pero nos quieren a los seis. 

El solo vio al omega poner las cosas mientras las pasaba, era hermoso debía de admitir. 

—¿Oh Joaquin cielo hoy te tocó hacer las compras? —sonrió la mujer. 

—Si. —respondió devolviendo la sonrisa.  —¿Y este joven apuesto que te acompaña? —se dirigió al alfa. —¿es tu novio? 

—No. —negó con una sonrisa. —es solo un amigo. 

—Es una lastima hacen una muy linda pareja. —sonrió la mujer. 

—Oh hyung olvide algo. —lo vio. —¿puede esperar un poco? 

—Claro. —respondió. 

El omega salió corriendo por las cosas que le faltaban, el alfa vio como la mujer seguía cobrando las cosas, se detuvo un momento y hablo. 

—Cuida mucho a minnie. —hablo la mujer. —se ve que eres un buen alfa no permitas que nadie más lo lastime. 

—El. —guardo silencio. 

—Joaquín puede verse siempre feliz pero es muy sensible cuidalo. —hablo la mujer. 

Quien diría que desde ese momento ambos serían muy unidos y que sin saber la diosa Luna los había hecho destinados ya que su encuentro no fue casualidad.

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