Capítulo 4

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La luz atravesaba mis párpados y el aire causaba un ruido en los árboles

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La luz atravesaba mis párpados y el aire causaba un ruido en los árboles. Había sido una noche larga, por lo que dormimos hasta tarde. Cuando abrí los ojos, lo primero que vi fue a Daniel babeando sobre una mochila y Paola descansaba tranquilamente encima del trabajado abdomen de nuestro amigo.

Cuando me senté, pateé varias latas. Amanecí con una pequeña resaca. El sol estaba en lo alto y debíamos seguir moviéndonos. Así que antes de despertarlos les tomé una foto para la posteridad y futuros chantajes.

Cogí una botella de agua, lavé mi cara y les arrojé un poco del contenido a cada uno para que abrieran los ojos.

—Yo no quiero sopa...—balbuceo Dani.

Paola dio un salto y pegó un grito.

—Ya es medio día y debemos conseguir comida—mencioné.

—Y algo más para este dolor de cabeza—comentó Paola. Pues, no era de las que bebían mucho. En las fiestas que iba eran solo ella y su alegría.

Dani le lanzó un energizante—Bébelo, te pondrá mejor—dijo con una sonrisa mientras metía su mochila en la camioneta—Hanni, debo decirte algo...

—¿Qué pasa? — eché un vistazo a lo que miraba preocupado.

El combustible estaba a menos de un cuarto de su capacidad. Debíamos conseguir gasolina y alimentos. Por desgracia los únicos lugares para encontrarlos estaban siendo vigilados.

 Por desgracia los únicos lugares para encontrarlos estaban siendo vigilados

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Entramos a una gasolinera en medio del camino. Suponemos que los uniformados no encontraron nada en la carretera y volvieron a vigilar otros pueblos.

Dejamos la camioneta a unos metros de la puerta con la finalidad de escapar lo más rápido posible. La ventaja es que el lugar estaba rodeado por vegetación, por lo que sería fácil ocultarnos. Dani llenaba la camioneta de gasolina y hacía de campana.

Paola y yo entramos a buscar comida. Las baldosas blancas estaban manchadas de sangre seca. Un indicio del paso de saqueadores o uniformados. Aunque en realidad preferíamos estar lejos de ambos.

No había nada en los estantes, solo un poco de agua y frituras. Paola las tomó mientras yo asaltaba el congelador.

—Niña no sobrevivirás con eso—hizo un puchero y bajó la bolsa.

Dangerous (# 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora