Capítulo 9: Conexión

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«No logro acostumbrarme. Estoy esperando a que desaparezcas en cualquier momento.

¡Y eso ocurrirá, créeme!

¿Qué sientes? Es decir, yo sé lo que sientes cuando te vas pero, ¿qué sientes tú siendo el que se va?» Más allá del tiempo



—¡Sí, sí! ¡No, no, nooo! —exclama Yolei cuando a último momento Ken le gana —. De vuelta. Esta vez sí ganaré —demanda.

Pequeña cotorra, ya basta, ya perdiste dos veces.

—¡No me importa! ¡Quiero la revancha de la revancha!

Cotorra... —suspira Ken, dejando a un lado el control de la PlayStation y haciendo rodar sus ojos liláceos hacia otro lado, solo para descubrir a Hikari sentada sola a la mesa, con la cabeza gacha mirando sus piernas. Delante de ella, una jarra y varios vasos reposan, la mayoría usados.

Al lado de Ken, Yolei ya está eligiendo un nuevo juego con el que pueda demostrar su determinación y su falta de habilidad.

Más lejos de Hikari, Taichi sale del baño y se dirige a Takeru, que espera fuera para ocuparlo.

—T-K —. Lo detiene antes de que el rubio se mueva.

—¿Mh?

—Me he estado portando horrible contigo desde... —hace un movimiento con la mano —Ya sabes... Desde que volvimos.

T-K asiente con la cabeza una vez, manteniendo en todo momento el contacto con los ojos color chocolate del líder de su generación.

—Kari no me lo ha dicho, pero supongo que ustedes están en una especie de relación, ¿verdad?

Primero Natsuko y ahora Taichi. El único que no le ha mencionado nada sobre Hikari ha sido Yamato. De hecho, hasta Yūko había dicho algo extraño al regresar del Mundo de las Tinieblas, cuando visitó a la chica para llevar el postre de su madre y los deberes.

—Si Kari no te lo ha mencionado, supongo que no hay nada que decir sobre nosotros —responde, dando más o menos la misma evasiva que a la señorita Takaishi. Aunque la realidad es que nunca definieron si estarían en una relación formal ni han salido muchas veces como para darlo por sentado, así que tampoco está mintiendo —. Es mi mejor am...

—¡No me mientas! —lo interrumpe, notablemente irritado y esforzándose en reprimirse para evitar alzar la voz —Ya deja de decir que solo son amigos, me enfermas.

Takaishi pega los labios, sorprendido por el comentario del castaño.

—Supongo que era inevitable, ¿no? —Tai habla con voz mucho más relajada y baja. Contrario a lo anterior, ahora no está conteniéndose.

»Aun así... —forma un puño con la mano derecha que interpone entre ambos.

—Tai, de quien menos tengo miedo es de ti.

T-K responde calmado para luego dibujar una pequeña mueca y dejar escapar una breve risa como si fuese una exhalación profunda.

—¿Sabes por qué lo hago? —A Taichi la voz se le quiebra ligeramente, y desvía sus ojos hacia el suelo. Parece haber estado refrenándose durante un tiempo para decir las palabras siguientes, que salen un poco atropelladas y descontextualizadas con respecto al comentario que acaba de hacerle Takeru. —¿Por qué me molesto tanto cuando estás con ella? —sin esperar a que el rubio reaccione, continúa hablando con cierta torpeza: —Porque —pasa saliva y por un instante no quiere seguir hablando, sin embargo, continúa —yo ya no puedo... Aunque vivimos juntos y hemos pasado por mucho, a veces siento que Kari ya no me necesita.

La eterna lucha entre la luz y la oscuridad II: El reino de las floresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora