A TAMAKI AMAJIKI FANFICTION.
« Hay canciones que solo puedes escuchar una vez, porque luego ya no impactan en ti de la misma manera. Así es la relación entre Tamaki y yo » dije, intentando convencerme de que el montón de mentiras que salía de mi boc...
❝ Y si llegas a cansarte de ser conocida por los que conoces sabes que siempre me conocerás a mí. ❞
—Taylor Swift ; Dorothea
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Vi con el ceño fruncido como Nejire caminaba acompañada de Dai. La de cabello rubio se mostraba ligeramente reacia a las muestras de afecto de mi amiga, pero de todas formas aguantaba todos y cada uno de sus movimientos con un esfuerzo sobrenatural. Sus brazos estaban entrelazados, mientras la muchacha rubia hacia muecas hacia la otra que reía ampliamente. Mirio y yo nos miramos.
¿En qué momento pasó esto?
—¿Estás seguro que no te dijo nada más? — pregunté una vez más.
—"Hoy estaré con Dai, nos vemos en la clase de Snipe sensei" — repitió sus palabras, imitando la voz aguda de Hado.
Volví a mirarlas, en busca de algún gesto mezquino por parte de Sasaki o en alguna expresión quebradiza de Nejire, como si estuviese siendo obligada o algo por el estilo. No había nada de eso. Me pregunto qué es lo que sucedió cuando ella la siguió hasta su habitación a pesar de todo. Yo intenté hacer lo mismo, pero Togata me tomó del brazo y me detuvo, diciendo: "Déjalas, que hablen entre ellas. Dales su espacio" Había tenido razón al parecer.
El rubio y yo nos encogimos de hombros y caminamos hacia el otro lado, hace tiempo que no estábamos solo los dos.
Miré por sobre mi hombro una vez más, viendo como Nejire tiraba de la mejilla de Dai y esta le daba un manotazo, intentando ocultar una sonrisa.
Mis comisuras se alzaron ligeramente.
—No tienes remedio alguno — suspiró Mirio, obligándome a mirarlo —. Estás completamente flechado por ella.
Escucharle decir algo como eso a alguien más era abrumador.
Rodé los ojos.
—No es así, solo me alegra que Nejire ya no esté detrás de ella como un perrito buscando cariño.
—Sí claro, no soy estúpido — negó Mirio con una mueca —. Solo admítelo. Está claro que te gusta, la conoces desde que eran niños y luego de lo que pasó entre ustedes, no tuviste la opción de procesarlo. Ahora que volvieron a relacionarse, era cuestión de tiempo que tus sentimientos volvieran.
Preferí no responderle mientras caminábamos por el pasillo y nos deteníamos frente a la máquina expendedora. ¿Realmente me gustaba Sasaki? Es decir, hemos peleado más de lo que hemos compartido, pero cada momento en donde estamos tranquilos es como un tesoro, y tampoco los tomo tan a la ligera, han sido importantes. Al menos para mí. No quería pensar demasiado en lo que podía estar sintiendo, porque eso significaba que las palabras de Togata podrían ser reales, y nada me asustaba más que eso.
Ponerle nombre al revoltijo de nervios en el que me convertía cuando ella estaba cerca.
