Todos tenemos secretos, pero un evento catastrófico empujará a un grupo de amigos a sacarlos a la luz mientras luchan por sobrevivir. Ahora dime, ¿crees en alienígenas?
ADVERTENCIA:
- Lenguaje sexual explícito (+18).
- Violencia.
- No me responsabil...
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Después de lo que habíamos vivido las últimas horas, era difícil tener esperanza. A mí me impulsaba la venganza y el deseo de que al menos los amigos que me quedaban pudieran vivir en paz.
Estábamos reunidos con Acker y sus hombres en la que había sido la oficina del capitán.
El coronel nos había hecho una propuesta que no podríamos rechazar. Él disponía de armamento y soldados; nosotros solo debíamos aportar con un plan.
―Nos alegra que haya traído armas, pero no sirven de mucho ya que pueden sanarse a sí mismos―explicó Kaleb.
―Sabemos eso y las armas son solo una fachada―argumentó Acker―el verdadero plan es hacerlos explotar.
―Sólo necesitamos un plan para atraerlos―habló Paola.
― ¿Conocen el juego de la tómbola de cuy? ―pregunté.
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*Flashback*
Le había hecho una promesa a Nico, pero era consciente de que dejar a un niño con un arma no era lo más prudente, incluso en este contexto.
― ¿Qué hacemos aquí? ―preguntó Nico.
En el piso había tres casitas, hechas con cajas de cartón a las cuales les corté una entrada, y unos ladrillos que servirían como muros.
― ¿Alguno ha escuchado de la tómbola del cuy? ―pregunté.
Nico y Dani negaron con la cabeza.
―Bueno, ¿recuerdas ese ratón que encontraste hoy? ―le pregunté a Nico.
―Está en esa caja. Se llama Pascualin, porque lo encontramos en pascuas―señaló una pequeña caja de madera en la parte trasera de la camioneta.
―Tráelo, por favor―le pedí al pequeño.
Luego de que Nico trajera al animalito, expliqué de qué iba el juego― Bueno, en este juego usualmente se utiliza un cuy. Pero como no tenemos, utilizaremos la imaginación―dije contenta de explicarles algo de mi cultura. Bueno, la de mi madre―El objetivo es que el ratón ingrese a una de las cajitas y el dueño de esa cajita obtendrá lo que quiera como recompensa―terminé de explicar.
