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Joaquin se había quedado dormido a mitad de la película algo que le pareció tierno a Emilio el cual con cuidado cargo al menor para salir de ahí

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Joaquin se había quedado dormido a mitad de la película algo que le pareció tierno a Emilio el cual con cuidado cargo al menor para salir de ahí. Cuando Joaquín despertó se dio cuenta que estaba en la cama de su habitación la puerta se abrió dejando ver al pálido el cual traía una bandeja con comida. 

—Hyung. —susurro al verlo. 

—¿Como te sientes? —le preguntó. 

—Algo cansado. —respondió mientras se sentaba en la cama.  —Dormiste mucho. —sonrió. 

Joaquin sonrió dándole espacio para que se sentará, Emilio lo hizo mientras le daba la bandeja y se acercaba más al omega hasta tenerlo encima de el. Emilio le acariciaba el vientre y sonreía el ya tenía una idea y ahora debía compartirla con el menor, pues el no tomaría ninguna decisión sin consultarla con el. 

—Joaquin quiero que tu y yo nos mudemos a una casa más grande. —habló el alfa. 

—Emilio. —lo vio sorprendido. 

—Se que es algo loco y precipitado. —le acarició la mejilla. —y se que aquí tenemos muchos recuerdos buenos. —le acarició el vientre y sonrió. —como la creación de nuestro cachorro.  

—Me gusta aquí hyung. —habló. —es un lugar muy lindo además sabe que no me gustan los lujos. 

—Lo se. —sonrió. —pero aquí es muy pequeño para minimini. —dijo mientras le daba un corto beso. —quiero una casa grande  para todos nuestros cachorros. 

—¿Todos? —pregunto con media sonrisa el omega. 

—Contigo tendría muchos cachorros. —respondió mientras le besaba la mejillas. 

—Me quieres ver gordo verdad. —fruncio su ceño pero luego su expresión cambio.

—me vas a dejar cuando mi embarazo pase por que estaré gordo y me haré feo y me serás infiel con un omega más bonito sin estrías en su cuerpo. —comenzó a llorar.

—Joaquin escuchame muy bien. —lo tomó de las mejillas. —aunque estés gordo te amaré siempre porque te amo a ti no a tu cuerpo y las estrías serán las  marcas de amor por nuestros hijos. —sonrió. —jamás te engañaría sería un completo idiota si lo hiciera. 

Joaquin abrazo al pálido mientras seguía sintiendo las caricias que el alfa le proporcionaba, le gustaba la casa en la que vivía tenía tantos buenos momentos ahí, pero el alfa tenía razón la casa era muy pequeña. 

—Hyung tiene razón. —habló.  —¿De que Joaquín? —pregunto el alfa. 

—Sobre mudarnos. —le respondió. —tiene razón la casa es pequeña para nuestro cachorro y nosotros. 

—Joaquin no tienes que aceptar si no quieres. —le acarició la mejilla el alfa. —sabes que no voy a obligarte a nada. 

—Si quiero. —sonrió. —¿pero no será estresante buscar una casa en mi estado? 

—Yo me encargaré. —le beso la mejilla. —tu dime como la visualizas y yo te la consigo.

 —tu dime como la visualizas y yo te la consigo

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¡Osorio, Dame un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora