Todos tenemos secretos, pero un evento catastrófico empujará a un grupo de amigos a sacarlos a la luz mientras luchan por sobrevivir. Ahora dime, ¿crees en alienígenas?
ADVERTENCIA:
- Lenguaje sexual explícito (+18).
- Violencia.
- No me responsabil...
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ᢰ᪣Hannah's pov᪣ᢱ Lo más raro no fue que en todo este tiempo no haya podido recordar algún sueño. Sino que, justo ahora, lo veía más claro que nunca.
Las paredes eran blancas, el piso y el techo también. Sujetos en batas blancas se movían a mi alrededor.
Mi cuerpo estaba adormecido, y a pesar de estar en una camilla tenía la sensación de que la habitación daba vueltas.
—Pasará en un momento—me dijo uno de los sujetos con bata.
—¿Estoy en el cielo? —pregunté.
Pude escuchar algunas risas, aunque no podía ver claramente ningún rostro.
Recordaba claramente lo que me había pasado. No había forma de que yo hubiera sobrevivido a eso.
—Escuché que esta especie tiene eso que... ¿Cómo se llama? —preguntó una voz femenina.
—Religión—respondió otra voz.
—Sí, eso. Aun no entiendo su propósito, pero sería interesante estudiarlo—aseguró la voz femenina.
Luego de pestañear repetidamente, la imagen se volvió clara. Criaturas con aspecto humano y batas blancas caminaban alrededor de la camilla en la que estaba recostada. Pero si los miraba detenidamente podía descubrir qué eran. Pleyadianos.
—Lo interesante sería que hicieran su trabajo sin hablar. Están confundiendo a nuestra invitada—dijo un pleyadiano uniformado entró a la habitación. No llevaba casco, por ello pude observar de cerca su piel extremadamente blanca y sin arrugas—¿Cómo te sientes, Hannah?
—¿Quiénes son ustedes? —pregunté.
—Creo que eso es evidente, ¿no crees? —respondió él.
—Solo quiero confirmar que no estoy loca—confesé.
Mi cuerpo se sentía ligero y mis parpados pesaban.
― ¿Eso qué tan malo sería? ―inquirió.
―Significaría que todo lo que pasó fue un sueño y que...―fui interrumpida.
―No lo fue―reveló―No estás loca, Hannah.
Con su respuesta se fueron todas mis esperanzas.
—¿Cuál fue el objetivo? ―interrogué sin dejar de morarlo a los ojos.
― ¿Disculpa? ―preguntó.
―Ya terminó. Ahora dime, ¿qué ganaron?― exigí.
― Yo creo que quienes ganaron fueron ustedes―contestó.
― ¡¿Qué mierda estás hablando?!―exclamé furiosa tratando de levantarme de la camilla― ¿Por qué lo hicieron? ¿Cuál es su excusa para tanta muerte?
