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Ya habían pasado un año desde aquel encuentro y también cuando se enteraron que eran vecinos, pues el omega se había mudado a la par de el, aunque vivía con sus hermanas gemelas no le molestaba en absoluto después de todo los tres casi tenían la m...

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Ya habían pasado un año desde aquel encuentro y también cuando se enteraron que eran vecinos, pues el omega se había mudado a la par de el, aunque vivía con sus hermanas gemelas no le molestaba en absoluto después de todo los tres casi tenían la misma edad.

Joaquin pasaba la mayor parte de su tiempo con aquel alfa el cual no tenía ningún problema en tenerlo en su casa, por alguna razón se sentía tranquilo y feliz de tenerlo con el, tal vez era por el suave aroma que el chico emanaba.

—Hyung. —hablo Joaquín mientras se sentaba en la cama del mayor.

—¿Que ocurre minnie? —se giro para verlo.

—Creo que ya encontré a mi destinado. —respondió.

Al decir eso el lobo dentro del alfa se puso un poco inquieto algo que el trato de ignorar.

—Me alegro por ti minnie. —sonrió aunque seguía sintiéndose raro.

—Ahora saldré con el. —sonrió. —por eso quería que me ayudará a elegir que ponerme.

—¿Yo? —trago saliva.

—Somos amigos además la ayuda de un alfa me ayudara. — se levantó para acercarse al alfa. —vamos Mailo—susurro.

El alfa trago saliva al ver la mirada que el omega le daba, con un poco de dificultad lo alejo y se dirigieron rumbo a la casa del menor, Joaquín lo tomó de la mano y lo llevó a su habitación.

—No creo que se seguro. —hablo Emilio al ver como Joaquín se quitaba su camisa.

—Emilio no tengas miedo confío en ti. — dijo mientras se daba la vuelta y se quitaba los pantalones.

Emilio se giro al ver que el omega había quedado desnudo, bueno en ropa interior, el maldijo internamente por tener a un amigo omega y dejarse manipular por el. Luego de elegir unos atuendos Joaquín se fue feliz por su cita, Emilio lo vio irse y algo dentro de el se revolvió ya llevaba semanas con ese mismo ¿ardor?

La tarde llegó y con ella una fuerte tormenta, el pálido estaba un poco preocupado al ver que el omega no regresaba, pero tal vez estaba con su alfa y debía de aceptarlo.

—Creo que me siento solo. —susurro mientras miraba a la ventana.

A lo lejos vio al omega caminar bajo la lluvia mientras se abrazaba así mismo, se sorprendió al verlo, rápidamente salió y corrió en busca del omega que al verlo lo abrazo mientras lloraba.

—Minnie. —susurro.

—Ya no quiero ser un juguete de nadie. —lloro. —por favor.

Emilio solo lo abrazaba aún más, su lobo interior estaba molesto nadie tenía el derecho de jugar con aquel lindo omega, ni siquiera su destinado, lo que si sabía era que le iba a ir a partir la cara a aquel alfa que se le ocurrió hacer llorar a su Joaquín.

—Tranquilo minnie, Emilio esta aquí. —susurro.

 —susurro

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¡Osorio, Dame un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora