"Autobús" (parte 2)

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Trece, trece eran los días en los cuales se había quedado hasta tarde después de clases, siempre con la excusa de adelantar sus tareas o simplemente estudiar, para después regresar por la ruta más larga a casa, el metro. Y todo eso por tener la dicha de mirarla por lo menos unos minutos a lo lejos, como todo un acosador.

Siempre recordando lo molesto que se sentía la primera vez que se tuvo que quedar por el retraso del autobús, todo lo contrario a como sucedía ahora que esperaba con ansias la hora de salida para ir a su lugar favorito de los últimos once días. Ya no tenía que esperar a que el autobús pasará para verla unos segundos, ahora que sabía el número exacto de la unidad, se trasladaba al punto en el cual los estudiantes podían abordar la unidad, y siempre con ella brillando sobre los demás.

Se sentía como un psicópata y acosador no lo podía negar, pero tampoco podía negar que aquella chica morena de cabello y ojos castaños se había metido en los más profundo de cabeza y talvez corazón, aún tenía sus dudas por esa última parte.

Sin ignorar que todos le habían mencionado que se veía más feliz, lo que a él se resumía a qué ya no fruncía tanto el ceño, además de que estaba siendo más paciente, sobretodo con Naruto, no entendían que había cambiado, a la perspectiva de sus amigos la rutina era la misma de siempre, pero aún así supo que debía ser más cauteloso, comenzarían a sospechar, y lo que menos se quería era que Lee y Naruto lo molestaran el resto de sus días.

...

Día deciseis y algo cambió, ella no estaba.

Trató de acercarse lentamente al tumulto de chicos que esperaban el autobús pero simplemente no lograba visualizar aquellas pelotitas de cabello castaño sobresaliendo sobre los demás, sintió un vacío al saberse que no la vería aquel día mientras su mente comenzaba a jugarle sucio..."¿Estará bien?...¿Y si le pasó algo?...¿Se habrá enfermado?...¿Y si tuvo un accidente o algo parecido?..." Agitó la cabeza por tales pensamientos negativos, ella estaba bien eso debía ser seguro, tal vez un retraso aquella mañana o simplemente un resfriado, si eso debía ser.

...

Al día siguiente esperó de nuevo con aún más entusiasmo, un día sin verla inexplicablemente había sido doloroso, pero cuando vio a los jóvenes formar aquella fila deforme de siempre, ella seguía sin aparecer.

El estrés comenzó a inundarlo, ¿Y si se lo estaba imaginando?, talvez y su mente solo les estaba jugando una mala pasada, nunca la había visto merodeando por la escuela, usaba el uniforme pero no había rastros de ella. Sin mencionar de que aún no podía creer lo apegado que se había hecho hacia ella, una persona que solo miraba desde lejos y por solo 5 minutos a diario.

Trató de ser optimista y al día siguiente, viernes, fue al mismo lugar, pero ella seguía sin aparecer, estaba seguro de que ella no era parte de su imaginación, pero si eso era cierto, ¡¿Dónde demonios estaba?!.

Ahora se recriminaba el haber sido tan cobarde, no acercarse más, y haber actuado como un simple acosador; siquiera debía haberle pedido su nombre, tanto tiempo observándola y no había intentado nada. Se prometió hacerlo cuando la volviera a ver.

Aquel día llegó más agotado y afligido de lo normal, apenas saludó a sus primas y tío en cuanto entró, lo que quería era encerrarse en su habitación en compañía de la soledad que tanto adoraba, el problema era que esa soledad estaba siendo perturbada por el ruido que venía de la casa de a lado.
Voces de varias personas, sobretodo de hombres gritando se escuchaba por fuera, sólo necesito dar un vistazo por su gran ventanal para entender que sucedía, "vecinos nuevos, molestias nuevas", pensó con fastidio, su día no podía ser más molesto.

"Un mes para disfrutar"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora