二十二

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Ryouta se deja caer junto a mí unos días más tarde, empujando su teléfono a mi rostro para mostrarme un e-mail que le ha llegado. El remitente es Akashicchi. Volteo los ojos al ver el nombre.

El tema es "Reunión anual" y el contenido es simple. Se planea una reunión en unos meses, para ponerse al día. Al parecer hay sorpresas involucradas.

Miro a Ryouta, sus ojos brillan con diversión.

—¿Qué ocurre? —, le pregunto —, no confío en esa expresión.

—Irás conmigo —, dice.

—¿¡Qué!? —, pregunto. Me miro el vientre. Definitivamente, es obvio que estoy embarazado.

—Es con acompañante —, dice, mostrándome el resto del contenido. Una postdata.

—No sé si sea buena idea —, le digo.

—Al parecer, es la única fecha disponible, y aún quedarán varios meses antes de que este pequeño nazca —, dice, besando mi vientre mientras habla.

—¿De verdad crees que sea buena idea?

—Al parecer, es la única fecha que Momoecchi pudo encontrar que no se nos complicara a todos.

—¿Qué crees que signifique eso?

—No lo sé —, dice, pero sé por su manera de hablar, así como la sonrisa en su rostro, que me oculta algo.

Suspiro y le golpeo la parte de atrás de la cabeza, resignándome a lo que será de mí para entonces.

—Supongo que no tengo opción, entonces —, le digo. Él me envuelve en sus brazos y me encamina para tomar un baño.

Él prepara el baño y me ayuda a desnudarme. Sus manos se entretienen más en mi piel que en la ropa que me ayuda a quitarme, haciendo que me excite a medida que la ropa sale de mi cuerpo. Pero él ignora cada uno de mis intentos de seducirlo, haciendo que me avergüence por mis intentos.

Pero cuando estoy dentro de la tina y tengo su entrepierna a la altura de mis ojos, puedo ver que está excitado, pero más preocupado por mis necesidades que por las suyas.

—¿Sabes? —, le digo, aparentando inocencia.

—Lo sé —, dice él, jadeando. Pero no hace el menor intento para que hagamos el amor.

—Quiero —, le digo, con el calor corriendo a mi rostro.

—Pero no ahora —, dice él. Casi puedo oír el esfuerzo que le toma decirme que no.

Me resigno por ahora, mientras él lava mi cabello y frota el jabón por mi cuerpo. Me ayuda a enjuagarme, y cuando estoy listo me ayuda a salir, a secarme y a vestirme.

Pero en cuanto estoy listo, me saca del baño y cierra la puerta en mi cara. Al parecer, está más excitado de lo que yo pensaba. La sola idea, hace que me humedezca.

La puerta principal se cierra y mi padre arruga la nariz por el olor cuando entra a la casa. Me ve parado frente al cuarto de baño y me sonríe, pero no disimula bien el hecho de que algo apesta.

—¿Así de mal? —, le pregunto, sonriendo.

—Peor —, dice y sacude la cabeza.

Nos reímos y ella me abraza.

En la cocina, nos tomamos un té juntos, y hablamos de su día en el trabajo.

—La oficina es un asco. Hay mucho que hacer, y los jóvenes están cada vez menos preocupados por lo laboral —, le da un sorbo a su té humeante —. Ya no sé que será de este país en las próximas generaciones.

Sacude su cabeza, pero sus ojos son suaves cuando me mira, y a mi barriga.

—Lo lograremos de alguna manera —, le respondo. Y sus ojos se iluminan cuando me mira.

Kise sale del cuarto de baño y va a la cocina. Mi padre se tensa en su asiento, y yo me relajo con su olor.

—Supongo que aún no le has dicho —, le dice mi padre a Ryouta.

Ambos tensan la mandíbula. Ryouta parece molesto por lo que sea que signifique lo que dijo. Mientras que mi padre, solo parece molesto de tenerlo en casa.

—Pensaba hacerlo mañana —, le responde, moliendo los dientes juntos.

Ambos se ponen en una postura similar, gruñéndose el uno a la otra. Yo simplemente me cruzo de brazos y aclaro mi garganta.

Ambos se congelan en el lugar, mostrándose los dientes.

—No tengo idea de qué hablan, pero no creo que esta sea la forma correcta de tener una conversación.

Golpeo la parte de atrás de la cabeza de Ryouta, haciéndolo mirarme con una expresión dolida.

» Esta es la casa de mi padre —, le digo. Él agacha la mirada y su expresión se vuelve más dócil, pero su postura no cambia en lo absoluto. Miro a mi padre, y ella me mira luego de varios segundo simplemente mirando a Ryouta —. Él es mi compañero. Si somos una molestia, nos iremos.

Mis palabras hacen que la expresión de mi padre se vuelva dolida, pero sacude la cabeza.

—Intentaré ser más comprensivo —, dice. Y dejando su taza en el fregadero me dice —, solo deja las cosas en el fregadero. Ya lavaré mañana.

» Buenas noches —, se despide con un movimiento de cabeza. Luego de unos momentos se escucha la puerta de su habitación cerrándose.

—Lo siento, senpai —, dice Ryouta.

Tomo su mano y hago que se siente en el lugar que mi padre ha dejado libre.

—¿Y qué es eso que tienes que contarme? —, le pregunto. La curiosidad me está matando, pero él solo sonríe y sacude la cabeza, negando mi petición.

—Dijiste que te gustan las sorpresas, así que tendrás que ser paciente.

Hago un puchero, esperando que eso lo haga cambiar de expresión, pero solo logro que se burle más de mi.

» Solo te daré una pista —, dice, atrayéndome hacia él. Besa mi cabello y recuesta mi cabeza sobre su hombro —. Soy parte de la Generación de los Milagros.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora