"Entregas"

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Día no sé la verdad jaja

Apenas cruzó la puerta de vidrio, el agradable olor a comida recién hecho llegó a su olfato, así como también los murmullos de los clientes que se encontraban conversando, pero no tenía el suficiente apetito ni ganas de escuchar a esas personas, así que solo se limitó a acercarse a otra puerta más alejada y escondida de la vista, aquella que correspondía al dueño del lugar, y el cual era su padre y quién además lo había mandado a llamar.

—Neji, hijo, me alegra verte.— saludo el hombre al escuchar la puerta cerrar, ni siquiera había levantado la mirada y sabía que trataba de su hijo, era el único que entraba sin tocar.

—¿Sucede algo?— preguntó secamente, como solía hacerlo.

—¿Tienes prisa?

—Ire con Sasuke y Naruto a comprar videojuegos.

Hizashi miró a su hijo con seriedad, desde pequeño había tenido una vida acomodada al igual que sus amigos, por lo cual nunca había tenido que trabajar por nada, una buena familia, educación, buena ropa, cada cosa que pedía lo obtenía, por lo cual los rumores de su mala actitud hacia las personas con menos suerte lo habían inquietado, y eran la razón de su llamado.

—Entiendo...cancelalo.— Neji lo miró con el ceño levemente fruncido.

—¿Es algo tan malo por lo que me llamaste?— preguntó sin entender que sucedía, su familia estaba bien, el negocio familiar Hyuga y restaurante propio de su padre también lo estaba, no tenía sentido.

—No, es más, te recomiendo canceles todos tus compromisos que tengas por las tardes y trates de organizarlos en otros horarios si son tan importantes.

—¿Por qué haría eso?, dímelo de una vez y veré si lo tomo en cuenta.— dijo el menor con ligera molesta por tanto secretismo, el solía ser de los que van al punto, siempre era así, al menos hasta ahora.

—Porque vendrás a trabajar al restaurante como repartidor todas las tardes empezando hoy.

Neji se mantuvo en silencio, para después emitir una ligera sonrisa sarcástica.

—Estoy hablando enserio Neji.— recalcó Hizashi, borrando todo rastro de sonrisa de su hijo.

—No tiene sentido, para eso está Lee.— mencionó Neji con molestia.

Lee era el chico que trabajaba en el lugar medio tiempo, repartiendo pedidos del restaurante por la ciudad, no había nacido con la misma suerte que él así que había tenido que buscar un trabajo que lo ayudara a solventar sus gastos de la escuela.

—Lee enfermó, vendrá hasta mañana, así que tendrás que hacer su trabajo.

—Entonces solo será suficiente por hoy.

—No Neji, el restaurante va bien, así que los pedidos han aumentado, y Lee no puede con todo, así que tú lo ayudarás con la mitad del trabajo.

—Pero...— iba a reclamar, él no tenía porque hacer ese tipo de trabajo cuando en el futuro sería el dueño del lugar y otras cosas más de la familia.

—He de advertirte que de no hacerlo, tendrás que buscar trabajo en otro lugar porque tus tarjetas serán canceladas.— Neji dudó frío, jamás creyó que su padre lo pusiera en aquella situación, pero su mirada reflejaba que estaba hablando enserio—. Tú decides...además míralo por el lado bueno, ayudarás a Lee a reducir el gran peso que ya tiene encima y te ayudarás a tí mismo a ver la realidad de las personas que no tienen la suerte que tú y ser más humilde.

Neji miró a su padre con molestia, pero sabía que no tenía escapatoria, así que se limitó a asentir, esperando que el no quejarse y obedecer hiciera que su padre considerara quitar el castigo lo más pronto posible.

"Un mes para disfrutar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora