Miró su reflejo, su cabellera castaña caía por sus hombros, desaliñado o con signos de haber sido descuidado. Observó las ojeras debajo de sus ojos, sus labios en tono pálido y su piel grasosa, parecía una mujer de 30 años y no una adolescente de 17, no sé reconocía.
Una lágrima cayó lentamente por su mejilla, creía que se le habían terminado ya, pero esa parecía ser la última que saldría, aunque quisieran caer más, haría lo posible por no dejarlas salir, esa no era ella. ¿Dónde habían quedado las sonrisas que tanto le gustaba emitir?, ¿dónde habían quedado las ganas de salir y respirar por estar un día más en este mundo?, definitivamente esa no era ella, no lo había sido por la última semana, semana en la cual se había quedado recluida en su habitación, postrada en la cama mientras miles de lágrimas corrían por sus ojos al recordar una y otra vez aquellos momentos en los cuales juraba habían sido los más felices de su vida, junto aquel hombre que pensaba era el amor de su vida, su corazón seguía doliendo de solo pensarlo de nuevo, no era algo que podía evitar, aún no. Pero si quería superarlo tenía que levantarse y salir de ahí, ya no quería preocupar más a sus padres, ellos no merecían eso.
Así que con un poco más de ánimo se levantó, tomó una toalla y se adentró a la ducha, abrió el grifo y se relajó al sentir el agua fría caer por su cabellera y recorrer su cuerpo.
Volvió a rememorar los recuerdos que había tenido a su lado, cada uno era más hermoso que el otro, salían a comer, a caminar, y a mirar las estrellas en el parque despejado cuando caía la noche. Ella siempre risueña y tratando se hacerle bromas con el fin de sacar una sonrisa de sus labios, las cuales solían ser exclusivamente solo para ella, ya que sabía que él no era la persona más amigable, al contrario, era demasiado serio y frío con los demás, se sentía especial con él a su lado.
Sus partes favoritas eran al final de sus citas, cuando cubiertos por el manto de las estrellas y la luna él se acercaba lentamente a ella, cerrando los ojos, evidenciando que estaba disfrutando del momento, mientras tomaba su rostro y le susurraba...—Te amo, siempre lo haré, eres mi lindo panda.
Después de eso solía besarla con profundidad, como si realmente estuviera esperando por esos momentos, ya que no solían hacerlo seguido, él solía ser reservado y mostrar afecto no le era fácil, pero aquellos momentos era como si cualquier cosa que lo detuviera se esfumaran, y se entregaba a aquel sentimiento sin pensarlo.
—Te extrañé.— le decía finalmente para por fin abrir los ojos, sonreírle y volver a su personalidad un poco retraída, aún así siempre le ofrecía la mano, soltándola hasta que llegaba el momento de despedirse.
Eso hasta que llegaron esos momentos en los cuales él comenzó a cambiar, se veía más cansado y con ganas de no estar con ella, como si su presencia lo incomodara. Analizó cada recuerdo y notó un patrón en ellos, esos cambios de veían reflejados cuando regresaba de visitar y comer con sus primas, Hinata, un año menor que él y Hanabi, de 5 años. Él solía verlas los viernes, antes que a ella, ya que aquel día también solían tener sus citas, aquellas citas especiales y que tanto adoraba. ¿Es qué acaso Hinata le había dicho algo?, ¿le habría dicho algún chisme de ella o simplemente no le agradaba?, creía que tenía una relación estable con ella, no solía hablarle seguido, ha decir verdad ella solía evitarla, no entendía el porqué, pero cuando la encontraba por simple coincidencia, ella la saludaba con educación y amabilidad. Además dejaba a su novio pasar tiempo con ellas, no solía llamarlo o molestarlo cuando sabía estaba con su compañía, ¿entonces que había sucedido para que todo terminara?.
Ese era el problema de tanto dolor, todo parecía marchar relativamente bien, los padres de ambos aceptaban la relación, se tenían confianza y cariño, todo lo que una relación necesitaba para estar bien y feliz. Hasta habían terminado en los mejores términos, haciéndose saber que ante todo seguirían siendo buenos amigos, ¡¿qué diablos había pasado entonces?!, ¿se había aburrido de ella?, no, no lo creía, lo conocía y él se veía indeciso cuando le pidió terminar la relación, como si realmente no lo quisiera, la cuestión era que el día que habían hablado del tema había sido un viernes, ¿acaso si había sido culpa de Hinata?, no estaba segura pero ya la empezaba a odiar.
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"Un mes para disfrutar"
FanfictionUn mes dedicado a mi pareja favorita. Las historias estarán desarrolladas en diferentes momentos y situaciones. Espero lo disfruten 😊.