十八

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Luego de un baño, Kise y yo nos vestimos para salir. Lo llevo forzadamente al instituto, ya que creía que no tendría que ir ahora que está casado.

—Debes terminar tu educación —, le digo.

—Pero si debo mantener una familia, Yukio-san —, me responde, con un puchero.

—¿Qué clase de ejemplo le darás a tu hijo si no terminas siquiera el instituto? —, replico.

Kise se congela por un segundo, antes de que una sonrisa brillante ilumine todo su rostro y vuelva a caminar junto a mí.

—¿Crees que sea un chico? —Pregunta con ilusión.

—No importa lo que sea —, le digo, sacudiendo la cabeza. Al menos ahora consigo hacerlo caminar y forzarlo a estudiar —, mientras esté sano, lo demás es irrelevante.

Kise asiente con la cabeza y me mira de reojo, como si quisiera decir algo, pero no lo hace. Eso se repite tantas veces que me saca de mis casillas y lo pateo el trasero antes de hablar.

» Dilo de una vez, ¿quieres?

—Senpai —, se queja y frota su trasero —. Es solo que no estaba seguro de si te molestaría que pregunte.

—Solo hazlo de una vez —, le digo y pongo mis manos en mis caderas mirándolo fijamente.

—¿Ya... estás más... calmado? —Pregunta. El tono de su voz me dice que no está hablando de este preciso momento.

—Haciéndome a la idea —, respondo, pero me siento intranquilo —. No creo que pueda acostumbrarme a esto tan fácilmente.

Inmediatamente mi mano baja a mi vientre, y lo acaricio ligeramente. La simple idea ya no me parece tan increíble. Per o sigo sin estar del todo convencido. No hay pruebas reales aún.

Al llegar a la puerta del instituto, Kise toma mi rostro en sus manos y me hace alzar la mirada a sus ojos. Besa mi frente y mis labios antes de mirar fijo a mis ojos por unos momentos. Y luego, se da media vuelta y entra.

Me quedo por unos segundo mirándolo alejarse, antes de poder, al fin, alejarme. Sacudo la cabeza ante mis propios pensamientos. Ahora ya no me siento tan seguro solo. Deseo estar protegido por él en todo momento. Aunque sea imposible.

Espero el autobús en la parada y un hombre conocido se acerca a mi discretamente. Un poco alarmado, tomo mi teléfono disimuladamente, pero el hombre me habla desde lejos, antes de estar a unos pasos de mi.

—Pensé que nunca volveríamos a vernos —, dice el padre de Kise.

—No espera verlo por aquí —, respondo honestamente.

—Siempre vengo a esta hora, para asegurarme que ese idiota entre a la escuela.

Sonreímos y en cuanto el autobús llega, sube conmigo.

» La verdad es que estaba preocupado.

—Lo supuse —, le digo.

—Quería saber si ya ha sido confirmado.

—No aún —, respondo. No estoy seguro de que hablar con él sin que Kise lo sepa, sea lo correcto, pero de momento estoy aliviado al estar rodeado de más personas.

—Sé que mi hijo te dijo que soy un bastardo —, dice y luego aclara su garganta —, y lo soy. Pero tengo mis motivos.

—Eso pensé —, le digo.

—¿Vas al hospital? —Pregunta, sin disimulos y directo al punto.

—Sí —. Me siento en silencio, él junto a mi. Y cuando creo que no va a volver a hablar, me sorprende una vez más.

—¿Te importa si voy contigo?

—Ehh —, no sé como responder para no ofenderlo. La verdad es que me incomoda. Pero siento curiosidad.

—Solamente quiero contarte unas cuantas cosas.

Suspiro resignándome. El doctor que siempre me atiende, es paciente, divertido y directo. Sé que entenderá si le digo lo que pasa.

—Pues, en ese caso... soy todo oídos.

El hombre sonríe, y yo intento sonreírle de vuelta. El camino hacia el hospital es lo suficientemente largo como para escuchar una historia, y no es como que lo odie. Simplemente no lo entiendo.

—Cuando Ryouta estaba en el vientre de su madre, era más grande de lo que ella y yo habíamos sido. El doctor dijo que había muchas probabilidades de que fuese un Alfa cuando entrara en la adolescencia —. Sus ojos se nublan con los recuerdos y su mirada permanece distante mientras habla —. Su madre y yo, no éramos realmente una pareja. No estábamos enamorados. Simplemente nos quedamos juntos cuando nos enteramos de su embarazo.

» Ella estaba enamorada de otro hombre, y yo de otra mujer. Solo conectamos porque no podíamos tener a quienes amábamos.

El corazón me da un vuelco. Sus padres nunca estarían juntos, nunca se amaron, pero Kise es un chico feliz. A pesar de todo.

Él se aclara la garganta y continua con su relato.

» Cuando nos enteramos de su embarazo, ella no estaba muy feliz, pero aceptó el hecho de que tendría un hijo. Yo estaba feliz, y lo quería conmigo. Así que cuando Ryouta nació, ella lo dejó conmigo y se fue, pues el hombre que ella quería, al fin volteo a verla —. Sus ojos se humedecen y pasa su mano rápidamente por su mejilla para borrar una lágrima que cae —. No esperaba enamorarme de ella mientras duró su embarazo, pero al final es lo que pasó. Y cuando ella se fue, me quedé solo con el pequeño y con el corazón roto —. Se voltea a mirarme y sonríe tristemente —. El hombre del que ella estaba enamorada es un Alfa, por lo que pensé que Ryouta no era mío. No es tan común que de padres betas nazca un hijo Alfa, así que hice el examen de paternidad cuando Ryouta nació. Es hijo mío y de ella.

» Lo amo, pero a medida que fue creciendo, se empezó a parecer más y más a ella físicamente. Y no pude evitar comportarme como un idiota con él, recordándola a ella.

Se queda en silencio por mucho tiempo, tanto que creo que su historia ha terminado, pero me sorprende cuando se aclara la garganta una vez más, y se voltea a mirarme una vez más antes de continuar.

» Cuando se hizo el examen de género, y se rebeló como Alfa, dejó de obedecerme. Ya no era yo, su padre, protegiéndole a él. Él intentaba protegerme a mi. Es su instinto, intentar proteger a su familia. Pero mi orgullo de padre y de hombre no eran capaz de permitírselo —. Traga saliva y sus ojos son serios una vez más cuando me habla otra vez —. Te lo pido, por favor, déjalo protegerte. Es un buen chico, y se hará cargo de su familia cuando sea lo suficientemente mayor.

» Cuida de él —. Dice las últimas palabras con una sonrisa, y toca el botón para pedir la parada.

El autobús se detiene y se baja, dejándome solo y con la mente llena de recuerdos de los que yo no formo parte. Y también con la explicación de porqué Kise es como es.

Me sientotan inmerso en mis pensamientos que casi pierdo mi parada, pero al alzar lavista, el gran hospital está a la vista y pido mi parada.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora