Su celular sonó por milésima vez esa noche con la alarma de nueva notificación, no sabía cómo demonios los inútiles de sus compañeros habían conseguido su número de teléfono, pero ya llevaban casi una semana entera acosándolo por diferentes redes sociales, enviándole mensajes de texto y de voz intimidándolo y amenazándolo para que devolviera el dinero de las respuestas del jodido exámen con intereses. Resopló cubriéndose la cabeza con la almohada mientras la vibración del aparato se conducía por todo el colchón haciéndole cosquillas en la mejilla, necesitaba dormir y asistir a clases al día siguiente ya que tenía una evaluación importante para la cual habían estudiado bastante, Minho incluso le había ayudado a resumir y armar tarjetas para memorizar, pero le apestaba tener que evitar a la banda de matones por los pasillos, era agotador y se sentía sin ánimo de pelear otra vez, no había recuperado la fortaleza mental desde la última discusión con su padre y definitivamente no estaba listo para otra paliza peor.
-Puto exámen de mierda -gruñó- por qué lo hice, ni siquiera las respuestas me sirvieron para todas las preguntas y reprobé -se dijo a sí mismo rindiéndose y tomando el móvil entre sus dedos para desbloquearlo, se arrepentía de haber hecho ese trato y habría dado cualquier cosa por retroceder el tiempo y advertirle al Han Jisung de comienzo de semestre para que por favor no se relacionara con esos bobos.
Apenas la luz de la pantalla llegó a sus ojos tuvo que pestañear para acostumbrarse al resplandor y cuando al fin lo logró, se sorprendió de leer el mismo mensaje repetido una veintena de veces, frunció el ceño confundido, ¿Por qué le enviarían aquello con tanta insistencia? Extraño por decir lo menos. Jisung tocó con su dedo el ícono de la aplicación para entrar y revisar directamente el perfil del emisor, pero no tenía foto ni información que pudiese servirle de algo, aunque definitivamente eran los matones, no le cabía duda alguna. Volvió a leer los mensajes deteniéndose en un pequeño detalle y casi cayendo de la cama, sus manos sudorosas se movían torpes al borde de soltar el teléfono, ¿Cómo no se percató de eso antes? Miró la hora en el reloj de pared y su cuerpo tembló desde el pelo a la punta de sus pies, eran las tres de la mañana y estaba solo en casa, sus padres se encontraban de viaje y su ama de llaves no llegaba sino hasta las doce del medio día. Maldijo entre dientes, tenía que salir rápido, no podía quedarse ni un segundo más en ese lugar, o al menos no después de que le enviaran su dirección obviamente a modo de amenaza. Si la suerte lo acompañaba alcanzaría a desaparecer antes de que llegaran.
Con el corazón latiendo a mil guardó varias pertenencias en una mochila que encontró tirada en su armario, billetera, llaves, cargador, desodorante, una camiseta limpia y ropa interior, también cometió la equivocación de meter la figurita de pikachu que mantenía de pie sobre su mesita de noche, pero no se culpaba por el error, cualquiera en su situación habría estado de los nervios y no era una exageración, no le agradaba tener a una tropa de chicos listos para romperle la cara en la puerta de su casa, odiaba con todas sus fuerzas el embrollo absurdo en el que estaba metido y odiaba aún más no poder mandarlos a la mierda, ya que todos y cada uno de ellos venía de una familia que de una u otra forma los defenderían ante cualquier acusación que Jisung pudiese hacer en la escuela haciendo uso del dinero y saliendo ilesos, así que no veía otra solución más que huir, lamentablemente.
La noche oscura bañaba cada rincón de la calle, las farolas se esforzaban en mantener la luz sobre la cabeza del castaño pero parecía insuficiente. Había salido hace un par de minutos y sus zapatillas rechinaban en el pavimento mojado, no quería acelerar demasiado el paso para no lucir sospechoso tomando en cuenta que eran casi las cuatro de la mañana, pero la adrenalina que sentía le obligaba a mirar sobre su hombro cada medio segundo y a revisar su celular como si eso fuese a salvarle.
Se abrochó la mullida chaqueta color beige que había comprado hace dos inviernos y se ajustó el gorro sobre las orejas, tenía los dedos congelados y sus dientes castañeaban al compás de sus pisadas, no sabía con exactitud hasta dónde caminaría pero la sensación de persecución se aferraba a sus entrañas retorciéndole las tripas, rogaba para que no lo reconocieran con cubre bocas y que la alerta de nuevo mensaje que había ignorado no fuese una última advertencia, o peor, que fuese un anuncio de que ya estaban en el vecindario. Sacó sus manos de los bolsillos y desbloqueó el teléfono.
ESTÁS LEYENDO
GLASS | minsung
FanfictionTan frágil como un vaso de cristal y tan necesaria para vivir como el agua que contiene. Así era su relación. • Minsung: Minho y Jisung (principal) • Capítulos largos (+3000 palabras) • Prohibida su adaptación • 23 capítulos • Escenarios, personali...