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Luego de cuarenta minutos de un peleado juego, Kise se rinde y yo admito ante él que es superior en el one-on-one, aunque eso siempre lo he sabido. No me gusta tener que admitir que mi kouhai es superior a mi, pero sigue siendo uno de los mejores jugadores de los últimos tiempos.

Me seco el sudor que corre por mi rostro con mi camiseta y me acerco a la máquina expendedora para conseguir una botella de agua para mi y otra para Kise.

—Tal vez deberíamos volver a casa —, dice mirando hacia el cielo que ya ha comenzado a cambiar de color, de un celeste brillante a un anaranjado.

—Eso pasa porque te detuviste a posar como modelo hoy —, le digo y golpeo su cabeza con mi mano.

—¡Lo siento! —Dice él, medio cerrando los ojos y con una mueca en los labios.

Mi corazón se salta un latido como siempre que veo su cara tan bonita de cerca. Si tan solo se comportara como cuando está modelando. Bueno, creo que, si fuese siempre así de maduro, no podría resistir mis impulsos, y terminaría por simplemente caer totalmente enamorado ante él.

—Senpai —, dice mirándome a los ojos con una expresión triste en el rostro, lo que me oprime ligeramente el corazón —, ¿no quieres ir a comer conmigo antes de volver a casa?

—No dije eso —, le digo, y hago una mueca —, en realidad fuiste tú el que dijo que deberíamos volver a casa.

—Si, pero solo me refería a dejar el juego por ahora.

—Entiendo —le digo, aunque en realidad no lo hago. Sus ojos parecen más tristes que de costumbre, lo que me hace preguntarme si hay algo de lo que quiera hablar.

Tal vez toda esta salida tenga algo que ver con el hecho de que necesita un consejo, o solo está preocupado por algún motivo.

» Vayamos a comer algo y luego podremos volver a casa —. No estoy seguro de qué es lo que quiere hablar, pero ver a un chico tan alegre como Kise poner una expresión de tristeza, no es algo de lo que cualquiera que lo conozca pueda dejar estar.

Su alivio es casi palpable y eso solo logra hacer que me ponga más tenso e inquieto. Mi preocupación es como una roca en el estómago, pero lo disimulo para que él no lo note. Ya parece preocupado, no quiero agregar mis problemas a lo que sea que lo aqueja.

Recogemos nuestras cosas y tomamos nuestros bolsos antes de ponernos en marcha. A unas cuantas calles de distancia, hay un restaurante que ya había visitado con anterioridad con unos compañeros de la universidad, y nos encaminamos en esa dirección hablando sobre el equipo una vez más. Pareciera que es lo único que tenemos en común, y darme cuenta de ello, solo hace que me deprima un poco más.

En realidad, Kise es apuesto y popular, además de ser un buen deportista. Supongo que solo tenemos en cuenta esta última parte de nuestras vidas.

—Senpai —, dice Kise en cuanto hacemos nuestra orden y el mesero se retira —, te fuiste a vivir solo cuando entraste a la universidad, ¿no es así?

—Mm, en realidad, hay una residencia para los estudiantes que viven lejos —respondo.

En ese momento vuelve a nuestra mesa el mesero y nos trae nuestras bebidas. Le agradecemos y damos un par de tragos antes de retomar la conversación.

» Pero sí, básicamente dejé a mi papá y me fui a la residencia para tener un poco más de privacidad y estar cerca de la universidad.

—Pero, ¿tienes una mala relación con tu padre? —Dice él, y sus ojos se quedan fijos en mi cara por un momento antes de volver a mirar hacia la mesa, y con uno de sus dedos empieza a dibujar garabatos sobre la superficie.

—Pues, ella es una Alfa bastante inteligente y puede valerse por si misma. Ha sido así desde que mi mamá murió cuando yo era demasiado pequeño para recordarlo —. Le doy un trago mi bebida antes de volver a hablar. Los recuerdos de la infancia, sencilla pero feliz que tuve vuelven a mi en este momento. Mi mamá era un buen hombre, pero no puedo recordarlo.

» Mi papá y yo no nos parecemos mucho, además de físicamente. Y suele comentar constantemente lo mucho que mi personalidad se parece a la que tenía mi mamá cuando ellos se conocieron.

Kise me mira por unos momentos y sus ojos se empañan ligeramente, tal vez recordando su propia infancia.

El mesero vuelve una vez más, esta vez trae consigo nuestra comida y, luego de agradecerle, comenzamos a comer.

Nos mantenemos es silencio alrededor de diez minutos, mientras observo como sus manos llevan la comida a su boca, mastica y traga, pero sus ojos me dicen que su mente está mucho más lejos, en distancia y tiempo, como si su alma se hubiese transportando por un momento lejos de su cuerpo.

» ¿Qué es lo que ocurre? —Le pregunto dejando mi comida y tomando una servilleta para limpiar mis labios —. No sueles comportarte de esta manera. Ni siquiera lo hiciste cuando perdimos el partido de práctica contra el Seirin hace como un año.

Parpadea rápidamente y sus ojos vuelven a enfocar, en esta ocasión, mi rostro. Hace una mueca con sus labios y luego intenta disimular con una sonrisa.

—Es que ya no es lo mismo sin los senpais en los entrenamientos —, dice con los ojos cerrados en una sonrisa falsa.

—Sabes que no me lo voy a creer —, le digo dejando mi servilleta usada cuando termino de comer —. Ya suéltalo de una vez —, digo, y golpeo su cabeza con mi mano derecha.

Kise deja que su cabeza caiga hacia delante, pero parece más un gesto de resignación a una broma de verdad.

—Senpai —, su voz se quiebra cuando me habla, y mi corazón se aprieta una vez más en mi pecho —, ¿puedo quedarme en tu casa esta noche?

Mis ojos se abren por la sorpresa un momento antes de volver a su tamaño normal. Cierro mis ojos y pienso en todos los motivos por lo que aceptar su petición es una mala idea, y, sin embargo, al verlo así de roto, no puedo forzarme a decirle que no cuando puedo ver que por cada poro de su piel brota angustia.

—Claro —, le digo, pero mi voz se rompe y tengo que aclararme la garganta una vez antes de volver a hablar —. Pero, ¿qué dirán tus padres si no vuelves a tu casa esta noche?

—No es como que haya clases hasta dentro de una semana, así que no hay de qué preocuparse. Ese viejo no levantará su trasero del sofá incluso si no vuelvo hasta dentro de un año.

Laamargura y resentimiento en su voz es casi palpable, lo que hace que mepregunte cómo es la vida familiar de Kise, pero tal vez, es algo en lo que nodebería de meterme. Y al mirar en sus ojos, que me suplican una disculpa a lavez que su sonrisa es de agradecimiento, acepto que hago lo correcto al nopreguntar.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora