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Era completamente distinto visitar el bar con otra intención que no fuese atender las mesas o preparar vasos de alcohol, el ambiente vibrante y exótico se dejaba ver desde el minuto cero envolviendo en un manto hermético a todo aquel que se atreviera a pasar la noche moviendo un poco el esqueleto en la pista o deleitando sus papilas gustativas con la comida y bebida.

Dentro del club y con la música sonando a tope, les fue un poco más sencillo quitarse la tensión de hace un rato, la incomodidad momentánea y los nervios traviesos siguieron a flor de piel en ambos jóvenes pero al menos ya podían mirarse por más de cinco segundos sin apartar el rostro, permitiéndoles comunicarse y divertirse como habían planeado.

-¿Qué vas a beber? -preguntó el mayor aproximándose al oído del contrario, acariciándole el cuello con su aliento totalmente consciente de que estaba mucho más cerca de lo necesario- ¿con o sin alcohol?

Jisung se estremeció al sentirlo de esa forma, era demasiado para él y para sus recientes aclaraciones mentales tenerlo así, con una mano aferrada a su cintura y con la otra en su hombro mientras le hacía preguntas como si nada fuera diferente entre ellos, como si no se le acelerara el corazón cada vez que acortaban distancia, como si no le emocionara el simple hecho de estar con él, juntos, pero cabe destacar que esa era meramente la percepción de Han, puesto que las palmas sudorosas y la boca seca de Minho demostraban que el más bajito no era el único nervioso.

-Sin -dijo apartándose al instante, buscando oxígeno y también cordura- sin alcohol -dudaba de su comportamiento si es que se embriagaba, y no quería exponerse.

Un par de copas más tarde y cuando ya comenzaba a darles calor a medida que bailaban, Minho notó la ausencia de Changbin y Hyunjin, quienes habían estado a su lado durante un rato riendo y hablando pero que de la nada ya no se veían por ninguna parte, sin embargo eligió no preocuparse y sólo dirigir su atención a lo que tenía en frente, ya que de no hacerlo se arrepentiría toda la vida. Jisung era una obra de arte y Lee sería un completo idiota si no aprovechara hasta el más mínimo instante para admirarlo, eso lo tenia claro.

-¡Si sigues bailando así empezaré a pensar que no necesitas clases! -gritó sobre la música y sin despegar sus ojos del cuerpo de su amigo, mirándolo danzar y menear la cadera al ritmo pesado de la canción- quizás tú debas enseñarme a mi.

Eso último lo dijo uniéndose a los movimientos que el castaño hacía, siguiéndole el paso y obligándolo a levantar la cabeza y observarle. Minho apretó la mandíbula reprimiendo una maldición, pues lo que sucedió cuando conectaron miradas fue de otro planeta, definitivamente algo pasaba entre ellos, había una mezcla de tensión y anticipación en sus expresiones faciales que les invitaba a dejarse llevar sin miedo a la respuesta que el otro fuera a tener, existía un atisbo de cambio casi imperceptible pero a la vez tangible en su dinámica de pareja que era demasiado obvio, no obstante les aterraba hacer alguna jugada, la inseguridad les tenía presos entre barrotes que aún no podían romper.

-Hyung, voy a salir un rato -avisó peinándose el cabello parcialmente húmedo hacia atrás y agitándose la camiseta, su temperatura estaba por las nubes.

Jisung se abrió paso entre la multitud en dirección a la salida de emergencias la cual se ubicaba por detrás del bar, sus pies se sentían entre livianos y tan pesados como el metal, no quería separarse de Minho, esperaba en su interior que lo estuviese siguiendo y que fuese con él, pero al mismo tiempo requería tranquilidad y estando junto a él de lo que menos gozaba era de eso, al contrario, tenía los nervios de punta y los latidos apresurados. Suspiró apoyándose en la puerta apenas estuvo afuera, el sudor frío le recorría la espina y no supo en qué momento sus ojos se aguaron, era abrumador lo que estaba sintiendo tan de golpe, jamás en sus cortos años de vida estuvo en una situación similar, nunca alguien se había metido tan dentro de su cabeza, en lo que llevaba de juventud ni siquiera había pensado en estar con una persona por más de una semana, pero con Minho era diferente y lo había sido desde el principio, desde que se encontraron en la cafetería por mera casualidad, desde que sus caminos se cruzaron sin más remedio y desde que por fin había podido llamarlo amigo. Jisung cerró los ojos con fuerza buscando a tientas la cajetilla de cigarrillos en su bolsillo, el aroma del mayor seguía presente en su nariz y la sensación de su aliento aún le daba escalofríos en el cuello, así que reuniendo la poca serenidad que le quedaba encendió el cilindro blanco dándole enseguida una calada eterna, rogando apaciguar su inquietud, añorando volver a mirarlo sólo con ojos amistosos, queriendo retroceder un poco el tiempo a cuando no era más que un compañero amable, un tutor comprometido, pero se le hacía casi imposible ya que dudaba haberlo visto con esos ojos en primer lugar, Jisung no podía encontrar en sus recuerdos algún momento en el que no mirase a Minho con anhelo y eso le demostraba que estaba perdido, pues no existía ni un sólo instante en el que no le hubiese gustado. Han maldijo en voz baja al darse cuenta de todo. Le había atraído desde el comienzo y aquella verdad le condenaba.

GLASS | minsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora