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Tú sabías lo que veías. Era evidente.
Sonreíste tristemente.
—Hey, ¿estás bien? — oíste a John
Rachel y John te estaban viendo. Estaban cenando en un restaurante, ellos dos platicaban y tú estabas sumergida en tus pensamientos.
—Sí...sí — parpadeaste varias veces — ¿sabes? creo que me voy...se me fue el apetito
—Pero...¿que dices? fue tu idea venir aquí — comentó sonriente John
—Sí, además ya viene la cena — comentó la chica
—Lo siento — fue lo último que dijiste para después pararte y salir de aquél lugar.
Ya era de noche, y era algo fría, por suerte llevabas un saco encima y eso te ayudaba. Mirabas la noche oscura mientras suspirabas
—¿Por qué siempre me enamoro de hombres que sé que núnca me van a corresponder? — susurraste
Hasta que recordaste.
Veías cómo él iba hasta el agua por ella, abrazándola y diciéndole que estaría bien. Tú estabas en el otro extremo, con un arma, "cuidando" por si venía bien un demonio más. Esa escena te había roto el corazón, él jamás se había preocupado por ti de esa manera. A ella también le agradaba John, lo veías en su mirada.
Tú no podías hacer nada.
Habían pasado los días y aunque el caso de aquella chica, Rachel, finalmente se había resuelto, ella aún seguía viendo a John.
Tú eras ayudante de él, cazaban demonios y debés en cuando cuando ibas a su departamento a ver varias armas, y de sorpresa, ella estaba ahí.
📞
—¿Russell? Qué milagro
—Anya, ¿cómo estás?
—Bien, bien, gracias, ¿a qué se debe tu llamada?
—Verás...en Roma están buscando cazadores de demonios y bueno, tú trabajo es excelente, y perdón por hacerlo sin tu consentimiento pero te recomendé en el congreso y varios apoyaron mi propuesta...¿qué te parece?
—¿De verdad? M-muchas gracias, de verdad me encantaría pero hago equipo con John y...
—¿Constantine? Oh, pensé que ya se había retirado, o bueno, lo oí hace varios días y por eso pensé en recomendarte — comentó mientras te interrumpía
—¿Ah si?
📞
John no te había comentado nada de eso.
—Oh...ahora entiendo todo — reprochaste — con razón me había estado enseñando sus armas...
Suspiraste rendida mientras te sentabas en el piso. Querías llorar.
¿Lo perderías para siempre?
Tal vez sí.
🌸🌸🌸
—Oh...¿qué haces por acá? — preguntaste sorprendida mientras le abrías la puerta
John frunció el ceño. Vió que tú departamento estaba casi vacío, tú también vió tus maletas.
—¿Cambias de domicilio?
Asentiste
—Puedes ir a visitarme — respondiste dándole la espalda
Eso te había dolido
—¿Qué calle?
—Avenida Visualizza — respondiste
—No había oído de esa calle
-Obvio que no...porque...porque...queda en Roma — al fin lo habías dicho
—¿Te vas?
—Russell me consiguió un lugar en el congreso
—Maldito Russell
—Ém me contó que por ahí había rumores de que te ibas a salir de ésto y bueno...
—Juro que te lo iba a decir...es sólo que Rachel y yo...
—No tienes por qué disculparte — mencionaste — es tu privacidad
Volteaste a verlo, le regalaste una sonrisa triste
—¿No puedes quedarte?
—John...ya acepté — comentaste mientras alzabas los hombros — no puedo rechazar tremenda oferta
—Tienes razón...es sólo qué... será raro no tenerte aquí...siempre fuiste mi fiel compañera
Auch.
—Tranquilo, todo estará bien — comentaste mientras tomabas tus llaves — tengo que ir por unas cosas, ¿cierras?
Él asistió
—John...— te acercaste hacia él — que seas feliz — diste unas palmadas en su hombro para después irte
Ibas con el corazón roto pero no permitirías que él te viese así.
