Todos tenemos secretos, pero un evento catastrófico empujará a un grupo de amigos a sacarlos a la luz mientras luchan por sobrevivir. Ahora dime, ¿crees en alienígenas?
ADVERTENCIA:
- Lenguaje sexual explícito (+18).
- Violencia.
- No me responsabil...
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Seguimos al hombre por el pasillo mientras Paola hacía comentarios obscenos sobre su trasero.
-¡Qué Dani no te escuche! -dije tratando de callarla.
-No me hables de ese estafador-soltó seria.
-¿Aún no lo perdonas?
-No, ¿Tu ya lo hiciste? -me miró y pareció recordar algo-Ah, cierto. Tú lo defendiste como mamá gallina. ¿Desde cuándo eres tan pacifista?
El hecho de que empezara a hacer preguntas me puso nerviosa-¿Qué querías que haga? Si me pongo violenta, estoy loca y si trato de evitar peleas, entonces tengo malas intenciones.
El rubio volteó a vernos y solo le sonreí incomoda. Luego de eso bajamos la voz.
-Yo nunca dije eso-me puso en evidencia, pero no la dejé sacar conclusiones.
Salimos hacia el exterior y me percaté de que nos encontrábamos en un campamento subterráneo. No podía ver ningún rastro de luz natural y a pesar del calor que hacía hace unas horas. Podía ver el vaho salir de mi boca cuando respiraba.
-Solo quiero dejar de ser juzgada por un momento-aproveché su distracción para cambiar de tema.
-Entonces, ¿Sigues mal con Kaleb? -preguntó sin dejar de observar a todos lados-Porque creo que ayer te divertiste mucho-terminó codeándome.
-No pasó nada ayer, solo dormimos-aseguré.
-¿Qué dedo quieres que me chupe? -preguntó con una ceja alzada-En serio, ¿Cuántos años crees que tengo? Sé perfectamente como te pone el whisky y en ese estado te he visto ligar hasta con la pared.
-No pasó nada, en serio-dije tratando de finalizar la conversación.
-¡Qué decepción! -dijo ella-Yo no te crie así.
Mientras reíamos de lo que sucedió en una fiesta de la facultad, el hombre nos guiaba por pasillos cada vez más anchos y me sentí fuera de lugar viendo tantas personas en uniforme pasar a nuestro lado.
Todos parecían ocupados mientras yo iba como Pedro en su casa.
Luego de unos minutos llegamos a el área de las habitaciones. Todas eran pequeñas y estaban repartidas en un gran espacio.
-Llegamos-habló con un español muy gringo y señaló dos habitaciones. Nosotras le agradecimos con el poco de inglés que manejábamos.
Finalmente, antes de retirarse señaló la habitación a mi derecha y dijo-Amigo.
¡Kaleb!
Abrí la puerta y ahí estaban. Kaleb estaba durmiendo en una cama mientras Nico estaba frente a él, sentado en una silla con los ojos llorosos.
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