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Mi espalda apoyada contra la pared y mis ojos vagan constantemente a mi alrededor. Las luces brillantes de los focos hacen que la temperatura se sienta más elevada de lo normal. El ruido constante del obturador y las voces que lo guían para que se mueva y cambie su posición hacen que me irrite sin sentido. Las risitas y el murmullo de las personas cercanas que lo miran con ojos de deseo.

Suspiro y saco mi teléfono de mi bolsillo. Miro la hora y suspiro una vez más antes de volver a guardarlo. Ya han pasado más de dos horas.

Sus ojos vagan en mi dirección una y otra vez, como si se disculpara con la mirada. En mi mente recreo una vez más lo que nos trajo aquí en primer lugar.

«—¡Senpai! —La voz de Kise, corriendo en mi dirección con la mano en alto y saludando hace que me irrite sin sentido —, ¿vamos a una cita?

—¿Por qué yo tendría una cita contigo? —Le digo enterrando mis dedos entre sus costillas.

Kise se retuerce un poco y su mano pronto se estira hacia el lugar donde mis dedos se hundieron en su carne.

—Pero senpai, pronto será la Golden Week, y tendremos muchos días libres, ¿no es así? También debes tener días libres de la universidad, así que podremos pasar algo de tiempo juntos —. Su cara se arruga un poco mientras me explica, y mantiene sus ojos cerrados mientras agita sus puños, como si fuera un niño pequeño —. Y ya ha pasado mucho tiempo desde que pasamos siquiera un poco de tiempo juntos, ¿cierto?

—Solo ha sido un mes —suspiro y miro a su rostro. Su cara bonita y sus gestos pueden de verdad meterme en problemas, pero no puedo siempre aceptar sus invitaciones o lo que sea que él diga, sería como malcriar a un niño —. Supongo que podremos salir un día o algo.»

Mi mente vuelve a la realidad cuando veo que saca el celular de su bolsillo, y el mío vibra en mi bolsillo. Al mirar la pantalla, veo que tengo un mensaje recibido de su parte: «En verdad lo siento, senpai. De verdad que no tenía más trabajos como modelo desde que el entrenamiento se intensificó, pero me atraparon cuando caminamos por esta calle».

Suspiro una vez más y me reacomodo en mi lugar. Cierro mis ojos mientras masajeo mis sienes con mis manos luego de guardar mi teléfono en mi bolsillo una vez más.

Al abrir mis ojos, una vez más se dirigen a él. Sus posiciones y expresiones son tan diferentes a lo que hace cuando estamos juntos o pasa tiempo conmigo. Siempre comportándose como un niño al que hay que educar, buscando atención o simplemente buscando un buen enfrentamiento. Cuando trabaja como modelo, Kise muestra un lado maduro que no acostumbro ver en él, y me intriga que no utilice más a menudo esa carta.

—Muy bien, Kise-kun —. Dice el fotógrafo, acercándose a él y tocando uno de sus antebrazos. Sus manos aprietan el músculo de su brazo de forma que no esperaría de un profesional, y se pega a él de manera innecesaria —, muchas gracias por hoy. Buen trabajo.

Mi corazón se acelera un poco cuando los ojos de Kise se fijan en los míos y mantiene mi mirada por varios segundos. Los sonidos se desvanecen poco a poco, como en un túnel, pero fuerzo a mis ojos a separarse de los suyos y una vez más saco mi teléfono de mi bolsillo solo para distraerme de lo que sus ojos hacen en mí.

Dejo que las voces y todo a mi alrededor siga su curso mientras intento desesperadamente volver a mis cabales. Kise es solo otra cara bonita, no importa que sea un Alfa, no importa que sea divertido meterme con él y que él lo permita. Solo es un niño mimado que cree ser superior a todos. En el básquetbol y en lo demás.

Cuando me siento más determinado, levanto la mirada y veo a Kise parado justo frente a mí. Sus ojos me recorren de los pies a la cabeza y siento como el calor de su mirada hace estragos en mi interior que intento con todas mis fuerzas disimular.

—Senpai —, dice, con una sonrisa en sus labios —, ¿qué dices de ir a jugar algo de básquetbol? Un one-on-one.

Se agacha ligeramente para recoger su bolso y se despide con voz en grito de las personas en el estudio, alzando la mano, pero sin mirar como los rostros de quienes nos rodean se ven algo deprimidos al verlo partir sin darles siquiera un poco más de atención.

» Ha pasado un tiempo desde que jugamos juntos —. Sonrío ante sus palabras.

—No estaríamos jugando juntos, sería el uno contra el otro, ¿no?

—Pero estaríamos jugando juntos, senpai. ¿Qué dices?

Asiento con mi cabeza mientras nos alejamos del estudio, hablando del equipo. Siento un poco de nostalgia al hablar de los chicos, que hasta no hace mucho tiempo eran también mis compañeros de equipo.

Nos desviamos del centro de la ciudad y vamos a una zona donde hace un tiempo jugamos junto con mi nuevo equipo de básquetbol de la universidad contra algunos chicos en un partido de básquetbol callejero. Las instalaciones no están nada mal, y podríamos pasar un buen momento jugando.

—No pensé que querrías jugar —, le digo dejando mi bolso en una banca cercana —, como usaste la palabra "cita".

—¿Debería haberte invitado al cine y luego a comer algo? —Dice con una sonrisa, y yo levanto mi pierna y lo golpeo en el trasero.

—Como si yo fuese a hacer algo tan estúpido como eso contigo —. Le digo, pero mi tono de voz se alza un par de octavas debido a la vergüenza que siento de solo pensar en tener una verdadera cita con Kise.

—¡Ay! —Dice, pero deja salir una carcajada mientras saca el balón de su bolso.

—Ahora entiendo por qué tienes ese bolso tan grande hoy —, le digo, pasando la mano por mi cabello —, y yo pensando que tenías toda una muda de ropa para la sesión de fotos de hoy.

—Eso ni siquiera estaba en mis planes de hoy, pero cometí un error al caminar por esa calle para venir aquí —. Hace girar el balón en su dedo y yo estiro mi mano para hacer botar el balón fuera del alcance de su mano.

—Supongo que yo comienzo —, le digo cuando ya estoy en posesión del balón.

—Empecemos —. Dice él, y arremanga un poco su pantalón antes de tomar su posición defensiva.

Intento burlarlo por un lado y luego de hacer una finta, de buscar por el otro lado, pero su velocidad y el largo de sus brazos y piernas, hacen que me robe el balón con facilidad. Busco defenderme de su ataque, pero en un solo minuto logra sobrepasarme y llevar la ventaja.

Muelo juntos mis dientes y vuelvo a intentarlo una vez más, pero Kise sigue siendo más rápido que yo, y una vez más logra robarme el balón casi con facilidad. Es frustrante, y mi mano golpea la parte de atrás de su cabeza cuando hace la segunda canasta. La frustración hace que me descargue con él, a pesar de ser solo un juego. Kise solo se ríe de mí, y yo, sin poder evitarlo, me río con él.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora