Al despertar, no puedo recordar en qué momento me dormí. Y menos aún, en qué momento Kise subió a la cama y se acurrucó a mi alrededor. El calor de su cuerpo me sofoca por unos instantes y no soy capaz de moverme por la manera en la que sus brazos y piernas están envueltos en torno a mí.
La cabeza me da vuelta por unos minutos y no estoy seguro de querer moverme de este lugar en el que me siento tan protegido.
Kise suele comportarse como un niño pequeño, pero después de lo que me reveló la noche anterior, creo que solo se puede comportar como tal cuando está lejos de su padre. Lo que es bastante triste de escuchar.
Se supone que los padres son los que crían a los hijos, que los cuidan y los escuchan cuando necesitan hablar con alguien. Se supone que los padres son los que ahuyentan a los monstruos de debajo de la cama y te ayudan a dormir cuando tienes pesadillas, pero parece que Kise no ha tenido una buena infancia. Ni siquiera parece haber tenido una normal.
El calor de su cuerpo aumenta la temperatura del mío, y siento como mi rostro está totalmente rojo y el sudor comienza a brotar de mi frente.
Si no hubiese sido tan honesto la noche anterior, simplemente lo empujaría lejos para tener algo de frescor. Pero ahora, creo que necesita un abrazo y soy incapaz de negarme a confortarlo si puedo hacerlo.
Kise se remueve en su sueño y sus brazos se aferran aún más a mí, y comienzo a ahogarme. Sin poder evitarlo en esta ocasión, empiezo a empujar con todas mis fuerzas sus brazos para poder tener un poco de oxígeno. Kise no parece darse cuenta de lo fuerte que lo empujo hasta que un sonido de frustración se escapa de mis labios.
Solo con fuerza bruta soy incapaz de moverlo un milímetro, pero un pequeño sonido involuntario, hace que sus ojos se abran enormes y se ponga de pie en un latido de corazón.
Mis ojos se abren en sorpresa. ¿Qué clase de pesadilla vivió para que el más leve sonido lo haga alejarse de esa manera y ponerse en posición de defensa tan rápidamente?
—Lo siento, senpai —, dice Kise con una sonrisa, y vuelve su espalda en mi dirección. Camina lentamente hacia la silla y se vuelve en mi dirección —. Hizo un poco de frío en la noche, así que me subí a la cama.
—Está bien —, respondo, pero no estoy completamente seguro de que sea la verdad. Nos estamos acercando al verano, y las noches están poniéndose cada vez más calurosas a medida que pasan los días, pero su mirada de niño perdido de la noche anterior sigue atormentándome.
Me levanto de la cama y me dirijo hacia la puerta de la habitación. Le doy una última mirada a Kise antes de ir al baño, pero él no parece reconocerme.
Al volver, Kise parece no haberse movido, pero la habitación parece mucho más limpia y ordenada de lo que estaba antes de que saliera por la puerta, pero Kise sigue sentado en la silla como si no se hubiese movido.
Yo me acerco a él y golpeo la parte de atrás de su cabeza. Verlo tan tranquilo me hace enfurecer en cierta medida. No parece él mismo y hace que mi interior se revuelva de manera extraña. Kise mueve su cabeza y su mano acaricia el lugar donde fue golpeado por mi mano.
» Ve a darte una ducha, no hay nadie más por aquí hasta dentro de unos días, así que nadie te molestará.
Kise sonríe y se pone de pie. Rebusca entre sus cosas por unos minutos y sale de la habitación con una muda de ropa de la que yo no tenía conocimiento.
» Supongo que planeaba no llegar a su casa la noche anterior —, murmuro y me pongo a revisar en mis libros.
Tengo tanto que estudiar, y tenerlo aquí viéndose deprimido no me impulsa demasiado a ponerle atención a los libros. Así que aprovecho esta oportunidad para centrarme un poco en lo que en realidad debería ser mi prioridad.
Al cabo de unos minutos, Kise vuelve a la habitación, y trae consigo el olor a jabón y champú al que estoy tan acostumbrado. Pero en él huele de una manera tan... Alfa. No sabría como explicar lo que sucedió en ese momento en mi nariz, pero el olor me envuelve y hace que mi cabeza de vueltas. Me siento mareado y agitado.
Mi mirada se va inmediatamente a su largo cuello, por donde parece que el olor es más intenso. El instinto me grita que me acerque a él y lo jale hacia mí. Que rodee con mis brazos su cuerpo y me frote en su contra, para que el olor quede impregnado en mi. Pero empujo con fuerza esos pensamientos al fondo de mi mente, igual a como lo hacía después de los partidos y las prácticas en los camarines. Y me repito el mismo mantra una y otra vez: «Control, control, control».
Vuelvo a desviar mis ojos rápidamente de vuelta a los libros, pero acabo por olvidar lo que leo a medida que paso de una palabra a la siguiente. Mis manos revuelven a mi alrededor, simulando que busco algo, pero mis sentidos siguen en una alerta extrema.
Sin siquiera pensar lo que digo, mis labios se mueven: —¿No puedes usar un supresor de feromonas o algo?
Kise se sobresalta un poco, pero una sonrisa aparece en sus labios antes de hablar.
—¿Te molesta mi olor, senpai? —Dice, y yo siento el calor subir rápidamente a mis mejillas, pero lo oculto golpeando la parte de atrás de su cabeza.
—No lo digo por eso —, pero ni siquiera yo puedo pensar en algún motivo creíble por el cuál podría utilizar los supresores que no sea porque su olor me hace estremecer.
Kise se acerca lentamente hacia mi, como si temiera que fuese a escaparme de él o algo así. Y ya no puedo quitar mis ojos de él. Sus movimientos cautelosos y sus pupilas dilatadas. El olor se intensifica levemente y me acerco instintivamente hacia él.
En mi cabeza está claro que es una mala idea acercarme a un Alfa con ese olor. Significa cosas que no he hecho antes. Pero el instinto me dice que ese olor significa protección y afecto. Satisfacción y calor. Amor.
Sacudo mi cabeza, pero no puedo despejar mis pensamientos. El instinto sigue ahí, diciéndome que lo que hago es correcto, pero mi cerebro me golpea para alejarme una y otra vez. Y me siento en una encrucijada.
Él se acerca más y más, pareciera que nunca logra estar lo suficientemente cerca. Y mi corazón parece que va a saltar de mi pecho. Y cuando creo haber tomado la decisión, Kise sonríe y se aleja de mi hacia su bolso, junto a la cama. Mete su mano y saca un tubo delgado, de lo largo de su mano. Se baja un poco el pantalón y se inyecta directamente en el muslo.
Mis ojos, ávidos y codiciosos, miran la piel expuesta casi con la esperanza de que se revele un poco más. Y casi al segundo, me pongo de pie. Pero cuando doy un paso en su dirección, el olor comienza a desvanecerse y la niebla que cubría mi mente, se despeja lentamente y vuelvo a ser completamente racional.
—¿Mejor? —Me dice, pero la burla en su voz es ofensiva. Así que me trago el orgullo y la vergüenza y respondo mordaz.
—Sí,mucho mejor —. Y vuelvo mi mirada una vez más a los libros, pero es imposibleconcentrarme en nada más que en lo que estuvo a punto de pasar.
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Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)
FanfictionKasamatsu se aventura a tener una primera salida con Kise cuando le pide una "cita", sin estar realmente seguro de que sea una decisión sabia. Sin embargo, no espera que Kise esté realmente hablando en serio sobre ello. Las cosas podrían ponerse pel...