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—Genial... ahí viene ese engreído — susurraste
Ya sabías quién era John Constantine, y sabías quién era porque siempre que sucedía algo paranormal siempre aparecía él. Y ¿tú por qué siempre estabas ahí? Porque le ayudaba a un padre, prácticamente, tú y John era un equipo, tú los veías y John los acababa.
No sé hablaban mucho pero se notaba a secas que te caía mal.
—¿Dónde? — preguntó
—¿Que no es obvio? — preguntaste mientras mirabas a la puerta de enfrente, habían una bola de gente
Él volteó a verte para después darle la última jalada a su cigarro, te fulminó con la mirada para después meterse.
Tú caminaste de nuevo al primer piso, no te gustaba todo lo que hacía él para acabarlos. Tenías malas experiencias desde pequeña y tú don no te gustaba pero tenías que lidiar con el. Admites que has tenido experiencias buenas con eso pero la mayoría eran malas.
Esperaste casi media hora, hasta que vieron salir a John del elevador
—Vaya mierda — reprochó — algo había fallado
—Sí, si nos dimos cuenta — mencionaste normal mientras mirabas hacia el taxi que estaba estacionado enfrente.
El vidrio le había caído encima, quedando destrozado.
Después, volteaste a verlo para reírte
—Muchas gracias John, la mamá ya estaba desesperada — pausó — vaya susto se dió cuando llegó a su casa y vió a su hija arriba de la pared
—Sí, me imagino
—Bueno, muchas gracias por sus servicios — dijo con una sonrisa mientras miraba a los dos — yo iré a bendecir el departamento...ya saben...por si acaso
—Suerte — dije
El padre asintió para después meterse al elevador y subir.
—¿Cómo lo viste?
—Lo importante es que te destruiste ¿no?
—Vaya, ahora sí me das un poco más de créditos
Demonios...¿por qué dije eso? — pensaste
—No lo mal entiendas
Caminaron hasta llegar afuera del edificio de departamentos
—Yo no dije nada — comentó él
Tú solamente rodaste los ojos
—Hasta luego, bobo — dijiste mientras caminabas y te despedías con tu mano elegantemente
—Claro que nos volveremos a ver, engreída
Tú si reíste para después seguir caminando.
Él sonrió.
—Perdón por interrumpir su momento romántico, pero.... mi taxi está destruido, señor — comentó el taxista
