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Luego de pagar la cuenta del restaurante, nos encaminamos a la residencia estudiantil. Normalmente no se permite el ingreso a personas que no estudian en la facultad, pero al ser la Golden Week, la mayoría de los estudiantes han vuelto a sus casas familiares. Mi padre se ha ido de viaje al extranjero por el trabajo y no iba a estar en casa de todas maneras, por lo que volver a casa no era en realidad algo que quisiera hacer. Iba a estar solo en casa, y aunque podría haber vuelto para al menos ver a mis kouhai de la preparatoria, tengo tanto que estudiar para no perder el ritmo de los estudios, que no quería distraerme. Incluso con esta enorme distracción en casa, solo será por una noche.

Kise entra tras de mi a la habitación y sus ojos vagan a su alrededor. El desorden sobre mi escritorio parece llamar su atención más que nada y se acerca a revisar mis libros.

—Has estado estudiando muy duro al parecer, senpai —. Dice, y una sonrisita burlona se asoma en su cara.

—Bueno, no es como que vine a la universidad solo para jugar alrededor —, digo y golpeo la parte de atrás de su cabeza.

Abro el pequeño frigobar de la habitación y saco un par de latas de refresco. Kise acepta la bebida y toma asiento sobre mi cama. Y el silencio se extiende entre nosotros.

Me siento en la silla frente al escritorio y abro la lata con mis dedos. Me volteo a mirarlo, pero sus ojos no dejan de mirar la lata entre sus manos. Kise no dice nada y yo no pregunto, porque una vez más tiene esa mirada perdida en sus ojos. Pero no puedo solo quedarme a ver como sufre solo y en silencio.

—Entiendo que no quieras que pregunte —, digo y sus ojos miran hacia los míos —, pero no puedes solo quedarte callado con algo que puedo ver que realmente te molesta.

Bebo un trago de mi refresco y limpio mis labios con el dorso de mi mano antes de volver a hablar.

» Tal vez no pueda ayudarte mucho, ni tampoco darte un consejo, pero al menos estaré aquí para escucharte si hay algo que te preocupa —, sus ojos una vez más rehúyen de los míos y aprieta sus labios como si en realidad estuviese tratando de ocultar sus palabras —. ¿Tienes algún problema en el equipo? No te he visto en algunos de los últimos partidos —. Y un golpe de inspiración me golpea ligeramente. En realidad, este año la generación de los milagros ha brillado por su ausencia en gran cantidad de los últimos partidos de preparatoria de este año. Lo que ha dado la posibilidad a variados equipos a competir a la par, y aunque los favoritos vuelven a ser los mismos todos los años, los partidos han sido más reñidos.

Kise se mantiene en silencio por unos minutos más, y doy un suspiro de resignación. En realidad, no parece que vaya a hablar solo por intentar presionarlo para que lo haga. Y cuando estoy por darme por vencido, sus labios se abren lentamente, casi a regañadientes.

—Mi papá... —su voz es tan baja, algo tan difícil de creer en él. Es un chico alegre y ruidoso, por lo que hace que me sorprenda ligeramente, pero dejo que sus palabras se formen y las diga cuando esté listo y dispuesto —, él, ha estado bebiendo cada vez más últimamente.

—Él, ¿ha hecho algo extraño? —Mil pensamientos pasan corriendo por mi cabeza. ¿Lo golpea? ¿lo echó de la casa? Muchas cosas podrían pasar cuando las personas se pierden en el alcohol, y Kise no es alguien fácil de amedrentar.

—Bueno, desde que se reveló mi género como Alfa, él ha estado cambiando conmigo... y cada vez bebe más y más — Sus ojos se empañan con las lágrimas, y casi corro a ayudarlo, pero no parece que lo necesite, porque aclara su garganta y una vez más se dispone a hablar —. Él, al ser un beta, no puede controlarme y eso lo saca de control. Nuestra relación, poco a poco ha estado desvaneciéndose.

—Pasó algo similar conmigo —digo cuando veo que sus palabras fallan y su voz se quiebra —. Mi papá es Alfa y, ella y mi mamá que era un omega, no estaban en realidad enlazados. Pero ella se quedó con mi mamá cuando supo que estaba embarazado de mí.

Mi mente se transporta a cuando descubrí todo esto por casualidad. Mi papá era una mujer independiente y trabajadora, que siempre conseguía lo que quería, pero mi mamá era un hombre que pasaba inadvertido la mayor parte del tiempo. Y aunque él intentaba mostrarse duro y fuerte, mi papá siempre lo provocaba. Aún sigo sin entender cómo es que ellos estuvieron juntos.

Al levantar la mirada, Kise me mira con sus ojos muy abiertos, y me doy cuenta que lo que creí que estaba solo en mi mente, en realidad lo había dicho en palabras.

» No te preocupes, no me avergüenzo ni me preocupa quién se entere de cómo es mi familia.

Kise asiente con su cabeza, pero sus ojos bajan una vez más a mirar hacia el suelo.

—Mi mamá nos abandonó luego de que yo nací —. Y las lágrimas comienzan a caer de sus ojos cuando las siguientes palabras parece que paralizan el mundo —. Mi papá cree que tal vez yo no soy su hijo. No nos parecemos mucho físicamente y también soy un Alfa, e incluso duda de la prueba de ADN que hizo cuando yo era solo un bebé.

Sin pensarlo dos veces, me acerco a él y lo abrazo. Kise envuelve sus brazos a mi alrededor y apoya su cabeza sobre mi abdomen. Sus lágrimas mojan mi camiseta y sus sollozos estremecen sus hombros mientras se descarga apoyándose en mi.

Yo lo dejo llorar y me pregunto cuántos Alfas lloran frente a un omega que ni siquiera es su pareja. Pero Kise siempre ha mostrado sus emociones abiertamente, al menos es lo que siempre he pensado cuando estoy con él.

Luego de varios minutos, logra recomponerse y suelta su agarre sobre mi. Yo doy un par de pasos hacia atrás y le paso una caja de pañuelos. Él los acepta y limpia su rostro antes de volver a poner una sonrisa falsa en sus labios. Es casi dolorosa de ver.

—Así que, senpai, ¿dónde dormiré esta noche?

Miro a mi alrededor y solo está mi cama individual y el suelo. Así que, sin dudarlo, tomo una manta extra del estante y se la doy.

—En el suelo —, le digo y doy un golpe en su cabeza, pero sacudo su cabello antes de dejarlo ir.

Él se pone de pie y hace su cama en el piso. Mientras, yo busco mis cosas y me voy al baño. Me pongo mi pijama y lavo mis dientes. Al volver, Kise ya está acomodado en su cama en el suelo de mi habitación. Su sonrisa en el rostro ya parece más sincera y siento un salto en los latidos de mi corazón al volver a ver su rostro relajado y honesto.

—Gracias por escucharme, senpai —, dice cuando estoy acomodándome sobre la cama.

—Graciaspor la confianza — le respondo cuando apoyo la cabeza sobre la almohada y ensolo unos cuantos minutos más, escucho como su respiración se vuelve constante,y me imagino que ya está dormido. Pero a mí, el latido alborotado de micorazón, no me permite relajarme lo suficiente como para dormirme tanrápidamente y me quedo escuchando el sonido reconfortante de su sueño sinpesadillas. O al menos es lo que espero.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora