GLASS | minsung

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Habían bebido, bailado y reído durante más o menos unas dos horas sin la oportunidad de estar a solas, y por ese mismo motivo Minho no había podido entregarle el regalo que guardaba receloso y con ayuda de Changbin en una de las habitaciones a la cual nadie tenía acceso. Miró el reloj en su celular y se dejó caer en uno de los taburetes de la cocina, atento a los movimientos de Jisung quien hablaba animadamente con Seungmin y Hyunjin, el mayor sonrió ante la divertida imagen y es que Han era muchísimo más hablador y deshinibido con un par de copas encima, haciéndolo el doble de carismático y atractivo.

-¿Cuándo iremos de viaje a Europa otra vez? Extraño tanto las noches en París, bailar, cantar y gastar el dinero en estupideces -hizo un puchero bebiendo de su botella mientras miraba de soslayo a Minho, pues el mayor a pesar de no estarle observando de forma directa, definitivamente tenía todos sus sentidos despiertos y enfocados en él- dime qué vas a pensarlo al menos.

Jisung asintió queriendo escapar de aquel tema y se esmeró en servir varios vasos para distraer a Hyunjin.

-¿Quieres? -ofreció sonriendo en su dirección, el más alto suspiró aceptando dos cosas, la primera era el trago que estaba preparando y la segunda, el hecho de que conseguir su amistad de vuelta sería un desafío gigantesco.

Minho empujó la lengua en el interior de su mejilla, para él era muy fácil captar la incomodidad de Jisung y tenía a Hwang entre ceja y ceja.

-Disculpa -habló Seungmin de pronto acercándose- ¿Podrías pasarme mi celular? Está justo a tú lado, de seguro mis padres están vueltos locos porque no les contesto -se lamentó indicándole con su cabeza que el celular estaba sobre la mesa.

Minho atendió a su favor de inmediato viendo de reojo a Jisung sentarse a su lado, el menor tenía las manos sucias debido a que uno de los vasos se había volcado sobre él y con esfuerzo intentaba limpiarse con varias servilletas sin resultado.

-Tienes una llamada perdida de tu madre -anunció después de echarle un vistazo al aparato- Oh -exclamó fijando sus ojos en el fondo de pantalla y sin disimular su sorpresa- ¿Es amigo tuyo?

En la imagen se apreciaba a Seungmin haciendo gestos a la cámara acompañado de otro joven, los dos en lo que parecía ser un aeropuerto.

-¿Te refieres al de la foto? -alzó una ceja para luego tomar el teléfono- es mi hermano, ¿Lo conoces?

-Si -afirmó- fuimos amigos en el pasado.

El bailarín se mordió la lengua con fuerza, hace tanto tiempo que había visto ese rostro por última vez que casi creyó olvidarlo, pero al verlo ahí sonriente y lleno de vida como lo recordaba le había provocado un profundo sentimiento de nostalgia, ¿Cómo se encontraría? ¿Se acordaría de él? Era un misterio, ambos habían acordado romper lazos y contacto en su despedida y eso seguiría así, era lo mejor para los dos y a pesar de que su presencia no fue nada más que un aporte en la vida de Lee, las confusiones, inseguridades y sobre todo la inmadurez, los habían obligado a optar por un distanciamiento indefinido. Suspiró negando con la cabeza y despertando de su trance al percibir el agarre firme de Jisung en su muñeca, sus dedos seguían pegajosos por el licor que anteriormente se le había caído y estaban fríos y temblorosos. Minho se volteó rápido mareándose al instante, antes era capaz de beber bastante sin embriagarse, pero ahora con la tercera cerveza ya se le distorsionaba un poco la figura de su amigo, no obstante, ni la mayor borrachera del mundo podrían haberle impedido notar la incomodidad en el rostro de Han, y no tuvo que pensar demasiado para atar cabos y saber que el vaso derramado era de cristal y que la fobia del chico aún no desaparecía por completo.

-Vamos a tomar aire -ofreció poniéndose de pie y llevándose a Jisung.

-Espera -dijo Seungmin alzando el volumen de su voz, la música seguía sonando en la sala- ¿Eres Lee Minho verdad? -el aludido asintió frunciendo el ceño, le urgía sacar al castaño de ahí lo antes posible- ¿Eres ese Lee Minho? Wow, no puedo creerlo, jamás pensé toparme contigo -rió cruzándose de brazos y alzando la barbilla- te diré una cosa, no te conozco de nada más que de vista y por eso no voy a juzgarte, pero si todo lo que le pasó a mi hermano fue tu culpa, entonces te voy a romper la cara.