John Constantine 2/2

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Aclaración : la parte uno solamente era una parte, no tenía planeado tener una segunda parte. Ya que de eso se trataba, de que tuviéramos el corazón roto. Pero a varias les gustó y quisieron una continuación y bueno, he aquí otro final alternativo...

 Pero a varias les gustó y quisieron una continuación y bueno, he aquí otro final alternativo

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Sentías una sabor medio dulce y agrio en la boca, no te habías dado cuenta de que estabas llorando

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Sentías una sabor medio dulce y agrio en la boca, no te habías dado cuenta de que estabas llorando.
Mirabas por la ventana del avión, estabas por llegar a tu destino.

No había nadie sentado junto a ti, así que te diste la libertad de llorar un poco más. De verdad extrañabas a John, extrañabas todo de él, y ahora sí pensabas que lo habías perdido.

Pensaste que quizás la decisión fue muy repentina pero para ser claros, lo único que te mantenía ahí era John y John estaba con alguien más, ya no había nada que hacer ahí. Además, ¿a quién no le gustaban las oportunidades "laborales"?
Pensabas que era un gran oportunidad.

Tomaste tus maletas, y saliste del aeropuerto.
Había un señor que tenía un cartel con tu nombre, sonreíste mientras se acercabas con él.

Era un carro negro algo moderno, era de lujo, aunque no te sorprendió mucho, el congreso de caza demonios tenían mucho dinero, ¿de dónde? Fácil, del Vaticano.


El señor no era hablador, lo cual tú agradeciste, no tenías ánimos de nada.
Pasaron por la lugares más recorridos, y en realidad era muy bonito, te habías alegrado un poco. No todos los días uno paseaba con un carro de lujo por Italia.

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—¡Anya! — oíste

—¡Russell! — dijiste mientras dejabas tu maleta

Russell era un buen amigo de tú y John.

—¿Qué tal el viaje?

—Bien, fue excelente, es sólo que estoy algo cansada

—Sí, entiendo, un viaje muy largo, te acompañaré a tu habitación

—Gracias — agradeciste con una leve sonrisa

Russell te ayudó con algunas maletas.
El lugar era como un castillo, te sorprendía que la gente no supiera sobre todo eso.

—¿Segura que no quieres cenar?

Negaste

—Quiero descansar

—Bien, te dejaré descansar, vendré por ti a las 10:00 ¿está bien?

—Gracias Russell

Él salió de la habitación, dejándote sola. Dejaste salir un suspiro, para después llorar.
Te abrazaste a ti misma para después caminar hasta la ventana, veías toda la ciudad, no podías negar que era linda.

¿Qué estará haciendo mi molesto caza demonios? — pensaste

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John estaba sentado, tomando un vaso de vino mientras masticaba un chicle. Por tí había dejado de fumar.

—¿Qué tienes John? — preguntó la castaña mientras lo acariciaba del hombro

John no contestó, no iba a contestarle que extrañaba a su compañera.
Él atravesaba por una crisis, quizás se había dado cuenta de las cosas cuando te vió que te fuiste, se dió cuenta de que te había perdido. Se sentía culpable.

Él no era de expresar sus emociones y siempre había lo contrario y tú no eras un excepción. Contigo también era contante con sus emociones.
Y sí, no negaba que Rachel era una chica atractiva y divertida, pero no sentía una conexión, contigo sí la llegó a sentir. Sentía que algo le faltaba a su vida.
Sí, el mismísimo John Constantine extrañaba a alguien.

—¿Qué haces aquí? — volvió a preguntar ella

John frunció el ceño

—Sé que la extrañas, y si la extrañas, ¿por qué no vas a buscarla? — dijo con una sonrisa tierna

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Habían pasado ya 3 días desde que habías llegado, estar ahí te sirvió para despejar la mente. Fue divertido para ti, ya que te habían enseñado más cosas, como armas, que había más otro tipo de enemigos y que también en el mundo habían personas con dones supernaturales.

Miraste al cielo, estaba por llover. Saliste a caminar, ya que tenías tiempo.
O era practicar, leer o dormir. Te sentías en la universidad. Todo conllevaba dedicación y esfuerzo.

Estabas por entrar al castillo, como tú le decías cuando oíste un grito.

—¡Anya!

Frunciste el ceño

Volteaste; viste a un agitado John correr hacia ti.

Tú estabas en otro extremo, los separaban las escaleras.

—John — dijiste casi en un susurro — ¿q-qué haces aquí?

—¿No dijiste que podía venir a visitarte?

—Sí...pero...no esperaba verte

—El caso es que te extraño, Anya — dijo mientras extendía sus brazos — sí, te extraño, me sentí tan mal el día que te fuiste

Negaste

—Perdón, perdón por no haberme dado cuenta el día que nos conocimos

Él subió casi corriendo las escaleras, hasta que se paró justamente enfrente de ti, dirigió sus manos hasta tus mejillas, se miraban entre sí.

Te odiabas en ese momento. No te gustaba que John te viese llorar.

—Te amo — susurró

—Yo también te amo John

Sonrieron para después darse el beso que tanto habían esperado.

Keanu Reeves |One Shots|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora