十二

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—Oye —, dice en cuanto me contesta. El sonido alegre de su voz se desvanece en cuanto escucha el silencio del otro lado —. ¿Qué pasa? Hablamos hace solo unas horas, y estabas bien. ¿Necesitas que vaya a casa?

—Papá —, le digo, agarrando firmemente el celular contra mi oreja, y la colcha con la otra mano solo para mantenerme cuerdo. Mi voz suena un poco más aguda de lo normal. El miedo es casi palpable en mi tono.

—Oh, oh —, dice, y escucho que el sonido del fondo se apacigua al cerrarse una puerta —. ¿Qué tan grave es? ¿Debería volver ahora?

Mi boca se abre y cierra unas cuantas veces, pero nada sale de mis labios. Y mi cuerpo tiembla ligeramente. Hasta que finalmente, una lágrima cae por mi mejilla, y un sollozo se me escapa sin intención.

» Iré en el siguiente vuelo —, su voz suena ligeramente apagada por un momento, como si estuviese tapando el micrófono con su hombro, antes de hablar conmigo una vez más —. Te aviso en cuanto sepa los detalles.

—No es... no es necesario —digo, reprimiendo un sollozo —. Yo... creo que dejaré la universidad.

—¿Qué? —Su voz suena aguda por la sorpresa —. Pero si ese siempre fue tu sueño... además del basquetbol.

—Es que... pasaron unas cosas —, me muerdo el labio inferior, pensando en lo que puedo decirle, sin mentirle ni preocuparla innecesariamente —. Yo... no puedo contártelo todo ahora, pero esto es importante.

Las lágrima siguen cayendo por mis mejillas, pero al menos los sollozos se han detenido.

—Entiendo —, dice, haciendo una pausa —. Bueno, la verdad es que no, no lo entiendo. Pero entiendo.

—¿Eh? —Su forma de expresarse me hace reír ligeramente, deteniendo por un momento el flujo de agua —, ahora soy yo el que no entiende de lo que hablas.

—Bueno — dice, y un suspiro es audible —, supongo que entenderé mejor una vez que me cuentes todo. Pero por ahora, te apoyaré en lo que sea que decidas.

—Gracias —, siento un ligero alivio, pero la presión en mi pecho no deja de estar presente.

—Pero más importante, ¿qué pasará con el Alfa con el que sales? ¿O era que tenías la intención de salir?

—Tiene algo que ver con esto —, digo. Suspiro y me volteo a ver la puerta de mi habitación, pero Kise aún no regresa del baño.

—Emm —. Mi padre es una mujer que va directa al punto, y cuando hay algo de lo que no quiero hablar, normalmente suele dejarme solo con mis pensamientos. Pero en este momento, parece sentir que necesito más que solo la soledad —. ¿Hay algún problema?

—No —, digo, demasiado rápido.

—¿Cometiste un error?

No puedo responder a su pregunta sin revelar demasiado. Y no puedo asegurar que lo que Kise y yo creemos sea la realidad.

» ¿Te enlazaste? —Jadeo por la sorpresa de que adivinara tan rápido cuál era el conflicto.

—Sí —, digo en voz baja, con vergüenza.

—Pero eso no es todo —dice ella con confianza —, ¿o sí?

Una vez más me quedo en silencio. Necesito su consejo, sí. Pero ahora me siento como entre la espada y la pared. Y lo peor, es que no tengo confianza ni la verdad absoluta.

» ¿Te embarazaste?

—No lo sé —. Mi voz suena asustada, y al mirar al espejo, veo que mis ojos están abiertos de par en par, y mi mirada aguada, con las lágrimas a punto de caer una vez más.

—Entiendo —, dice, y su voz me consuela como cuando era un niño, y ella me limpiaba las rodillas después de caerme al correr —. No preguntaré más por ahora. Quédate en casa el tiempo que lo necesites. Llámame si necesitas cualquier cosa. Y, volveré a casa en cuanto termine el trabajo. Un par de meses.

Suena bastante agitada. Parece estar haciendo muchas cosas además de hablar conmigo. Sé que tiene mucho trabajo, y llamarla para darle más problemas, no es algo que quiera hacer. Pero de verdad necesitaba su consejo.

—Solo... ¿puedes ayudarme en una cosa más? —Mi voz suena baja, y aprieto la colcha en un puño mientras espero su respuesta.

—Claro —. Parece sorprendida. Soy terco, así que, si no quiero hablar de algo, simplemente no lo haré. Pero en este momento, le estoy diciendo algo que tal vez no estaba en mis planes.

—¿Estás... decepcionada de mi? —Una lágrima solitaria cae de mi ojo, siguiendo el sendero que dejaron las anteriores en mi mejilla.

—Jamás lo estaría —, dice. Su voz suena enojada, pero suspira una vez antes de volver a hablar —. Nada que esté dentro de la ley haría que me decepcione de ti. Para un omega es mejor emparejarse estando joven. Me preocupa que tengas que dejar la universidad por ahora. Pero siempre puedes retomar más adelante si así lo deseas.

—Gracias —. Parte de la opresión que sentía en el pecho se desvanece con sus palabras.

—Te amo, Yukio. Sin importar nada. Incluso lo haría si rompes la ley —. Escucho la sonrisa en su voz, y una risita se me escapa.

La puerta se abre y me volteo para ver a Kise con su cabello húmedo y su sonrisa tonta en los labios. Hasta que sus ojos me miran directamente, y la sonrisa desaparece por completo, dejando tras de si un ceño fruncido.

—Gracias, papá. Te amo también —. Ella se despide y colgamos.

Kise se acerca rápidamente a mi lado y sus manos se posan a los lados de mi cabeza. Sus pulgares borran los rastros de las lágrimas, pero me alejo de su contacto rápidamente. No soy débil. No lo necesito. O es lo que me gustaría pensar, pero en realidad necesito su apoyo ahora.

» Estoy bien —. Mi voz vacila ligeramente, y la mano de Kise se posa sobre mi cabeza.

Paso mi antebrazo por sobre mis ojos, secándome los ojos. Pero de todas formas voy al baño a enjuagarme la cara. Kise sigue de cerca cada uno de mis pasos.

—Senpai.

—¿Vas a quedarte hoy? —. Lo miro por el reflejo del espejo. Su mirada se demora un momento en la mía, pero asiente sonriendo.

Doy un último suspiro, y me resigno a mi suerte. Tendré que ir a la universidad a darme de baja. Y sé que Kise no me dejará ir solo, así que le hago saber que mañana saldremos temprano. Él toma mi mano y le da un firme apretón, transmitiéndome seguridad.

Vuelvo al salón, llevándolo conmigo. Nos sentamos en el sofá, viendo la televisión. Kise se recuesta, apoyando su cabeza en mi hombro, y deja salir un suspiro satisfecho.

Kisematsu - Omae Wo Nokosanai (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora