Capítulo 16

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ᣀ࿈ Narrador Omnisciente ࿈ᣁ

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Luego de unas horas de viaje, Daniel y Kanae decidieron descansar en un pequeño pueblo cerca de una laguna. Kanae reconocía el lugar, ya que había venido un par de veces con sus padres. En esos momentos, todo les recordaba a ellos. El color del cielo, el verde del lugar, hasta el sonido del aire golpear contra sus oídos, se escuchaba igual a susurros que le confirmaban que estaba sola. Definitivamente sola, esta vez sin duda.

Daniel se mantuvo ocupado hablando con los habitantes del pequeño pueblo, buscando algún lugar para comer y preguntando sobre la ciudad más cercana, obviamente para poder evitarla.

Hasta el momento no habían mantenido una conversación de más de cinco palabras. Kanae había conseguido dejar de llorar y Dani no quería provocar un nuevo sollozo.

Después de comer en un restaurante local, partieron aún más cerca al lago. A un sitio que no fuera fácil acceder, ni que estuviera a la vista de alguien ajeno a ellos. O al menos eso pensaban.

Eran las tres de la tarde y tenían planeado llegar al parque de Arvi al día siguiente. El primo de Dani, había dicho que ahí estaría. Él le había hablado de un campamento subterráneo donde había recursos para diez años y ante cualquier resultado, era mejor mantenerse cerca de ese lugar.

Dani había terminado de hacer una fogata cuando decidió sentarse a mirar el cielo, porque no lo había visto en días. Estaba gris, las nubes se movían rápido, y si miraba fijamente, podía ver luces a través de las espesas nubes. Supuso que eran truenos y que llovería pronto.

Kanae estaba sentaba junto al lago, mirando a un punto fijo sin decir nada.

Dani se quitó su chaqueta y la puso en los hombros de Kanae.

—No tenía frío.

—De nada—contestó él.

Dani se sentó junto a ella y trató de ver lo que ella estaba viendo. Sin embargo, solo pudo ver el reflejo del cielo en el lago.

—Es un lindo lugar—dijo Dani tratando de iniciar una conversación.

—Lo sé, solía venir con mis padres.

Un par de patos graznaron cerca de donde se encontraban y los jóvenes otra vez hicieron silencio. Dani sentía que lo observaban, pero luego de mirar a su alrededor pensó que estaba siendo demasiado paranoico.

Se acercó más a Kanae y al sentarse junto a ella pudo notar sus ojos hinchados y su nariz ligeramente roja. Debió haber llorado por mucho tiempo.

—¿Qué sentiste? —preguntó Kanae de repente—Cuándo lo mataste.

Kanae no se había movido de su lugar, ni había volteado a mirarlo.

Dani no se sintió cohibido, así que habló con sinceridad.

Dangerous (# 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora