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Joaquín ya se encontraba dormido luego de que Emilio dejara salir sus feromonas para calmarlo, el le acarició la mejilla para sonreír  el sabía que su familia era muy pero muy importante y tomaría eso como ventaja para hacer pagar a todo aquel alf...

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Joaquín ya se encontraba dormido luego de que Emilio dejara salir sus feromonas para calmarlo, el le acarició la mejilla para sonreír el sabía que su familia era muy pero muy importante y tomaría eso como ventaja para hacer pagar a todo aquel alfa que se atrevió a lastimar a su pequeño novio.

El se levantó sonriendo cuando su paquete llegó al recibirlo sonrió y agradeció, cerro la puerta y vio el hermoso anillo que muy pronto adornaría el dedo de su omega. Lo volvió a poner en la caja y lo guardo en su bolsillo ya iba a ser hora de despertar a su omega para tomar una merienda y decirle sobre la idea de una fiesta.

El subió con un plato de sopa que le ayudaría a su menor para sentirse bien, al entrar lo vio sentado en la cama medio dormido. El alfa sonrió y se acercó para poner la bandeja en la mesa y sentarse para acariciarle el rostro y depositar un corto beso en sus labios.

—Te prepare sopa. —sonrió Emilio. —además quiero decirte algo.

—Gracias hyung. —tomó con cuidado la bandeja. —¿que quiere decirme? —pregunto.

—Yo quiero hacer una pequeña fiesta. —sonrió nervioso. —será privada solo tus padres y hermanas y mis padres y mi hermana.

—¿Y porque la fiesta? —tomó la primera cucharada y sonrió. —esta rica la sopa.

—Es una sorpresa. —respondió.

—¿Cuando sería? —pregunto.

—En unos días. —tomó la bandeja y la puso en la mesa. —veras que te va a gustar.

Joaquín sonrió le dio un corto beso a su alfa el cual rozaba su nariz en el cuello de su omega pues el aroma de Joaquín se había vuelto mucho más dulce y le encantaba, su pequeña burbuja se vio interrumpida al escuchar un celular Joaquín tomó el suyo y suspiro cansado algo que Emilio noto.

—¿Que ocurre pequeño? —le acarició la mejilla. —¿paso algo malo?

—Va a haber una reunión de ex-alumnos de mi colegio. —respondió. —yo no quiero ir y menos así se van a burlar de mi.

—No debes de tener miedo. —sonrió. —yo iré contigo no te dejare solo.

Joaquín sonrió y acarició su vientre tenía razón Emilio debía de dejar de temer por lo que los demás decían de él, no debía ya no sonrió y le dio un corto beso a su alfa el cual lo aceptó feliz.

—Será interesante volver a ver a mis antiguos compañeros. —sonrió.

 —sonrió

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¡Osorio, Dame un hijo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora