Todos tenemos secretos, pero un evento catastrófico empujará a un grupo de amigos a sacarlos a la luz mientras luchan por sobrevivir. Ahora dime, ¿crees en alienígenas?
ADVERTENCIA:
- Lenguaje sexual explícito (+18).
- Violencia.
- No me responsabil...
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― ¿Cómo sabe tanto sobre ellos? ―pregunté.
Estábamos sentados en una oficina, simplemente hablando.
―He dedicado mucho tiempo a estudiarlos, desde antes que los ataques comenzaran―explicó Acker.
― ¿Sabías sobre su existencia desde antes? ―interrogué.
―Sí, y también sé que sabes que esta no es la primera vez que nos visitan―argumentó él.
― ¿Y cómo sabes si eso es cierto? ¿Tuviste un encuentro cercano? ―cuestioné. Él nos había explicado porqué el plan de los explosivos funcionaría, detallando a fondo la anatomía de los pleyadianos y sus capacidades curativas. Era demasiado extraño que él supiera tanto.
―Así fue, un encuentro para nada agradable―confesó.
Ahí supe que debía dejar de hablar.
Los ojos de Acker reflejaban melancolía, pero al igual que los míos, había deseos de venganza. Por ello confié en él y reservamos parte del plan para nosotros dos. En caso de que las cosas no salieran bien, nosotros nos encargaríamos de terminarlo.
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―Grupo Alpha irá con Daniel y Kanae hacia las minas. Grupo Beta, conmigo y Paola a los riscos. Y luego, el grupo Omega con Hannah y Kaleb. El último grupo los atraerá hasta aquí haciendo entrar a todos los pleyadianos posibles y cerrándoles la puerta de salida en la cara. ¿Alguna duda? ―habló Acker.
Un soldado levantó la mano y Acker le dio permiso para hablar.
―Luego de que los pleyadianos entren a este recinto, ¿quién cerrará las puertas para asegurarse que de que no escapen de la explosión? ―preguntó el militar.
―El grupo Beta terminará antes que todos. Nosotros nos aseguraremos de que el plan sea exitoso ―explicó Acker.
Todos los grupos de soldados asintieron convencidos, explicaron y detallaron el plan a cada uno se sus miembros. Hasta que finalmente llegó la hora.
Los grupos se organizaron, nosotros nos vestimos y tofos nos equipamos con el armamento adecuado como distracción.
Era la primera vez que llevaba un traje militar y un chaleco antibalas así de grande, pero Kaleb si lo sabía lucir.
