XXIII

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Hasta las cenizas de la
chimenea. Di mi sangre,
sudor y lágrimas por esto.

—Taylor Swift ; you're on your own, kid

Mordía el cuerito de mi labio como de costumbre mientras escuchaba a Red Diamond dar las nuevas órdenes para mí

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Mordía el cuerito de mi labio como de costumbre mientras escuchaba a Red Diamond dar las nuevas órdenes para mí. Traía puesta una sudadera grande que cubría gran parte de mi cuerpo y mi cabello estaba tomado en una coleta alta, mi otro brazo colgaba al lado de la silla, mientras sentía el suave roce de las yemas de los dedos de Tamaki, quien miraba al frente asintiendo como si nada. No sabía bien que teníamos, solo sabía que me gustaba el camino que estaba tomando.

—... Y en vista de los últimos acontecimientos y en que ya no sé si puedo confiar en ti... — continuó diciendo la mujer — he decidido reclutar dos nuevos miembros.

Esto definitivamente no me lo esperaba.

—¿Qué?

Karin asintió hacia su asistente y ella abrió la puerta, dejando pasar a dos jóvenes. Sentía que los había visto antes, pero no podía recordarlo. Ella era baja, tenía el cabello un poco más arriba de los hombros y era de color rosa, estaba con el uniforme puesto y sus ojos claros estaban detrás de los cristales de unas gafas cuadradas. A su lado, el chico tenía el cabello azul verdoso despeinado, una ligera gema estaba ubicada en el centro de su frente y tenía una sonrisa astuta tirando de sus labios. También usaba el uniforme, pero no correctamente. ¿Cómo estos recién salidos del kínder podrían ayudar en todo lo que estaba pasando?

—Ellos son Briolle y Arata de la clase 1A — presentó ella, logrando que mis labios se entreabrieran. ¿Era una broma? ¿De primer año? — Muchachos, ella es Dai.

Los tres nos quedamos mirando unos segundos. Se sintió extraño.

Corté aquel contacto apenas me puse de pie.

—Red Diamond, está cometiendo un error. Ellos no tienen idea de cómo es tratar con Sweet Candy — señalé obvia —. Ella los hará pedazos en un segundo. Sin ofender.

—Sí, claro — susurró con ironía el de cabello azul verdoso hacia la chica quien alzó las cejas con el mismo gesto.

—Estás obsesionada con ella, y eso pone en riesgo la misión.

La miré como si hubiese olvidado un detalle importante.

—Por supuesto que lo estoy, esa bastarda va detrás de mí.

—Exacto, necesito gente que no pueda manipular con facilidad en mi equipo — no puedo creer que haya dicho eso. Pareció notar que ese comentario realmente me hizo sentir mal, por lo que soltó un suspiro, dejando de lado su postura de héroe por un segundo —. Escucha, Sasaki, puedes salirte de la misión si quieres. Incluso si Suneater no hubiese venido a mí buscando un trato, no pensaba sacarte del equipo solo por lo que hiciste. Estos chicos, tú, yo, tenemos algo en común. Los escogí por una razón, son distintos al resto, lo saben. Pueden ser geniales. Confíen en mí.

¹𝐎𝐏𝐄𝐍𝐈𝐍𝐆 𝐒𝐄𝐐𝐔𝐄𝐍𝐂𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora