"Piscina"

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Día 3

Me estaba convirtiendo en una de las cosas que más odiaba, un pervertido. Me regañaba mentalmente por hacer ésto, pero no podía evitarlo, se había vuelto como el respirar, realmente lo necesitaba, o eso me hacía creer.

Como cada fin de semana vi aquel auto salir de la cochera e irse a quien sabe donde, eso era lo que menos me importaba a pesar de ser el paso principal de lo que tanto esperaba. Y ahí estaba yo, en una de las grandes ventanas de mi gran habitación que daban una vista directa a la piscina de mis vecinos con los cuales nunca habíamos enlazado siquiera un saludo; ansioso porque el acto comenzara. Pasaron un par de minutos cuando por fin la vi salir con una charola y una bata enrrollando su exquisito cuerpo. Se acercó a una de las mesas del patio y dejo dicha charola en ella para luego tomar la bata y dejar que resbalara por sus hombros y espalda, así dejando ver su hermoso bikini rojo de dos piezas, uno de mis favoritos, el cual dejaba ver la mayor parte de su cuerpo, lo cual me gustaba aún más. Se sumergió al agua en un clavado, comenzó a nadar boca abajo, lo cual dejaba una gran vista de panorámica de su trasera para mi deleite. De pronto volvió a salir como si de una escena barata de película se tratara, pero por ser ella la que lo protagonizaba, era perfecto. En un rápido movimiento volteó hacía mi gran ventanal provocando que cerrara la cortina rápidamente esperanzado en que no me haya visto espiándola. Pasado un par de segundos volví a abrirla lentamente, al parecer no me había visto, o eso creía, ya que aún seguía en lo suyo, es decir, nadando y tomando el sol de vez en cuando, pero algo estaba cambiando. De un momento a otro vi que llevó sus manos a su bronceada espalda para luego posicionarlas en el amarre de su sujetador, ¡¿qué estaba haciendo?!, claro que lo sabía pero aún así no me lo podía creer. Cuando terminó de desamarrar dicha prenda la retiró completamente de su pecho, aún me daba la espalda, por lo cual esperaba ansioso a que se volteara y poder deleitar aún más mi vista con tan prominente cuerpo. De nuevo volvió a sumergirse al agua para luego salir recreando la misma escena, pero esta vez era mejor. No pude evitar imaginarme cómo tocaría esos pechos y todo su cuerpo si la tuviera conmigo en mi habitación a solas y de esa manera tan sensual y hermosa.
A pesar de ser vecinos, no conocía nada de ella y su família además de su apellido, "Amma", por lo cual no conocía su nombre, pero unas ganas intensas de conocer algo más que su apellido y, ahora cuerpo, entraron en mí desde hace un par de semanas atrás. Ninguna chica me había cautivado de esta manera, y no sólo lo decía por haberla espiado durante varios fines de semana, sino porque desde que la vi paseándose por el patio por primera vez, aunque con ropa claro está; su belleza me había atraído como un imán, y más aún cuando la observe semidesnuda, ya había visto a varias chicas en bikini cuando me obligaban ir al club con mi família, pero nunca nadie me había atrapado de esta manera. Tenía que conocerla, pero el problema es que no sabía como hacerlo, no tenía la experiencia ni el valor suficiente para hacerlo, mi vida se limitaba a la escuela, mi família, una par de amigos y mayormente a mi habitación. Suspiré un poco resignado sin apartar la vista de su hermosa figura, la cual se acercaba a la mesa por un vaso con agua y a arroparse de nuevo con la misma bata, el espectáculo había terminado, pero aún así no me aparte de aquella ventana, estaba pensativo, la quería, y la quería sólo para mí.

Pasaron las semanas y yo seguía deleitando mis ojos los fines de estas después de que ese auto se iba. Pero uno de esos fines algo paso, ella no estaba, me levanté y traté de visualizar por cada rincón de su patio que lograba ver, pero no la encontré. De repente, alguien tocó a mi puerta, así que olvidando el asunto de la chica castaña de la piscina, me dirigí a la puerta dispuesto a abrirla, era mi prima Hinata...

-Neji-nisan, vamos para que bajes a comer, tenemos visitas -dijo tímidamente, sin decir nada más salí de mi cuarto para luego seguirla al comedor, mencionó que teníamos visitas lo cual regularmente era muy molesto y aburrido, pero al llegar a visualizar el comedor mi cuerpo se congeló por un largo momento, haciendo que Hinata me mirara de forma curiosa pero no le tomé importancia, mi mirada estaba clavada en cierta castaña la cual estaba en el comedor platicando muy alegre y animadamente con mi prima Hanabi, ahora entendía porque no estaba en el lugar de siempre. Dejando mi nervios a un lado caminé de nuevo detrás de Hinata y vi como ella fijaba su mirada a nosotros, pero sobre todo a mí, ¡maldita sea!...

"Un mes para disfrutar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora