Que tan dificil es pedirle un favor a alguien?
Más si se trata de un alfa un tanto gruñón?
Joaquín Bondoni un lindo y tierno omega estaba consiente de lo que quería hacer, pero dudaba si su mayor iba a ceder volvió a mirar el chat y suspiro.
- Hola...
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Los lobos se encargaban de cuidar y mantener calientito a su cachorro, mientras el alfa repartía mimos a su pareja mientras esta alimentaba a su cachorro ambos frotaron sus cabezas feliz pues su cachorro tenía una mezcla de ambos en su forma lobo y sabían que si era así lo más probable era que tuviera los rasgos de sus humanos.
Al pasar los cinco días, Emilio abrió los ojos ante la molesta luz al girarse sonrió al ver a su pareja junto con su cachorro el cual ya era un hermoso niño, Joaquín al sentir la mirada de su alfa sonrió.
—Ya despertaste. —habló Joaquín mientras arrullaba a su cachorro. —¿Como están? —pregunto mientras se sentaba aún lado de él. —¿te duele algo?
—El estaba bien lo acabo de alimentar. —sonrió. —yo estoy un poco cansado y me duele mi parte baja.
—Me alegro que este bien. —sonrió al ver a su hijo dormir. —el doctor ya vendrá para revisarte a ti y Jae.
—Deberíamos cambiarnos antes. —lo vio. —porque recuerdo que ambos tomabamos un baño cuando Chimmy me dijo que ya era hora.
—No quieres formarle un hermanito a Jae. —sonrió Emilio mientras le daba un corto beso en su cuello.
Joaquín sonrió mientras le daba un beso en los labios a su prometido el cual le acarició la mejilla y luego le dio un corto beso en la frente.
—Jae esta aquí. —susurro. —también nuestros padres.
—Tienes razón. —le dio un corto beso. —te traere ropa.
Joaquín vio como Emilio se levantó dejando ver su desnudez provocándole un sonrojo al omega el cual dirigió su vista a su cachorro el cual estaba dormido. Emilio volvió y sonrió al ver como Joaquín estaba de espalda, él se acercó a paso lento dejando un corto beso en el hombro de su prometido.
—Ya traje tu ropa. —susurro en su oído. —dame a Jae mientras te cambias.
Emilio asintió y Joaquín con cuidado puso en el nido hecho a su cachorro mientras sentía como su alfa lo vestía lentamente y mientras lo hacía iba dejando besos en todo su cuerpo, Joaquín no pudo evitar soltar un suave gemido al sentir como Emilio mordió suavemente el lóbulo de su oreja.
—Iré a llamar a nuestros padres. —se alejo. —también traje una manta para que cubras a Jae mientras voy a su habitación por su ropa.
—Claro hyung. —asintió mientras era acomodado en la cama.
Luego de otro beso Emilio bajo para avisar que el pequeño había nacido.
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