371 60 3
                                    

El viaje se hace pesado. Kise no deja de removerse en su asiento, y sus palabras se entremezclan en mis pensamientos sobre todas las cosas que he oído hasta ahora.

Una pregunta me da comezón en la garganta y no puedo seguir esperando hasta llegar a un lugar más privado, así que cuando el pasajero frente a nosotros se acomoda y coloca sus auriculares en sus orejas, me giro hacia Kise y le digo lo que me molesta.

—¿Por qué los miembros de la generación de los milagros no han participado en casi ningún partido este año?

Kise da un pequeño salto en su asiento, y sus ojos se desvían hacia la ventanilla. Mueve sus dedos, los entrelaza y luego vuelve quedarse quieto una vez más. Quiero creer que está pensando en la mejor manera de decirme lo que ocurre en realidad, pero cuando me mira para hablar, puedo ver claramente que intenta mentirme.

» Ni siquiera lo intentes —, lo atajo, en cuanto abre los labios, antes de que me mienta —, puedo ver que intentas mentir.

Kise hace una mueca y sus ojos se oscurecen un momento antes de suspirar.

—La verdad, senpai, es que no me está permitido decir lo que ocurre —, puedo ver como sus hombros se encogen, pero parece decidir que me dirá, al menos, una parte de la verdad —. Al parecer, Kurokocchi y Kagamicchi se hicieron compañeros hace poco.

—¿Y eso que tiene que ver? —, la respuesta parece ser un poco floja para que todos los demás miembros de la generación de los milagros decidan no volver a jugar solo por eso—. Cualquiera que los vea diría que son compañeros. Es decir, su relación siempre ha sido muy estrecha.

—Pues, al parecer no era tan estrecha, hasta hace poco —. Kise suspira y se revuelve un poco el cabello antes de volver a mirar por la ventanilla hacia el exterior —. Hace poco más de una semana, Kurokocchi llamó a Akashicchi para comentarle un par de cosas, y Akashicchi nos lo comentó para que los partidos no estuviesen tan desigualados.

—Bueno, la verdad es que, si ustedes no participan, todos los equipos tienen una ligera posibilidad de competir —. Me muerdo el interior de la mejilla, pensando en lo que me dice Kise, pero no logro entenderlo por completo —. Pero aún así, supongo que los demás igual saldrán en algunos partidos.

—Para eso hablamos entre todos, y organizamos los partidos en los que participaremos —. Kise parece molesto con el tema, y luego de unos momentos comienza a hablar de otra cosa —. A todo esto, senpai, tú no tienes un compañero, ¿cierto?

El sonrojo se apresura una vez más a mi rostro, y se me hace casi imposible de disimular. Me remuevo un poco en mi asiento, y bajo la voz hasta un murmullo.

—¿Y eso qué tiene que ver con nada?

—Solo lo pensé porque nunca hemos hablado del tema. Quiero decir —, Kise se ruboriza ligeramente, y ahora parece un poco incómodo. Su voz poco a poco comienza a silenciarse —, senpai, nunca hablas de que seas omega...

—No es algo de lo que se pueda hablar libremente, ¿sabes? —, respondo con la voz contenida. Siento la ira brotar en mi interior al respecto —. Los omegas somos infravalorados en casi todos los ámbitos, y no tengo intención de ser menospreciado.

—No es lo que quería decir —, Kise parece incómodo y sus labios se mueven un par de veces más, pero las palabras simplemente no salen.

El silencio se extiende entre nosotros por el resto del viaje. No sé bien qué podría decir para arreglar la situación, y él parece notar que no importa lo que diga, al no ser un omega, no entiende lo que significa para nosotros ser uno.

Al llegar a nuestro destino, me pongo de pie y saco mi bolso del portamaletas, intentando alejarme rápidamente de él y de la incomodidad que sentí la mayor parte del viaje. Pero Kise me da alcance luego de solo unos pocos pasos a la salida de la estación.

Sin poder evitarlo, un quejido sale de mis labios y cuando me encamino directamente a casa, Kise sigue mis pasos.

—No voy al instituto —, le digo, cortante, esperando que él redirija sus pasos y se aleje de mi hasta que mi estado de ánimo se aligere una vez más.

—No puedo simplemente alejarme, senpai —. Su sonrisa parece forzada, pero lo ignoro.

—Bueno, pero yo necesito que te alejes.

—Vamos, senpai —, dice, y su rostro una vez más se muestra angustiado como la noche anterior —. Déjame al menos arreglar lo que trataba de decir.

Sigo caminando, ignorando sus palabras, y al ver mi casa a la distancia, me detengo.

—Está bien —. Le digo, y dejo caer mi bolso, me apoyo en la pared más cercana y observo su rostro —. Habla.

Kise parece un poco contrariado, mira a su alrededor y aclara su garganta un par de veces, pero veo el momento exacto en el que la máscara se desvanece.

—Kurokocchi es un omega, al igual que Akashicchi, y ninguno de ellos es menospreciado o infravalorado. Ellos son muy buenos jugadores, aunque a Kurokocchi parece que le gusta pasar desapercibido —. Una vez más aclara su garganta y suspira.

» Cuando Akashicchi nos dijo que Kurokocchi y Kagamicchi son compañeros, sentí mucha envidia —, dice, y veo como sus ojos se oscurecen por un instante —. Hubo un momento, solo por un momento, en el que imagine que yo sería el primero en encontrar un compañero para el resto de la vida —, Kise sonríe, pero es una sonrisa de petulancia, la misma que hace cuando modela —, ya sabes, soy el más popular de nuestra generación. Pero... no hago lazos muy fácilmente. Y mi lazo más fuerte en este momento... es contigo, senpai.

El rostro de Kise se ruboriza, y yo siento el calor recorrerme por dentro, de arriba abajo y de vuelta, una y otra vez. Sus palabras adquieren un significado en mi cabeza, que no estoy seguro de querer interpretar. Tal vez lo que dice no es lo que yo oigo.

—No entiendo lo que dices —, respondo, pero no me muevo de mi lugar. Mis ojos siguen cada uno de sus movimientos.

—Estoy preocupado, senpai —, dice, y sus manos se mueven a su cabello. Su voz baja hasta un murmullo y necesito acercarme unos centímetros para poder oírlo —. ¿Y si encuentras un compañero cuando no estemos juntos? Nunca he dicho que quiero que seas mi compañero, porque en realidad no estoy seguro de eso. Pero tampoco quiero que encuentras a alguien más.

Mis ojos se abren en sorpresa, y una carcajada sale de mis labios. Una risa efusiva y sin control. Mi estómago comienza a doler y mi brazo golpea mi rodilla mientras intento no rodar por el piso de la risa.

Mi mano golpea su barriga y me sigo riendo por tanto tiempo, que siento lágrimas caer por mis mejillas. Y aunque intento detenerme, no puedo hacerlo. Simplemente la risa explota de mi.

El rostro de Kise parece sorprendido por un momento, luego se ve divertido, pero al cabo de unos minutos, parece herido. Y yo soy incapaz de detener mi risa.

Pueden haber pasado horas, pero al final termino por detenerme, y respirando con dificultad, logro poner una cara relativamente seria, pero la sonrisa no se borra de mi cara.

—Eres... un niño —, digo entre jadeos —. Ni siquiera... sabes lo que quieres, pero no quieres que tenga a nadie más.

Y sacudo mi cabeza. Recojo mi bolso y le doy una sonrisa por sobre mi hombro mientras me alejo. Y cuando ya estoy a varios metros de distancia le digo a voz en grito.

» Lopensaré —, y camino a casa con una sonrisa en el rostro y la risa grabada en elcorazón.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora